Un complot. Así definió Javier Alonso, ministro de Seguridad de Axel Kicillof, lo que estaba gestándose en la policía de la provincia de Buenos Aires. Veinticuatro oficiales –algunos de alto rango– estaban trabajando para el comisario retirado Maximiliano Bondarenko, que en el último fin de semana fue ungido como candidato a diputado provincial por La Libertad Avanza (LLA) en la decisiva tercera sección electoral. Proyectos, información y mensajes que daban cuenta de algún tipo de coordinación con el Ministerio de Seguridad nacional fueron descubiertos en los últimos días y abonan a la teoría de que había un “golpe institucional” en ciernes. Después de que se decidiera desafectar Patricia Bullrich hacía tiempo que venían trabajando juntos.