Los argentinos concurren a las urnas todos los años impares. Los resultados de las elecciones permiten sacar una foto del ánimo social. Esa instantánea suele habilitar lecturas variadas. Por lo pronto, el dato central de los comicios celebrados, hasta el momento, revela un altísimo abstencionismo electoral. El porcentaje de asistencia de menor a mayor fue: Chaco (52%), CABA (53%), Santa Fe (55%), Salta (59%), San Luis (60%) y Jujuy (64%).

En el tradicional Tedeum del 25 de Mayo, el arzobispo de Buenos Aires se hizo eco de este fenómeno social. Monseñor Jorge Garcia Cuerva sostuvo que “nos hicieron perder el entusiasmo de involucrarnos, hasta de cumplir con el deber ciudadano de ir a votar, porque pensamos: “otra vez lo mismo, nada va a cambiar; sentimientos e ideas que afloran cuando se experimenta que nos mintieron muchas veces”.

En ese marco de descreimiento general, el oficialismo salió fortalecido con el primer puesto obtenido en CABA, más allá de que el 30 por ciento de los votos no signifique una victoria mayúscula. El triunfo de Manuel Adorni tuvo un fuerte impacto simbólico porque, entre cosas, definió el liderazgo de la derecha argentina, al derrotar al PRO en su kilómetro cero. 

Composición del voto

El resultado electoral de CABA también reflejó un incipiente cambio en la composición social del voto oficialista. En ese sentido, la consultora de Mora Jozami (Casa 3) hizo un análisis comparativo de los sufragios obtenidos por Adorni versus los de Javier Milei en la primera vuelta presidencial de 2023. 

El estudio revela una pérdida de dos puntos porcentuales en los nueve circuitos electorales de menor nivel socioeconómico. Por el contrario, Adorni creció 17 puntos porcentuales (38,4 contra 21,12 por ciento) en los 18 circuitos más acomodados.

Por otro lado, el Indice de Confianza en el Gobierno (ICG), elaborado por la Universidad Torcuato Di Tella, también trajo buenas noticias para el gobierno nacional. El ICG tuvo un repunte en mayo luego de cinco meses consecutivos a la baja. 

Ese índice se basa en una encuesta de opinión a nivel nacional que mide, desde noviembre de 2001, la confianza sobre el Gobierno nacional en una escala de 0 a 5. En mayo, el ICG fue de 2,45 puntos, un 5 por ciento superior a abril pero con un retroceso del 2,6 por ciento en términos interanuales. La franja más joven (de 18 a 29 años) continúa siendo el segmento etario donde el ICG es más alto (3,04 puntos).

Apoyo y deterioro

La lectura primaria es que, por el momento, la desaceleración inflacionaria continúa rindiéndole frutos al gobierno nacional. Los “daños colaterales” de la estrategia antiinflacionaria (impacto productivo de la apreciación cambiaria, deterioro de la infraestructura por la paralización de la obra pública, pérdida de poder adquisitivo salarial y jubilaciones, etc) no figuran todavía en el radar ciudadano.

Mientras tanto se acumulan postales que revelan un complejo escenario productivo- social. Por caso, diversas cámaras empresarias reclamaron apoyo crediticio para afrontar el pago de los aguinaldos y el endeudamiento familiar alcanzó su nivel más alto desde 2018.

Apelando a los datos del BCRA, la consultora EcoGo estimó que el crédito hogareño alcanzó el 5 por ciento del PBI. De ese total, el 3,8 por ciento corresponde a préstamos bancarios y el 1,2 por ciento a financiamiento no bancario (por ejemplo billeteras virtuales). 

“El crédito no bancario ya es 18,2 por ciento superior al nivel de febrero de 2022 y solo 2,2 por ciento menor al pico de marzo de 2018. Si se mantiene esta dinámica, ese récord se podría superar en abril”, apunta EcoGo. El 10,4 por ciento de los créditos están en mora, tres puntos por encima de lo registrado en noviembre de 2024.

En ese contexto, el periodista Carlos Pagni planteó que “lo que uno se pregunta es si la dinámica general no se parece mucho a aquella de Menem, quien llegó a las elecciones del 14 de mayo de 1995 habiendo derrotado la inflación con el Plan de Convertibilidad, lo que la gente premia. Consiguió la reelección con más votos que cuando llegó por primera vez al poder en 1989". 

"En esa campaña --continúa Pagni--, José Octavio Bordón, que era el gran contrincante de Menem, hablaba del problema del empleo, de las pymes, del deterioro productivo. Y mucha gente lo escuchaba como diciendo: '¿Qué diarios lee?'. Al mes siguiente de la elección, en junio, la tapa de los diarios fue: '18,6 por ciento de desocupación'. Ahí empezó otra agenda”. ¿Cuál será la tapa de los diarios argentinos a fin de año?