La Disneylandia del vino

Pablo Mehanna

La apertura de Vico es una de las más felices novedades gastronómicas de este 2017: un wine bar en los bordes de Villa Crespo, con una oferta de vinos por copa única (por tamaño y calidad) en Argentina. Un récord logrado gracias los Wineemotion, unos dispensers de alta tecnología made in Italia, que permiten mantener una botella abierta por más de 20 días, en perfecto estado y a la temperatura justa. 

El espacio es amplio, moderno. Hay mesas altas y otras bajas, sillones y taburetes, surcando la delicada línea entre elegancia e informalidad. Aquí no se venden vinos por botella, sino solo por copas. Tampoco hay una carta de vinos donde elegir la etiqueta deseada: en cambio, cada comensal debe recorrer, copa en mano, los dispensers vidriados, viendo cada botella y sirviéndose uno mismo, apretando un botón con la cantidad que se quiere beber. Hay tres opciones: tamaño degustación (35ml), media copa de 70 ml o copa completa (150 ml). Así, es posible probar más de 130 etiquetas distintas, seleccionadas por el sommelier Pablo Colina, abarcando un panorama completo de lo que es hoy la producción vinícola argentina, con diversos estilos, terruños, varietales, todo a precios que –según el vino y la medida– van de $30 a $300. Dos ejemplos: la copa del fresquísimo Costa y Pampa Sauvignon Blanc (de la bodega de Trapiche ubicada en Chapadmalal) sale $100; y la medida degustación de un Polígonos San Pablo, de Familia Zuccardi, está a $45. 

Vico además tiene una completa barra de coctelería, comandada por Manuel Dobryden (delicado el Lady trufada, un sour a base de gin Masters macerado con aceite de trufa blanca, $150). Y la cocina sorprende con la excelente mano del chef Julián del Pino, con perfectas mollejas fileteadas ($95 la ración), un pulpo español delicioso ($135) o un cordero braseado con gnocchis de queso manchego a $120, entre más opciones todas recomendables. 

Para los que gustan descubrir vinos nuevos, Vico es un parque de diversiones al que no se puede dejar de ir. 

Vico Wine Bar queda en Gurruchaga 1149.  Teléfono: 4773-2311. Horario de atención: martes a sábados de 18 al cierre. 


El de siempre, el de ahora

Pablo Mehanna

Por años, oculto en una zona atípica para un bar de cócteles, Wherever supo ser una suerte de secreto mejor guardado para los bebedores de buenos whiskies y tragos servidos con cariño y calidad. Por eso, cuando se supo que se el lugar se vendía, muchos de sus habitués temieron lo peor: que se convierta por ejemplo en una cafetería o pizzería más de la transitada zona de Pacífico. Por suerte, nada de esto sucedió. Al contrario: con sangre joven a cargo, hoy Wherever busca recuperar el brillo que supo tener en sus inicios, con carta nueva, platos ricos y la onda de siempre. 

Detrás de este nuevo Wherever están tres amigos, bartenders apasionados por la noche y por agitar las cocteleras. Javier ya trabajaba ahí, se sumaron Damu y Nacho. Presentes cada noche, reciben con sonrisa en el rostro y un menú que muestra su ideología coctelera: mezclas para todos los gustos, desde tragos dulces y frutales hasta una buena variedad de clásicos en versiones de la casa. Con estética rockera (la carta podría ser el afiche de un recital), ofrecen un best seller fresco como el She’s so high (vodka, almíbar de naranja, maracuyá, limón y espumante, $120), así como un cóctel de aires tradicionales como el Playground Love, con bourbon, ron, Mandarine Napoleon y naranja ($150), pasando por el aperitivo Cynar Diesel, con Cynar 70, Cinzano 1757 infusionado con manzana roja, jugo de lima y almíbar de tomillo y pimienta ($130). Buenos precios, ricas mezclas.  

De los fuegos, platos bien de bar con tintes norteamericanos, con alitas de pollo bbq ($110), hamburguesas como la Painkiller (con barbacoa de bourbon, champignones caramelizados, tomate y rúcula, más papas fritas, a $150) y guiños locales en la tortilla y en las empanadas de osobuco al Malbec ($60).

Wherever sigue siendo el Wherever de siempre: ahí está la selección de whiskies, de las mejores de BsAs. Está su estética de bar relajado, cuidado, con sillones, barra y mesas para ir con amigos. Pero a la vez, es un Wherever distinto, de estreno, que da la bienvenida a otros cócteles, a otros platos, con la energía 100% renovada.  

Wherever queda en Oro 2476. Teléfono: 4777-8029. Horario de atención: martes a viernes de 19 al cierre; sábados de 20 al cierre.


Garantía de calidad

Pablo Mehanna

Existen cientos de marcas de cerveza artesanal dando vueltas por las rebosantes pintas de todo el país, pero pocas con la constancia, tecnología y distribución que tiene hoy Peñón del Águila. Esta casa cordobesa logró trascender en un mercado atiborrado gracias a estilos originales (es una de las pocas marcas especializada en lagers alemanas) y a sus latas (supo ser la primera cervecería artesanal del país con sistema de enlatado). No contentos, hace poco más de un año se asociaron a la gente de Johnny B. Good, para lanzar Peñon Cervecería, bares que cuentan hoy con dos sucursales en la ciudad de Córdoba, otro en La Plata, uno más en el vecino Paraguay y, desde octubre, su última apertura, en Palermo Hollywood. 

El local, con hierro, luces de neón y madera, apuesta fuerte al aire libre, gracias a la amplia vereda y la terraza. El fuerte son sus cervezas de marca propia, con 12 canillas que incluyen los best sellers de la marca (por ejemplo, una muy excelente kölsh; también la intensa India Pale Lager, reversión del clásico inglés en fermentación baja), así como ediciones limitadas. Entre ellas, en este momento están sirviendo la súper amarga Cacao Coffee Doble Ipa, una colaboración entre Peñón y Crafter, que exhibe extremos 100 de IBU (la medida internacional que expresa el amargor). Los precios son los usuales, con pintas a $99, media pintas a $69 y el “bier hour” con descuentos entre las 18 y las 20.

La cocina muestra el expertise de Johnny B. Good: platos simples y contundentes. Correctas hamburguesas, que pueden salir con medallones de carne de 140 gramos ($155), de 200 gramos ($179) o vegetarianos ($139): la Peñon trae doble provolone, panceta crocante y una barbacoa a base de cerveza. Suman tapeos de cazuela (salchichas alemanas, albóndigas con curry, hongos rellenos con queso, entre otras, todas a $69 la unidad), wraps, papas y nachos, rabas ($195) y un rico sándwich de bondiola. 

Entre mucha oferta, en algunos casos muy buena, en otros mediocre, Peñón Cervecería funciona como garantía de calidad. 

Peñón Cervecería Palermo queda en Honduras 5702. Horario de atención: todos los días de 18 al cierre.