“Una lluvia más así y no sé cómo lo vamos a contar”, dice Estela, vecina de Bahía Blanca, al recordar el devastador temporal del 7 de marzo. La ciudad no olvida aquella madrugada. El agua no solo desbordó el Canal Maldonado; arrasó con casas, calles y se llevó la vida de 16 bahienses. Desde entonces, una sola palabra recorre la memoria colectiva: prevención. A casi cinco meses del desastre, se está ejecutando una de las obras hidráulicas más importantes del sudoeste bonaerense que es la readecuación integral del Canal Maldonado. Pero no se trata solo de infraestructura. Es una deuda con el pasado y un salvavidas para el futuro. Y esa historia también se cuenta desde las veredas, entre charlas con vecinas como Analía.

Analía camina a la vera del canal y señala a Buenos Aires/12 hacia donde el Arroyo Napostá encuentra con el Canal Maldonado en el punto partidor donde se forma una especie de “Y” y en el cual ambos continúan su curso hasta el mar. “El arroyo cruza la ciudad por abajo, pasa por Bellavista, Tiro Federal y termina en Villa Rosario, que fue una de las zonas más afectadas por la inundación”. Ella, como tantos otros vecinos, vivió la angustia de ver barrios enteros bajo agua, con el miedo de no saber hasta dónde subiría el caudal. El canal se hizo para que el Napostá no desborde y el Maldonado carga agua, en caso de que el Napostá se llene a un determinado nivel, de acuerdo a lo indicado desde Infraestructura bonaerense.

Estela recuerda un tiempo en que las crecidas no sorprendían tanto: “Después de los años ‘50, con el canal derivador, nos habíamos olvidado de las inundaciones”. Pero la falta de mantenimiento convirtió al Maldonado en una trampa. Las losas laterales se desprendieron, el canal se tapó y el entubado del arroyo dejó de ser funcional. “Sabíamos que podía pasar algo grave. Pero no esto”, remata Estela.

 

 

El presente: triplicar para prevenir

“Esta es mi sexta visita desde aquel triste 7 de marzo”, mencionó el ministro de Infraestructura bonaerense y candidato a senador provincial, Gabriel Katopodis, al llegar otra vez a Bahía Blanca días atrás. “Venimos todos los meses a hacer el seguimiento del plan de obra hidráulica. No abandonamos, no dejamos tirado a nadie”.

Katopodis sostuvo que la Provincia comprometió 220 mil millones de pesos en tres ejes atravesados por la recuperación del Hospital Penna, reconstrucción urbana y, sobre todo, el sistema hidráulico. De ese total, 113.554 millones de pesos están destinados al Canal Maldonado, que se rediseña para soportar 900 m³/s, tres veces más que su capacidad actual.

El nuevo canal tendrá un ancho de boca que oscila entre 19 y 26 metros, y una base de 21 metros. Las losas de hormigón armado serán de mejor calidad y se dividirá en tres subtramos con mejoras significativas: 111 por ciento, 91 por ciento y 49 por ciento más capacidad respecto al original, según detalló el informe oficial del Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos.

La reconstrucción se ejecutará en seis etapas a lo largo de los 6 kilómetros del canal. En total, se levantarán 16 puentes, comenzando con tres: Puente Ferroviario, Puente Don Bosco y Puente Pampa Central, por un total de 6.005 millones de pesos. Cada uno fue diseñado para corregir los cuellos de botella que antes agravaban el desborde del agua.

“El cruce con las vías del Ferrocarril General Roca y la avenida Don Bosco fue uno de los puntos más dañados”, detalla el informe técnico. El Puente Ferroviario tendrá 36 metros de luz, con tres tramos de 12 metros. El de Don Bosco y Pampa Central tendrán tramos de 12 y 8 metros laterales, con pasos peatonales y calzadas de casi 11 metros de ancho.

En paralelo, se proyecta el reemplazo de 250 sumideros distribuidos en toda la planta urbana, con una inversión estimada de 1.340 millones de pesos, para mejorar la captación y evacuación de lluvias. Las obras incluyen recambio de caños, reparación de veredas, pavimentos y cordones cuneta.

Juan Carlos Scheffer, ingeniero parte del comité de expertos que asesoran sobre la obra, explica a Buenos Aires/12 que lo ocurrido en marzo se debió a una tormenta que trajo un caudal inédito con más de 900 m³/s, el triple de lo que el canal podía soportar. “Lo que quedó en evidencia es que durante décadas no se construyó el dique aguas arriba que se había previsto desde los años ‘40. Y eso nos dejó indefensos”.

Un largo camino

 

 

Según el cronograma, la obra completa -incluidos los 16 puentes- tomará entre dos y dos años y medio. El Consejo Asesor del Plan Hidráulico, integrado por técnicos, el municipio y universidades, monitorea cada paso. “La respuesta no puede ser improvisada. Estas obras están pensadas para durar entre 80 y 100 años”, insistió Katopodis.

Para Estela, eso es lo que preocupa: “Ya pasaron meses y el canal todavía no está completamente limpio. Si vuelve a llover fuerte, no sé cómo lo vamos a contar. Pero bueno, hay que tener esperanza”.

En las palabras de Analía, se entrelaza el mapa urbano con la vivencia personal: “El Napostá pasa por los barrios más golpeados, barrios nuevos, con familias jóvenes, que lo perdieron todo”.

La obra también prevé un nuevo lago recreativo en el Parque de Mayo, revitalizando un espacio que alguna vez fue símbolo de la vida cultural bahiense, según cuentan coinciden las vecinas. “Ese lago estuvo abandonado, pero si lo ponen en valor, puede ser algo hermoso para la ciudad”, comenta Estela.

Federico Susbielles, intendente de Bahía Blanca, lo resumió así en su cuenta de X ya con tono de campaña de cara a las próximas elecciones legislativas provinciales del 7 de septiembre: “El Canal Maldonado se transforma. Triplicará su capacidad para mejorar el manejo del agua y prevenir inundaciones. Se suman barandas, seguridad y más caudal. Agradezco al gobernador Kicillof y al ministro Katopodis por priorizar esta obra clave para una ciudad protegida y preparada para el futuro”.

La reconstrucción que busca ser solución integral

 

 

La reconstrucción de Bahía Blanca no empezó con esta obra, pero el canal es su columna vertebral. Lo que comenzó en la década del ‘40 con una solución provisoria -y sin mantenimiento sostenido-, hoy se reconfigura como un sistema integral que incluye no solo el Maldonado, sino también las cuencas del Sauce Chico, el Saladillo y Napostá, que requieren estudios de regulación aguas arriba.

Scheffer advierte: “Por más canal que hagamos, si no se regula la cuenca, la ciudad se va a seguir inundando. Ya hay consultoras trabajando en los términos de referencia de esos estudios”.

 

A días de cumplirse los 5 meses del temporal, el 20 por ciento de la inversión total, unos 40.470 millones de pesos, ya fue ejecutado. El Estado provincial también avanza con obras de emergencia, limpieza de arroyos y reemplazo de cañerías. Pero la reconstrucción pensando en el futuro, como dijo Katopodis, recién empieza. Mientras tanto, Analía y Estela siguen caminando sus barrios en alerta con cada tormenta fuerte que se da. Porque si algo aprendieron en marzo, es que el agua no espera.