La semana que viene es la última sesión de la Legislatura en el año, y el larretismo está dando señales de querer cumplir una promesa de campaña. Es la venta de un notable terreno ferroviario en Catalinas Norte, una promesa de larga data al Grupo IRSA. En noviembre, el presidente Mauricio Macri anunció que el Estado Nacional iba a ceder terrenos a las ciudades de Mendoza, Campana y Buenos Aires, todos gobernados por Cambiemos. La cesión fue publicada en el Boletín Oficial el 16 de noviembre, una rapidez notable, con lo que Horacio Rodríguez Larreta ahora puede cumplirle a una empresa a la que parece privilegiar de un modo absoluto. 

En el decreto presidencial se decía que la venta de estos terrenos “generará un impulso en la economía al reactivar diversas actividades productivas, lo que redundará en el mejoramiento de las condiciones de vida de la población”, una curiosa teoría de la economía urbana. Como siempre en estos decretos y leyes, se determina que los terrenos son innecesarios y ociosos. 

El terreno entre Puerto Madero y Catalinas es un recorte ferroviario enorme, 91.000 metros cuadrados entre Madero y Antártida Argentina. Los fondos a recaudar con la venta, además de “impulsar la economía”, se van a aplicar a financiar el Paseo del Bajo, la unión entre la autopista Illia y la que va a La Plata dedicada al tránsito pesado más que nada. El proyecto, en el que Larreta insistió en campaña, no incluye la extravagante plaza aérea a generar al cambiar la traza de la Illia, pero menciona la creación de 60.000 metros cuadrados de verde en Puerto Madero. Conociendo al personaje, esos metros ya existen, aunque no estén parquizados, y sirven ahora para disimular que se pierden 91.000 metros a cementar por los amigos empresarios.

Como el trámite de transferencia es complicado y luego hay que ir a la Legislatura para sancionar la venta de la tierra, puede ser que no lleguen este jueves y haya tiempo de observar más de cerca quién las compra, por cuánto y en qué condiciones.