Mar del Plata le sirve de escenario a la trama de Animal. Por estos días, todo el equipo se encuentra en pleno rodaje en La Feliz, previo al comienzo de la temporada alta de la ciudad costera. La elección de Mar del Plata no es antojadiza. “Es una ciudad que combina el glamour de lo que fue y la popularidad actual –plantea Bo–. Todo el mundo quiere ir a vacacionar y ver el mar en esa ciudad. Además, tiene una estética muy particular. El drama del mar se combina con una arquitectura clásica, más inglesa que francesa, en comparación con otras ciudades argentinas. La rambla y los edificios tienen mucho de la arquitectura de los sesenta. Es una ciudad que se agranda y se achica todo el tiempo, muy bella y popular, que resulta interesante aprovechar”. El director y guionista –junto a Giacobone– reconoce que si bien no escribió el guión en función de la ciudad, cree que a Mar del Plata nunca se la mostró en su toda su riqueza. “Todavía no fue aprovechada visualmente como se merece. Tengo la convicción de que se podría filmar cualquier película, hasta una de (Alfred) Hitchcook. La intención es mostrar otro punto de vista de la ciudad. No vamos a hacer un documental. Lo que sirve de Mar del Plata es lo que aporta para el mundo que queremos generar en esta película, que tiene que ver con un viaje familiar de mucha intensidad. Las ciudades costeras transmiten la sensación de placer. El mar siempre es un elemento que remite a la calidad de vida. El inconsciente infantil de muchos quedó atado al mar”, subraya el director, que combina su trabajo cinematográfico con el publicitario. 

–¿Cuál es su relación con Mar del Plata?

C. P.: –Mar del Plata es una ciudad en la que uno tiene la sensación de que puede pasar cualquier cosa, en la que todo es posible. La ultima vez que fui tuve la suerte de conocer a Mario Monicelli, en medio del festival de cine, y no lo podía creer. En Mar del Plata hay una variedad gastronómica impresionante, podés comer de todo, de lo más refinado a lo más sencillo. Y es una ciudad que tiene unos paisajes maravillosos de cara al mar. A mí, que no me gusta mucho la playa, me resulta hermoso ir en invierno. No por casualidad muchas personas la eligen no solo para divertirse sino también para alejarse de la rutina.

G. F.: –Es una ciudad que amo. Siempre tuve un motivo para ir. De chico, íbamos con mis padres los veranos al hotel de los bancarios, porque mi papá era bancario. Mi primer viaje solo fue a Mar del Plata, con un amigo. Cuando me compré mi primera bolita 600 también debutó en la Ruta 2. Después, cuando empecé a trabajar, me instalaba tres meses del año en la ciudad con un proyecto teatral. Para mí, como para muchos argentinos, Mar del Plata es un sinónimo de placer. A mí me encanta. Hoy, sigo yendo pero cuando hay poca gente, en invierno, cuando de tanto en tanto me escapo para jugar al golf con amigos.