Diciembre a diciembre, mientras la sensación térmica asciende hasta el límite de lo tolerable y las últimas semanas del año se agolpan con sus brindis, sus cierres, sus cuentas pendientes y balances, la mente de muchxs moldea la misma pregunta: ¿armar un motín o planear una fuga? Entre tantas decisiones que hay que tomar durante las últimas semanas del año, emerge ante todo una. Cómo y con quién pasar la nochebuena, que hace rato dejó de ser literalmente una buena noche pero es preferible no dejar de celebrar, porque huir tampoco hace las cosas más sencillas. 

Hay quien se siente a gusto cumpliendo a rajatabla cada uno de los pasos que marca el ritual navideño; también hay quienes, por el contrario, están lejos de poder habitar la fecha con liviandad de espíritu. Los protagonistas de los cuentos que integran Nuestra última Navidad, la antología a cargo de la escritora y periodista Cristina Civale (editado por Milena Caserola), están más cerca de lxs segundxs que de lxs primerxs. Y es durante ese tránsito engorroso que lxs iremos conociendo: cada unx atraviesa, a su manera, la manía personal y colectiva que se instala durante el 24 y 25 de diciembre. Por el libro desfilan, entre otrxs, una mujer joven que decidió pasar navidad junto a su hermana y aprovechará el encuentro para revisar las elecciones que hicieron de una y otra dos personas tan distintas, un emigrado a Madrid que elige pasar las fiestas en casa de una familia prestada y una chica guerrera que, como una suerte de Arya Stark o la Novia de Kill Bill, jura vengarse por el daño que le han hecho endemoniando las fiestas. Cada cuento ofrece, a partir de temas, enfoques y estilos diversos, una mirada singular y subjetiva sobre un hecho social del que resulta imposible escapar. 

“La idea se me ocurrió hace dos años, en los días que Macri ganó la presidencia con aquella promesa de armar una ‘revolución de la alegría’. Con Matías Reck, el editor del libro, nos preguntamos: ¿Qué pasaría si esta fuera nuestra última navidad? ¿Podríamos transitarla, de verdad, con alegría?” A partir de ese interrogante, Civale convocó a nueve escritores que conoció en el último tiempo (“quería incluir gente que formara parte de mi constelación afectiva, pero no necesariamente a los amigos de siempre”, dice) y les dictó la misma consigna: escribir un cuento en primera persona que transcurriese en un lapso no mayor a 24 horas, en el traspaso de nochebuena a navidad. Algunxs cumplieron a rajatabla, otrxs entendieron que las reglas están para ser desoídas. Lo que nadie hizo fue imaginar una navidad color de rosas. “Todas las nochesbuenas fueron siempre malas. La oportunidad que ofrece cada año de ser parte de algo y nunca lograrlo”, sentencia  la narradora de Nochemala en tres movimientos, de Lorena Arabia, al principio del relato. Esa tensión entre la expectativa y la realidad -que siempre puede ser vivida como un drama pero en esta época del año castiga el doble-, podría funcionar como clave de lectura para todos los cuentos del libro. 

A pesar de de que los hechos se narran con las fiestas como telón de fondo, Nuestra última Navidad no es un libro para leer solamente en esta época del año. Sin dudas funciona como una gran refugio para toda persona que tenga un Grinch adentro suyo, eso es innegable. Pero, como promete Civale desde la solapa, su potencia arrasa el feriado que marca el calendario y se expande hacia el resto de los días, de cualquier día. ¿O acaso hay alguien que se sienta sapo de otro pozo solamente una vez al año? 

Nuestra última Navidad incluye cuentos de Lorena Arabia, Claudio Molinari Dassati, Marcial Gala, Walter Lezcano, Gilda Manso, Flor Monfort, Ana Ojeda, Cristina Civale y Fabián Soberón. Se consigue en librerías o a través de la web de Cristina Civale  cristinacivale.net/coleccion9