Miles de palestinos derribaron las vallas y se agolparon en un nuevo centro de distribución de ayuda en el sur de Gaza gestionado por una fundación respaldada por Israel y Estados Unidos, provocando escenas de caos. El incidente en Rafah se produjo días después de que Israel suavizara parcialmente el bloqueo total de ayuda impuesto al territorio el 2 de marzo, que generó una grave escasez de alimentos y medicamentos. El secretario general de la ONU, António Guterres, declaró que las escenas vistas este martes son "desgarradoras" y reiteró su rechazo a que el reparto de la ayuda quede en manos de la llamada Fundación Humanitaria de Gaza (GHF).
La GHF indicó en un comunicado que hubo un momento en el que "el volumen de personas en el centro de distribución era tal que el equipo se retiró para permitir que un pequeño grupo de gazatíes tomara la ayuda de forma segura y se dispersara". La distribución se reanudó tras el incidente. "Aproximadamente 8 mil cajas de comida se han distribuido hasta ahora. Cada una alimenta a 5,5 personas durante 3,5 días, un total de 462 mil comidas", detalló la organización.
"Hacía cola en un punto de distribución de ayuda en Rafah con cientos de ciudadanos y de repente una gran cantidad de personas comenzó a empujar y entrar de forma desordenada", dijo Ayman Abu Zaid, un gazatí desplazado. "Fue por la falta de ayuda y la demora en la distribución. Intentaron entrar para llevarse lo que pudieran", precisó Zaid.
"Una escena trágica y dolorosa"
La GHF denunció que Hamas estuvo bloqueando el acceso a los puntos de entrega, lo que provocó retrasos en la distribución, aunque no dio más detalles sobre esos supuestos bloqueos. El gobierno de Hamas en la Franja negó las acusaciones, declarándose "consternado" por ellas y tildándolas de ser una "invención total". El movimiento islamista dijo que los nuevos esfuerzos de Israel por distribuir ayuda en Gaza "fracasaron estrepitosamente".
"Ese fracaso ocurrió después de que miles de personas hambrientas, que estuvieron sitiadas por la ocupación y privadas de comida y medicamentos durante unos 90 días, se abalanzaron sobre esas áreas en una escena trágica y dolorosa", indicó Hamas en un comunicado. Por su parte el Ejército de Israel admitió que "lanzó disparos de advertencia en la zona fuera del complejo" para dispersar a las multitudes, y negó los rumores difundidos a lo largo de la tarde, según los cuales las tropas abrieron fuego desde helicópteros contra la población.
Indignación y críticas de la ONU
El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que las imágenes que se vieron el martes son "desgarradoras, por decir poco", y volvió a insistir en que Naciones Unidas "no está involucrada" en esa operación. "Para nosotros, la ayuda humanitaria debe distribuirse de un modo que sea seguro bajo los principios de independencia e imparcialidad, en la forma que siempre hemos hecho", algo que según Guterres no reúne la iniciativa de esta fundación creada por EE.UU. en acuerdo con Israel.
Estos señalamientos fueron criticados por Estados Unidos, que calificó de hipócritas a la ONU y a organizaciones no gubernamentales por sus cuestionamientos. "Es lamentable, porque el tema aquí es dar ayuda a Gaza, y de repente se pasa a las quejas sobre el estilo o la naturaleza de quién lo está haciendo", declaró a la prensa la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, quien calificó a las críticas como "el colmo de la hipocresía".
La Fundación Humanitaria para Gaza empezó este martes a repartir suministros en dos puntos de entrega en la zona de Rafah, en el sur del enclave. "Como parte de la apertura gradual de los centros de distribución, dos de los centros, localizados en Tal al Sultan y en el corredor de Morag, en el área de Rafah, empezaron a funcionar hoy y están distribuyendo paquetes de comida a miles de familias en la Franja de Gaza", recoge un comunicado del Ejército de Israel.
El organismo militar de Israel que coordina los asuntos civiles en los territorios ocupados (Cogat) aseguró que unos 400 camiones con ayuda humanitaria esperan en el paso fronterizo de Kerem Shalom, en el sur de Gaza, para que las agencias de la ONU recojan su contenido. "En los últimos días, la ONU ha evitado cumplir su rol y en su lugar sigue difundiendo información falsa a incorrecta sobre la angustia de los civiles", dijo en la red social X el coordinador de las actividades del Cogat, Ghassan Alian.
Registrada en Ginebra en febrero, la GHF no tiene oficinas ni representantes en esa ciudad. Su exdirector ejecutivo, Jake Wood, anunció su renuncia el domingo, diciendo que era imposible hacer su trabajo respetando los principios humanitarios. La fundación estadounidense fue criticada desde el primer momento por la ONU porque opera en lugares donde ni siquiera se declaró un alto el fuego, porque funciona según las exigencias del Ejército israelí y porque deja a muchas mujeres y niños fuera, entre otras muchas razones.
Algunas voces críticas también cuestionan quién determinó la ubicación de los puntos de distribución, especialmente a la luz de los planes de Israel para la "conquista" de la Franja de Gaza. En un artículo publicado el 24 de mayo, el diario The New York Times, citando a funcionarios israelíes anónimos, indicó que un nuevo plan de ayuda para Gaza respaldado por Estados Unidos había sido "concebido y desarrollado en gran medida por israelíes como una forma de socavar a Hamas".
180 mil desplazados en 10 días
El recrudecimiento de los ataques lanzados por las Fuerzas de Defensa de Israel sobre la Franja de Gaza provocó el desplazamiento forzoso de casi 180 mil personas en apenas 10 días, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que no incluye en este recuento las órdenes masivas de evacuación dictadas el lunes para gran parte del sur del enclave.
Los datos corresponden al periodo transcurrido entre el 15 y el 25 de mayo, en el que Israel lanzó incluso "ataques directos" sobre sitios que albergan a desplazados como campamentos de tiendas o una antigua escuela. Las organizaciones humanitarias estiman que el 80 por ciento de la Franja tiene órdenes de evacuación o está vetado para los civiles, aunque en líneas generales se entiende que "ningún lugar en Gaza puede considerarse seguro" al día de hoy, pese a que las autoridades israelíes justifican todas sus acciones en aras de un supuesto interés militar.
"Estoy muy cansado. Nos hemos visto obligados a movernos antes y (nuestra familia) se ha separado", lamentó un trabajador palestino del campo de Al Mawasi. "Mi hermano murió en una zona segura después de un bombardeo. Lo llaman lugares seguros y luego los atacan. Prefiero quedarme en casa y enfrentarnos a lo que quiera que venga, porque al menos moriremos juntos", relató a la OIM, que forma parte de un grupo de trabajo para evaluar la situación de la población desplazada.
La organización Médicos Sin Fronteras denunció por su parte que la "imprevisibilidad" de las órdenes de desalojo del Ejército israelí en la Franja de Gaza está teniendo "consecuencias devastadoras" para la salud mental de la población, víctima de "desplazamientos masivos y forzosos". En un comunicado, la organización asegura que estos desplazamientos forzosos forman parte de una "campaña de limpieza étnica" de Israel, que tiene como estrategia atrapar a los civiles en espacios "cada vez más reducidos" para desgastar psicológica y físicamente a la población gazatí.
La población recibe información sobre ataques inminentes mediante folletos, mensajes en las redes sociales o una llamada telefónica, "lo que les deja poco tiempo para buscar refugio", señala el comunicado. El Ejército israelí libra una guerra contra Hamas, que gobierna en la Franja de Gaza desde 2007, a raíz del ataque realizado por el movimiento islamista en Israel el 7 de octubre de 2023.
El sorpresivo asalto de Hamas provocó la muerte de 1.218 personas, en su mayoría civiles, según un recuento basado en datos oficiales. Ese día los atacantes también secuestraron a 251 personas, de las que 57 siguen retenidas en Gaza. De estas, 34 habrían muerto según el Ejército israelí. La ofensiva militar israelí en respuesta al ataque mató a más de 53.977 palestinos, en su mayoría civiles.