El gobernador Maximiliano Pullaro volvió a marcar ayer la senda por la que quiere que transite la convención constituyente que habrá de reformar la Carta Magna a partir del 14 de julio: mencionó varias veces la palabra "consenso" y en sus expectativas de lo que resulte trasuntó estocadas hacia sus frentes de conflicto, senadores y gremios, por ahora. Lo único que no dijo fue la meta de la reelección de su cargo, un objetivo tácito en su decir, todavía.

Pullaro habló de la reforma ayer al entregarle los diplomas de protocolo a los 69 convencionales electos el pasado 13 de abril, y que darán forma a la asamblea que sesionará desde el 14 de julio en el recinto de la Legislatura provincial. También funcionarán comisiones en Rosario, se informó. 

Los 50 elegidos por nóminas de distrito único, y los 19 electos desde cada departamento santafesino. Tal el cuadro donde el oficialismo se aseguró mayoría propia, con la ayuda pactada de antemano de la ex boxeadora Alejandra Locomotora Olivera y los otros dos de su lista que entraron en el conteo.

El visto bueno que le brindó el justicialismo a Pullaro para que sea Felipe Michlig quien presida la Convención constituyente no alcanzó para que el jefe de gobierno suavice el discurso y evite palos de campaña. Acaso porque, no obstante, esos convencionales peronistas no aceptan que el presidente de la asamblea tenga doble voto en caso de empate.

El titular del Ejecutivo, primer convencional a la vez por el frente Unidos para Cambiar Santa Fe, proclamó su deseo de "lograr una Constitución moderna, que termine con los privilegios", dijo sin mayores detalles que el parecido a la consigna libertaria de supuesta anticasta. Y en la misma línea avisó Pullaro que será su prioridad incluir en el texto constitucional la figura de ficha limpia, que ya rige como ley: "Para que los corruptos no puedan nunca más ser candidatos", dijo en línea con el discurso que fogonea el PRO a nivel nacional para proscribir a Cristina Fernández de Kirchner.

En un acto desarrollado en el Museo de la Constitución, de Santa Fe, Pullaro juntó la foto política de la jornada, con todo el arco partidario provincial, los convencionales, y además con el ministro de la Corte y presidente del Tribunal Electoral, Roberto Falistocco. También estuvieron por la Corte Rafael Gutiérrez y Rubén Weder, el fiscal de Estado Domingo Rondina, la fiscal general María Cecilia Vranicich y el intendente santafesino, Juan Pablo Poletti.

El jefe del Ejecutivo se ufanó de que ha sido en su gestión la posibilidad de concretar el llamado a la reforma constitucional, luego de 63 años. "El valor de elegir a personas que no pensamos lo mismo, en un país que tiene muchas diferencias y permanentemente la dirigencia política se agrede, pero que en Santa Fe sacamos una ley que en muchos procesos políticos que se vivieron en la provincia no se había podido lograr", valoró.

Destacó, además, la transparencia del comicio del mes pasado. "Todos llevamos adelante nuestras propuestas e ideas, pero fundamentalmente los valores y principios que representamos. Hoy tenemos los 69 convencionales reformadores elegidos", subrayó. 

Por otra parte, deslizó un dardo hacia la oposición en el Senado, en lo puntual hacia el sanlorencino Armando Traferri, acerca de su acusación trunca por fueros parlamentarios en una investigación penal sobre juego clandestino de los últimos años. "Es preciso tener una Constitución renovada, moderna que termine con los privilegios; garantice la ficha limpia como un valor supremo para que los corruptos no puedan ser candidatos nunca más en Santa Fe; que se termine con los fueros parlamentarios para que nadie se esconda detrás de eso de la Justicia", lanzó. 

Uno de los que recibió el diploma de manos del gobernador fue justamente el aludido Traferri, quien soportó estoico el momento.

Pullaro expresó a los convencionales su deseo de que en la nueva Constitución "logre materializar el equilibrio fiscal (no dijo déficit cero, al menos); que hable de seguridad, no de los delincuentes sino de la gente; que hable del fortalecimiento del sistema educativo y de las potencialidades que tiene la provincia para crecer y liderar Argentina". Allí se coló una indirecta a los gremios con los que pugna el diálogo paritario, sobre todo Amsafé, el más combativo y al que le plantó un formidable tackle al reintroducir el presentismo, descontar el día de paro y así desmovilizar la protesta docente.