El traslado de Milagro Sala a un inmueble que no es su casa, a 40 kilómetros de San Salvador de Jujuy, rodeada de gendarmes y policías, con control y requisas para sus visitantes, cámaras de seguridad y un cerco de alambres de púa, incumple la resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que dispuso el alojamiento en su “residencia habitual”. “Se juntan en el caso una gran animosidad hacia Milagro y un enorme desconocimiento del derecho” por parte del juez jujeño Pablo Pullen Llermanos, explica la abogada Elizabeth Gómez Alcorta, que en los próximos días apelará esa decisión. La defensora de la dirigente de la Túpac Amaru advierte que “hay un prevaricato de hecho”, que al juez que ejecuta las decisiones del gobernador Gerardo Morales “se lo podía echar por mal desempeño” y manifiesta estar “expectante de que alguien del poder político” tome la posta e impulse el juicio político.

–¿El juez Pullen Llermanos incumple lo ordenado por la Corte Interamericana?

–Sí. Lo que hace Pullen Llermanos es repetir de forma prácticamente idéntica la resolución que dictó hace tres meses para cumplir con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), con dos diferencias: aquella vez también ordenó tobillera electrónica y dos controles médicos semanales obligatorios. Ante esa resolución, que fue apelada por nosotros, la propia CIDH había evaluado que se incumplía lo que había ordenado. Cuando eleva el pedido a la Corte Interamericana advirtiendo que corría riesgo la vida de Milagro, la CIDH escribió en un párrafo que ese modo de arresto domiciliario implicaba continuar con el hostigamiento. La nueva resolución fija las mismas restricciones, repite los mismos errores, por lo que incumple claramente lo dispuesto por ambas cortes. La Interamericana sostuvo explícitamente que la domiciliaria se debe cumplir en la “residencia habitual” para no darle margen al juez de cometer los mismos errores. Pullen Llermanos tiene un desconocimiento supino del derecho, comete errores por los que alguien debería tomar la posta y pedir el juicio político. Primero se pregunta cómo interviene la Corte Interamericana sin haberse agotado la vía interna, lo que demuestra que no entiende lo que es una medida provisoria. El sistema internacional interviene cuando se agotan las instancias nacionales excepto en los casos de medidas cautelares de la CIDH y medidas provisionales de la Corte. La excepción a esa regla es la que explica la intervención en este caso, por la situación de extrema gravedad que se debe resolver.

–¿Incluyó esta vez la orden de saludar todas las mañanas a los policías que controlan los movimientos de la casa?

–No, lo del saludo en realidad no estuvo nunca por escrito. Aquella vez, cuando fue Pullen Llermanos a notificar a Milagros a la casa de El Carmen, se lo dijo en persona pero no por escrito. Desde la defensa le dijimos a Milagro que era una locura, que por eso no se animó a escribirlo y que no lo cumpliera. Ella redobló la apuesta y optó por saludarlos y preguntarles todos los días por Santiago Maldonado.

–¿El juez se tomó hasta el último día de plazo previsto para cumplir con la resolución de la Corte Interamericana?

–La Corte Interamericana dijo que su decisión debía cumplirse de modo inmediato y le dio un plazo al Estado argentino para que le notifique cómo daba cumplimiento. Ese plazo vencía el viernes. La resolución fue el 23 de noviembre, tomamos conocimiento el 28, y el 5 de diciembre la Corte Suprema le ordenó a los jueces de Jujuy que la cumplan de manera urgente. Uno escribió “de inmediato”, otro “urgente”. Nos notificaron el viernes a las 12.30 aunque la resolución estaba fechada el jueves.

–¿Cómo fue el operativo de traslado esta vez?

–Al compañero que fue a notificarse lo hicieron esperar, poco después de las once le dieron la resolución y mientras leía las restricciones le dijeron “hay un error, vuelva”. Entonces le dieron otra resolución en la que pedían que la defensa de Milagro informara si la vivienda de El Carmen estaba en condiciones de ser habitada. La realidad era que no, que se habían devuelto todas sus cosas a su verdadera casa, que ahí ya no había ni cama. Antes de las 13.30 presentamos un escrito diciendo que el domicilio estaba en condiciones, que avanzaran con el traslado, y mientras hacíamos eso la hija de Milagro, que estaba en El Carmen, nos dice que ya la habían llevado. No es que consentimos el traslado, sólo dijimos que se cumpla de forma urgente y ahora vamos a apelarlo en diez días.

–¿Cómo está anímicamente Milagro? ¿Cómo tomó este retorno a una casa que no es la suya con un régimen especial de detención?

–Para ella es importante no pasar otra Navidad en el penal. Tiene un estado psicológico de alta vulnerabilidad. Inclusive nosotros mismos, como sabemos que en los 29 días que estuvo en El Carmen se había recuperado físicamente (llegó a perder 18 kilos en dos años), entendemos que no deja de ser una batalla ganada. Pero ella ahora entiende que está dejando también a sus compañeras que siguen en el penal, por ejemplo Shakira con un post-operatorio por el que tuvieron que internarla y a quien le niegan la domiciliaria.

–¿Van a pedir el juicio político de Pullen Llermanos?

–Estamos expectantes de que alguien del poder político pueda tomar la posta, porque hay un prevaricato de hecho, el juez demuestra un nivel de enemistad supino, pero claramente es el caballito judicial de Morales, caso contrario no podría hacer todo esto. Hay que pensar que la responsabilidad del Estado argentino está en manos de este juez, que demostró un nivel de hostigamiento pocas veces visto. Se juntan en el caso una gran animosidad con Milagro y un enorme desconocimiento del derecho. Se lo podría echar por mal desempeño.