Una profesora de química fue asesinada en el partido bonaerense de La Matanza durante una discusión con el padre de sus hijos de 1 y 3 años. Según la abuela, el mayor de los chicos les dijo a los familiares de la víctima, tras el femicidio: “Papá le puso una bolsa en la cabeza y la mató”.

El hecho se registró el domingo último por la noche, alrededor de las 21, en una vivienda situada en José Antonio Miralla al 5300 (en el cruce con Camino de Cintura, frente a la rotonda de La Tablada), donde luego el acusado intentó suicidarse con un cuchillo. 

El sospechoso, identificado como Ricardo Ocampo Ayala, de 27 años, llamó a su padre, de 56 años, para decirle que fuera a buscar a sus hijos porque se había “mandado una cagada” con su concubina, Mariana Denis Mastrángelo, de 23 años. 

Al llegar al lugar, el hombre y otros familiares de la joven que no podían ingresar al inmueble, oyeron el llanto de los hijos de la pareja. Ante esta situación, derribaron la puerta, ya que estaba cerrada con llave, y al entrar la familia encontró el cuerpo de la docente en una habitación de la casa. Ocampo Ayala no estaba. Los chicos de la pareja fueron rescatados y puestos a resguardo, luego de que el mayor de ellos contara: “Papá le puso una bolsa en la cabeza y la mató”. 

Los familiares alertaron a efectivos de la comisaría 3ª Noreste de La Tablada, que iban a bordo de un patrullero, y contuvieron a los hijos que habían presenciado el crimen. El fiscal Carlos Arribas, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Temática Homicidios del Departamento Judicial La Matanza, supervisó el trabajo de Policía Científica que realizó los peritajes correspondientes. Un vocero encargado de la investigación contó que cuando las tareas estaban terminando el funcionario judicial vio una puerta de madera que no había sido abierta por la policía. “El fiscal le pidió a un efectivo que abriera y en ese momento vio que había sangre en el piso, por lo que le dijo que tuviera cuidado porque podría haber otra persona herida”, contó. 

Al abrir la puerta se percataron de que Ocampo Ayala estaba escondido, ensangrentado y gritando que se iba a matar ya que se había cortado el cuello y las muñecas. “El acusado estuvo en todo momento adentro del lugar porque el personal de seguridad no terminó de revisar el domicilio, podría haber habido otra persona lastimada por este hombre”, sostuvo el vocero. 

Arribas solicitó la presencia del Grupo Halcón y un negociador logró que Ocampo Ayala se entregara, tras lo cual fue trasladado al Hospital Alberto Balestrini, en Ciudad Evita. 

El sospechoso se negó a declarar ante el fiscal, quien lo imputó por el delito de “homicidio agravado por el vínculo”, que prevé la pena de prisión perpetua. Sólo les contó a los policías que lo detuvieron que la había matado porque ella quería terminar la relación y comenzar una nueva con otro hombre, aunque esos dichos no tienen validez judicial, aclararon los voceros. 

El médico legista estableció en principio que Mastrángelo murió por sofocación, dado que en el cadáver no había lesiones, el cuello no tenía marcas y sólo había sangre en las fosas nasales. El resultado de la autopsia corroboró que la causa de la muerte fue por asfixia, dijeron los informantes.