Como agrupación hemos coincidido y acordado con otros sectores en exigir la nulidad del fallo contra Cristina, desconocemos como legítimo el juicio que prohíbe la candidatura de una dirigente como ella. Repudiamos la proscripción de su candidatura, creemos que es un juicio plagado de errores y lo desconocemos en su totalidad incluso por el desprestigio y el carácter intervencionista de uno de los poderes del Estado más cuestionado y sospechado de corrupción como lo es el Poder Judicial.
Con las pruebas (como dijo el mismo Cúneo Libarona, hoy ministro de Justicia con un frondoso prontuario antes de asumir) los juristas habían llegado a la misma opinión: “No eran sólidas y todo fue muy forzado”. Cuando llegó al poder al parecer el ministro Cúneo Libarona cambió de opinión.
Mauricio Macri es el personaje político que más causas por corrupción tiene en Argentina y que maneja todos los resortes del poder judicial. Un corrupto comprobado, que goza aún hoy de impunidad, dado que nadie lo cita a dar cuenta de toda la malversación ejecutada durante su gobierno, y que es públicamente conocida por la inmensa mayoría de la ciudadanía. Hoy como una paradoja del devenir político, Mauricio Macri, se da el lujo de poder encarcelar a una dirigente de la talla de Cristina Fernández.
Estamos en contra del juicio a Cristina porque creemos que esta justicia no puede juzgar a nadie, y todos los días lo padecemos, desde el obrero que es despedido injustamente, hasta la vista gorda sobre las toma de deuda, que nos endeudan por generaciones. Todo es cómodo y se resuelve entre cuatro paredes. Si algo se debe investigar es con otro criterio de justicia. Tenemos un presidente que tiene más de treinta causas en EEUU por las criptomonedas y sigue en su cargo como sin nada.
Este estado de desigualdad sólo podemos modificarlo con una transformación total de la sociedad, con un sistema de democracia directa, incluidos los jueces, y a aquellos que no son probos, inclusive destruirlos. Pero para eso hay que hacer una asamblea constituyente con esos fines y es lo que proponemos desde nuestra agrupación.
En lo inmediato llamamos a no quedarnos puntualmente la condena y proscripción de Cristina. Llevamos más de 600 mil despidos desde que asumió el gobierno de Javier Milei, decenas de miles de fábricas cerradas, un endeudamiento obsceno sin controles, con un DNU ilegal que le otorga facultades especiales y extraordinarias para seguir libremente con esta política antipopular y antiobrera, sin que actúe el Poder Judicial.
Es lamentable que las centrales sindicales, especialmente la CGT, se preocupen solamente ahora de la reacción de este gobierno cuando encarcelan a Cristina. Porque no se trata de una sola persona cuando en realidad somos cientos de miles, por no decir todxs lxs trabajadores y el país entero quienes estamos sufriendo estas políticas depredadoras. Y todavía están evaluando si deben actuar o no. Calculando si hay condiciones para llamar a algún tipo de medida de lucha o no.
Si nos juntamos podemos derrotarlos. Cuando empezamos, los jubilados con nuestros miércoles de la resistencia en el anexo del Congreso, estábamos solos. Hoy los miércoles se transformaron en una jornada de lucha. Debemos extenderlo a todo el país. Así, con esta convocatoria, se fueron sumando las hinchadas, luego los docentes, ahora el Garrahan, incluso en algún momento fue la CGT, de manera parcial.
Debemos transformar ese polo, ese canal y cauce cuya expresión son las luchas de los diversos sectores, en un verdadero plan de lucha, desde abajo, hasta que todos, incluso la CGT se sume. Sabemos que cuando una central obrera quiere, puede. No es una cuestión de relación de fuerzas. Es una decisión política.
Así fue como comenzamos a derrotar a la dictadura allá por comienzos de los ochenta, con el “trabajo a desgano”, “el trabajo a bronca”, y fuimos sumando fuerzas hasta echar a patadas a los milicos con los “paros totales” en el último tramo del “Proceso”. Para transmitir estas experiencias estamos lxs jubiladxs.
Quiero hablarles a las “Doñas Rosas” como yo, que vimos muchos desastres. Este presidente tiene un comportamiento irracional, quiere que nos asociemos a EE.UU. cuando siempre tuvimos su bota encima. Quiere encolumnar a nuestro pueblo con los enemigos de la patria, los ingleses, que mataron a nuestros pibes en Malvinas, mientras firma acuerdos a largo plazo con Israel, que jamás votó a favor nuestro en Malvinas para meternos -como Nación- en el escenario bélico de Medio Oriente. Y seguro va a querer que lxs argentinxs nos metamos en ese conflicto.
Ya tenemos niveles escandalosos de pobreza e indigencia aumentados por el plan Motosierra. Si permitimos el avance de esta política autoritaria, corremos el riesgo de convertirnos en territorio de guerra donde nuestros recursos serán utilizados por nuestros “aliados” ¿A cambio de qué? ¿Dónde vamos a parar como pueblo y sociedad, como nación, equivale a una desintegración en pos de cuáles intereses geopolíticos?.
Creemos que la detención de Cristina es la posibilidad de movilizarnos todos juntos contra el plan “Motosierra”, pero no debemos conformarnos con esa causa. Debemos retrucar y pararle la mano a este presidente que no tiene ninguna racionalidad en sus políticas porque ninguna de sus decisiones beneficia al pueblo.
Hay que frenarlo cuanto antes, no esperemos a “ver qué pasa”, porque todos los días tenemos malas noticias, recortes, despidos y cierres de fábricas, cada día que pasa va a ser peor. No me olvido que mucha gente que decía: “No te metás”, se tuvo que meter cuando mandaron a nuestros pibes con hondas y gomeras y sin alimento a combatir por nuestras Islas Malvinas, y aquella fue la ocasión para comenzar a ver el horror de los 30 mil desaparecidxs, el desfalco al Estado y la ruina de la “Plata Dulce”.
¡Todavía estamos a tiempo! Y no me vengan con la frase remanida de “es golpismo”. Hay que ponerle límites urgentemente a este gobierno, porque como dijo San Martín: “Cuando la patria está en peligro, vale todo, menos no defenderla.”
*Integrante del colectivo A.T.E.J (trabajadores, estudiantes y jubiladxs autoconvocadxs).


