"En mayo van a ser cinco años de Vorterix, es poco para un medio, es bastante para la tecnología", dice de manera sintética Mario Pergolini. El desembarco de Vórterix en Rosario sumó ayer otro peldaño con la presencia de su mentor, encargado de oficializar la frecuencia 102.1. En tanto, el escenario montado sobre las calles Salta y Cafferata dejaba ver en pantalla lo que se decía en su programa Mala mía, durante los descansos musicales de Cielo Razzo, Bulldog, Cepillo y Farolitos.

Música, radio, televisión (o algo así), conciertos. Todo mediado por las nuevas telarañas tecnológicas, a las cuales Pergolini decidió arrojarse años atrás. El proyecto Vorterix es su consecuencia.

"Yo ya venía experimentando con otras pequeñas cosas, también con ¿Cuál es?", explica el conductor a Rosario/12. "Haber estado probando esos dos primeros años, antes de que el resto se diera cuenta de cómo stremear y todo eso, fue una ventaja; por otra parte, una desventaja a nivel país, cuando no se podía importar y la tecnología era cara, fue una ventaja para mí porque al haberme ya montado, se le había vuelto difícil al resto. Vorterix nació digital, mientras que el proceso para quienes se tienen que reconvertir es muy difícil. Lo que hace cuatro años atrás era una genialidad, como los conciertos gratis, hoy es un poco un commodity, ¿no? Está bueno tener tu propio contenido, tu propio venue, poder hacer otro tipo de cosas. Hoy el teatro Vorterix no transmite sólo conciertos, sino también charlas, convenciones, lanzamientos. Hacemos muchas cosas que las ven otras audiencias que a lo mejor no saben qué es Vorterix".

El concepto transmedia imbrica a Vorterix, a través de la fusión o dinámica compartida entre medios y contenidos. Al respecto, Pergolini señala que en su caso "el concepto fue cambiando, porque hemos tardado un poco en darnos cuenta de que la radio tradicional en la que me hice ya casi no tiene audiencia, o por lo menos no tiene las audiencias masivas de antes. Las radios muy habladas, al menos en las grandes capitales, son las radios menos escuchadas. Hace tres meses presentamos una película (se refiere a Tsunami, dedicada al Indio Solari), y es algo loco pensar en cómo nacimos, y en lo que aprendimos durante estos cuatro años".

 

Sebastián Joel Vargas
Cielo Razzo fue una de las bandas que tocó para Vorterix.

 

Lo que destaca en las palabras de Pergolini es cómo la película aparece como la consecuencia de hechos no previstos. Vale decir, lo que importa es la atención a la audiencia, a las asociaciones perspicaces a partir de ella. "A otro medio le va a ser muy difícil reconvertirse todo el tiempo y analizar cómo está la audiencia, porque la audiencia, sobre todo la de Internet, es muy poco fiel, y entienden que su medio es casi todo Internet. Es una época muy interesante, en medios, en tecnología, en saber leer las audiencias, en entenderlas".

En este sentido, la incorporación de sociólogos aparece como un rasgo notable. "Vorterix es un intermediario tecnológico de contenidos, es una productora de contenidos, no compramos producciones de otros, y por otro lado la radio sigue teniendo un impacto de propaladora para lo que queremos del medio. También tenemos un departamento de sociólogos, que nos están analizando todo el tiempo analytics; es fundamental entender a la audiencia, porque es muy volátil".

-‑¿La incorporación de sociólogos la tenías prevista?

-‑Nos dimos cuenta de que teníamos una big data demasiado grande y muy desaprovechada, entonces le pregunté a (Adrián) Paenza, hace cinco años atrás, qué disciplina había que podía tomar buenas lecturas de mucha data, y él me orientó hacia la sociología. Después charlé con gente de Google y de otras grandes empresas tecnológicas y ellos también estaban contratando muchos sociólogos.

Cuál será la próxima película de Vorterix, es un misterio. Pergolini esgrime sonrisas de costado y se muerde. Sólo dice que "está encarada desde un lado tan raro que no la puedo contar". Eso sí, tomará bien en cuenta las lecciones aprendidas. "A la película del Indio el 60% de la gente la vio en un celular, cuando nosotros la hicimos en 4K y con textos chiquitos que nadie leyó. ¿Será una estupidez?, no lo sé, pero nuestra próxima película no va a tener textos chicos. Además, al verla en un celular no la ven completa, porque te cansa, te aburre, te desgasta. ¿Tenemos que hacer películas de una hora y media?".

Y remata: "Creo que hoy podemos trabajar muy eficientemente porque la información está. No se trata de trabajar a pedido pero sí de entender qué le gusta leer a la audiencia, por cuánto tiempo, desde dónde, en qué dispositivo. Hoy no estamos más delante de las audiencias, sino que estamos yendo atrás todo el tiempo; bueno, a ver si podemos empatar el camino".