Las empresas energéticas Camuzzi Gas y Secco enfrentan crecientes conflictos con sus trabajadores, que alertan sobre los riesgos y problemas que conlleva su achicamiento para los usuarios. 

Ambas empresas experimentaron, de la mano de los aumentos de tarifas que la administración libertaria autorizó al sector, una importante mejora de su rentabilidad, que es la contracara del impacto de las facturas de servicios en la economía familiar.

Sin embargo, la primera se niega a actualizar salarios y la segunda intenta deshacerse de sus trabajadores, para contratar una nueva plantilla, más chica y con menos derechos. Es lo que los referentes sindicales denominan “reforma laboral de hecho”, amparado en el clima de época y la connivencia con los funcionarios nacionales.

Tras una semana marcada por la quita de colaboración en las plantas que proveen de gas a las principales ciudades de la provincia como La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca, los representantes de los trabajadores de Camuzzi no recibieron ninguna propuesta actualizada ni llamado o invitación al diálogo alguno.

En consecuencia, en una nueva reunión de secretarios generales, se decidió avanzar con las medidas de fuerza y fijar fecha para una próxima movilización a las oficinas centrales que la oficina posee en el barrio porteño de Puerto Madero. En ocasiones anteriores, esa medida, a la que los ejecutivos son muy sensibles, fue la que terminó de resolver el conflicto de manera satisfactoria para los trabajadores.

La incógnita es cómo reaccionará el nuevo CEO de la empresa, Hernán Pardo. Proveniente de Pampa Energía, Pardo es un ingeniero graduado en la Universidad de Belgrano, con paso previo por el gigante Electricité de France (EDF). Hasta ahora, el nuevo director de la empresa no quiso conocer a los líderes sindicales y delegó la cuestión en el área de Recursos Humanos.

En sus sucesivos comunicados, las distintas regionales del Sindicato de Trabajadores de la Industria del Gas y Afines (Stigas), vienen alertando sobre el impacto negativo en la calidad de servicio, especialmente en la presión del fluido, que tiene la reducción de personal que la empresa sostiene hace años.

“El personal es insuficiente y el servicio se mantiene en base a horas extras del personal que queda. Al declarar el quite de colaboración, los trabajadores dejan de hacer horas extras y queda expuesta una situación muy precaria, responsabilidad de la empresa”, explica uno de los impulsores de la medida.


Despidos y achique

La situación en Industrias Secco es análoga. Semanas atrás despidieron a los treinta  trabajadores del área de Emergencias que, desde la base operativa de José León Suárez, partido de San Martín, son los encargados de reconectar el servicio cuando ocurre un accidente, desperfecto o catástrofe natural. El caso más reciente fue la inundación de Zárate, distrito ubicado en la intersección de las rutas 9 y 6. Con ellos en funciones, la resolución hubiera sido inmediata.

Hasta 2016, Secco le proveía el servicio a Enarsa, que a su vez respondía por las empresas distribuidoras, que conforman el último tramo, pero ese año Mauricio Macri modificó la regulación y la responsabilidad recayó sobre estas empresas. Hasta ahora, Secco dejó de brindar el servicio y no se conoce prestador alternativo.

"Hace aproximadamente un año comenzaron los conflictos cuando despidieron a siete compañeros que trabajaban en el área de generación del Ceamse Ensenada y, a pesar de todas las medidas de lucha, no logramos reincorporarlos", explica el delegado, Ariel Moreno, que reporta a la Federación de Trabajadores de la Energía de la República Argentina (FeTERA), enrolada en la CTA Autónoma.

Las generadoras de electricidad están junto a las montañas de basura, porque la basura genera gas metano y los trabajadores convierten esa sustancia, también denominada biogas, en energía eléctrica. El Ceamse, junto al camino del Buen Ayre, recibe alrededor del ochenta por ciento de la basura producida por el AMBA y es, de acuerdo a estudios de organismos internacionales, uno de los puntos de mayor contaminación del planeta. 

En esos mismos basurales se rodujeron los fusilamientos de militantes peronistas del 9 de junio de 1956, por los que esa dictadura quedaría marcada para siempre en la memoria popular como "La Fusiladora", hecho que inmortalizó Rodolfo Walsh en Operacion Masacre. 

"Hace un mes, justo antes de la inundación, vaciaron el área de Emergencias y ahora en el Ceamse de San Martín quieren hacer lo mismo que hicieron antes en Ensenada", agrega Moreno. 

"Nuestro Convenio Colectivo de Trabajo es el de Luz y Fuerza, el 3675. En el caso del área de generación, lo que ellos quieren es despedirnos para contratar con otra normativa, trabajadores más baratos y con menos derechos. Pero además, intentan ahorrarse las indemnizaciones, por eso nos persiguen y hostigan, inventan supuestas causas de despido, mandan cartas documento", enumera.

La respuesta de los trabajadores, al igual que en el caso de Camuzzi fue una serie de medidas de fuerza progresivas. La última fue un corte sobre la autopista Camino del Buen Ayre. Luego de eso, el ministerio se involucró y convocó una audiencia de conciliación, pero nadie se presentó en nombre de la empresa. "Corren multas pero tampoco les importa mucho porque los montos para ellos son insignificantes", dice Moreno.

Crecimiento exponencial

Industrias Secco era, a principios de los noventa, poco más que un taller grande de Rosario. Las relaciones con el menemismo gobernante a lo largo de esa década resultaron fructíferas. 

Hoy, el grupo que conduce Jorge Balán tiene operaciones vinculadas a litio y a todo tipo de generación de energía, en algunos casos en sociedad con YPF. Hasta tiene una metalmecánica que provee insumos para las perforaciones petroleras. El grupo integra la Fundación Libertad, un think tank económico de la derecha con sede en Rosario, que apoya al actual gobierno. 

Balán estuvo involucrado en la causa "Cuadernos", luego se arrepintió y su testimonio fue importante para encarcelar a Julio De Vido, Roberto Baratta y otros ex funcionarios, pero su relación con el macrismo se resintió posteriormente. También aparece señalado en la investigación conocida como "Pandora Papers", según la cual era titular de una firma radicada en Costa Rica para realizar inversiones inmobiliarias en Uruguay. 

Camuzzi, por su parte, se sumó al festival de emisión de deuda de las empresas del sector. Tras le ingreso de los dólares del blanqueo, el año pasado, las energéticas, por su capacidad de hacerse de dólares por exportaciones, salieron a emitir y colocar obligaciones negociables (ON). La última de Camuzzi fue en febrero pasado. 

Días pasados, la petrolera Aconcagua Energía quiso emitir ONs por 250 millones de dólares, pero la operación fracasó porque las tasas que el mercado estaba dispuesto a aceptar eran impagables para la empresa. El dato viene a confirmar la tendencia a la financierización del sector, justo cuando baja el precio internacional del barril. 

Cuando las empresas entran en esa dinámica, la dificultad consiste en alinear los intereses de los inversores con los de los consumidores. Las decisiones de bajar el "gasto laboral", parecen más enfocadas en satisfacer al primer grupo.