La política fiscal del gobierno radica en que el superávit primario debe alcanzar, al menos, para pagar los intereses de la deuda. Esto significa que, a más endeudamiento, como el que se persigue con el FMI, o ante la decisión de reducir impuestos, como ocurrió recientemente con la baja de retenciones al agro o de las alícuotas a la compra de automóviles de lujo, mayor necesidad de recortar el gasto corriente.
El Gobierno alivia la carga fiscal a los ricos y ajusta a los pobres
La distribución del ingreso, pero al revés
La reducción de los impuestos a los autos de lujo, junto a otras medidas, promete un escenario de ajuste fiscal redoblado para 2025.

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