El exdirector del Museo Histórico Nacional, despedido “por razones políticas” por el Gobierno de Javier Milei, Gabriel Di Meglio, explicó qué hay detrás de su salida y reveló detalles insólitos de su situación: fue despedido dos veces, la primera con fecha para finales de julio y la segunda, con la fecha actualizada, para evitar que pueda llevar a cabo una última visita guiada, que de todos modos hará este sábado a las 17.
El historiador relató que la situación vivida fue insólita. Semanas atrás le avisaron que a finales de julio le rescindirían el contrato. Sin embargo, le hicieron una "doble despedida", aseguró: como salió a los medios a contar la situación y en el último dio detalles sobre el impacto del ajuste en museos y sitios históricos, finalmente lo desvincularon de forma anticipada.
Di Meglio había anunciado, además, que este sábado 12 de julio haría en el museo una última visita guiada, que además es valiosa ya que recientemente se han actualizado los guiones, incorporando material y recursos visuales y gráficos sobre la primera mitad del Siglo XX.
Pero esa visita no podrá ser en el interior del bello palacio ubicado en el barrio de San Telmo, en uno de los laterales del Parque Lezama. Como el historiador fue despedido, el acto se transformará en una clase pública pero en el exterior.
“Me dijeron ayer que cesaba porque yo iba a hacer una visita de despedida este sábado”, señaló.
Lejos de cancelar la actividad, Di Meglio decidió sostener el encuentro con el público, aunque ya sin poder ingresar al edificio en calidad de autoridad del museo. “Y la vamos a hacer igual este sábado afuera del museo para hablar de historia”, aseguró.
Los motivos de su despido
Sobre su salida, Di Meglio explicó: “Creo que hay algo que tiene que ver con un modelo político, no con el funcionamiento del museo. Si vos pensás que el Estado tiene que ser chico, que no tiene que intervenir, tampoco vas a querer sostener espacios como los museos, que son lugares donde se produce reflexión, historia, pensamiento, identidad”.
Así, criticó que la decisión se haya tomado sin ningún tipo de evaluación sobre su gestión. “No hubo un cuestionamiento concreto. No hubo una discusión profesional, una evaluación del trabajo. Se trató de una definición política que se aplica a muchos casos, en distintas áreas del Estado. Yo fui uno más entre muchos que están siendo desplazados”, señaló.
“Este Gobierno, a diferencia de otros, sí intenta dar una discusión histórica, tener su propio panteón. Pero en los hechos hay un ataque contra el patrimonio, porque no invertir o no interesarse equivale a destrucción”, finalizó.