Por como viene la mano en las encuestas preliminares, La síntesis O’Konor, el reciente álbum de El Mató a un Policía Motorizado, terminaría 2017 con la chapa de “Mejor disco del año”. Pero antes de que los resultados de boca de urna sean confirmados oficialmente, el grupo platense tocará hoy todo ese álbum en el Festi Laptra, evento organizado a partir de las 17 en la Ciudad Cultural Konex (Sarmiento 3131), con la particularidad de que esta vez respetará el orden del repertorio. “Fue intenso todo el año, aunque luego de que salió el disco se desaceleró todo”, asegura Santiago Motorizado, álter ego de Santiago Barrionuevo, cantante y bajista de la banda insignia del indie argentino. “Si bien lo presentamos en todas partes, ya estamos agendando los lugares en los que lo vamos a seguir mostrando en 2018. Volveremos a España, haremos el Vive Latino en México e iremos a un festival en la selva peruana. Y, por supuesto, lo tocaremos en las ciudades de la Argentina a las que no pudimos ir”. 

–Después de que su propuesta musical más cercana al noise rock alcanzara el clímax con su álbum anterior, La dinastía Scorpio (2012), lo nuevo grupo desconcertó en un principio por mostrar su faceta más pop. ¿Le parece que ya se comenzó a entender de qué va La síntesis O’Konor?   

–Veo dos cosas. Mucha gente nueva que se acerca a la banda con La síntesis O’Konor. Lo notamos en las giras, sobre todo en México, donde las canciones más celebradas eran las últimas. En España, en cambio, la cosa era más pareja con La dinastía Scorpio, que pegó mucho allá. Y en la Argentina sucedió lo mismo. Pero también entiendo que haya una parte del público de El Mató, que es laque acompaña al grupo desde los comienzos, a la que le costó asimilar algunos aspectos del disco. Eso lo vi en redes sociales y comentarios, aunque necesitás una relectura para asimilar ciertos aspectos. Eso me pasó a mí también como escucha. 

–Ayer lanzaron el nuevo single del disco, “Ahora imagino cosas”, que incluye una versión acústica de “El tesoro”, con el que abren su más reciente disco, y el tema inédito “La casa fantasmal”. ¿Por qué adoptaron este método?

–Sacamos nuevos cortes y como lado B usamos temas que grabamos en el estudio donde hicimos el disco en Texas. La referencia de este trabajo es Pet Sounds, de los Beach Boys. Cuando lo arrancamos, queríamos que tuviera la misma cantidad de temas y que incluyera dos instrumentales. En cuanto a esto último, teníamos “Postales negras”, que salió como lado B de “El tesoro”, y “La síntesis O’Konor”, que sí fue a parar al disco. Luego, todo se redujo a tener en cuenta el vinilo, algo que no hacíamos nunca porque editábamos en CD. Ahora que se puede publicar en ese formato en la Argentina, nos divirtió la idea por el recorrido que tienen las canciones. Además, sabiendo que en esta era la gente escucha música mediante las plataformas digitales, podemos mostrar las canciones de a poco. Eso, junto al deseo de lanzar más adelante un vinilo doble con todo lo que registramos para este álbum, nos estimuló a mostrar todos los temas que fueron parte de esas sesiones.

–Entonces esta época los encuentra en un buen momento...

–Siempre nos sentimos bien. Somos agradecidos por las cosas que nos pasan, todo el tiempo tratamos de dar ese mensaje. Más allá de eso, éste es un momento cultural raro y difícil de analizar. Hay fenómenos como los de El Mató o Los Espíritus, que son bandas que convocan a mucha gente, pero a la vez estamos en otro plano a nivel mediático, cuando se habla de rock o de pop. Existe la necesidad de atravesar ciertos límites para que culturalmente lleguemos no sólo nosotros, sino también todas las ideas de canciones e ideas que están en esa parte alternativa. Creemos que así lo merece la cultura en general. Es un lugar que está bueno, en el que podemos producir y encarar proyectos con una base que nos permita tomar ese tipo de riesgos. Frente a los festivales, se entra en un campo bien indefinido de lo que es el mainstream y el under. Me parece que estamos bien y lo notamos especialmente en las redes sociales. Eso me genera placer. Sobre todo porque sé que somos nosotros penetrando otros sectores, por decirlo de alguna manera, y no al revés. Me gusta ese mensaje de que el arte pueda ser recibido por cualquiera. 

–Al parecer, el estadio Luna Park no recibió ese mensaje porque ustedes no pueden tocar ahí debido a su nombre... 

–Antes de que pasara esto, varios programadores del Coachella (el festival de música indie más importantes de los Estados Unidos) nos querían invitar a tocar y resulta que estamos prohibidos por el nombre. No me hubiera imaginado jamás eso. Tiene una curaduría que está buena y que parece abierta, con artistas que hablan de cosas. Lo nuestro es estético. Entiendo que la muerte de un policía está en el nombre, pero no es un mensaje directo a matar policías. Eso nos sorprendió. Al parecer, uno de los capos del festival parece que está asociado al Tea Party o algo de la derecha conservadora estadounidense. Y tiene que ver también con los anunciantes, porque no nos cerraba ese veto. Es una lástima que no podamos ir. A partir de eso, hicimos un link directo con lo que pasa acá. Nos dolió porque es choto que te discriminen de esa manera. Aunque parece que se podría rever, no sé en qué quedó. 

–¿Y Obras?

–Si bien Obras es un lugar místico para mí, porque ahí vi entre otros artistas influyentes a los Ramones, un productor nos dijo que hay una nueva medida de volumen que hace que suene muy bajo. Y eso nos tira para atrás. 

–Si bien Laptra es el brazo discográfico de El Mató a un Policía Motorizado, con el que además ayudan a visibilizar a un sinnúmero de artistas de la escena indie argentina, ¿a qué se debió la creación del festival? 

–La idea de Laptra es seguir ayudando a las bandas para que crezcan, a que tengan mejor infraestructura y editar sus discos. Le damos una ayuda básica para que crezcan. Ahora tuve la suerte de escuchar las próximas maquetas de Las Ligas Menores y están muy espectaculares. También me puso contento el nuevo disco de Bestia Bebé, al igual que lo que está sucediendo con las agrupaciones más noveles: Koyi, Srta. Trueno Negro y Súper 1 Mundial. Me copa cómo viene cada vez más gente al festival. Estamos a punto de agotar, y eso es una novedad, a pesar de que es una época en la que competimos con otros festivales. Por eso estamos agradecidos con el BUE, que no nos puso restricciones para tocar unos días antes (actuarán en la primera fecha, el viernes 15 de diciembre), más allá de que es otra cosa y tiene otro espíritu, sobre todo en este momento económico en el que muy difícil consumir. Si bien tenemos un cariño por el sello, la idea es apoyar a la independencia en general. 

–Considerando que no son sólo los pilares del nuevo indie argentino sino también de la federalización de la escena, ¿qué opinión les merece esta época? Ahora todo el mundo es indie... 

–La veo muy bien. Me encanta, por ejemplo, este nuevo fenómeno que pasa con Louta y Perras on the Beach, quienes, a pesar de ser muy jovencitos, están en el centro de la discusión. Eso siempre estuvo destinado a bandas internacionales. Me gusta esa cosa de que un artista no tenga que esperar cuarenta años para ganarse su lugar. Las canciones y la ideas tienen su poder, y si están buenas desde el vamos por qué no darles cabida.