La música es una de las artes más populares que existen, entra en el corazón de los pueblos a través de melodías y versos que también pueden volverse paisajes sonoros, imágenes repletas de color. El paralelismo puede ser directo, como sucede con los ojos negros de La Pomeña que se azulan, como la casa rosada de los potentados en la Chacarera del Expediente o el verde rocío de la Zamba del Laurel. El cruce entre canciones y visualidades, puede ser también indirecto, infinito, subjetivo, fruto del trabajo conjunto de grandes mentes.

Así, en la década del 60 emergió la Colección Estampa, una propuesta de partituras editadas con su correlato plástico en sus portadas, El proyecto, propiciado por la editorial Lagos, que fue determinante en la difusión de la música popular de las obras fundamentales del tango y el folklore argentino, con el padre de La arenosa como uno de sus protagonistas.

En ese marco, la Fundación Legado Cultural Cuchi Leguizamón reinaugura esta tarde, a las 19.30, una muestra que se vio hace dos años en la capital provincial y que desde hoy estará disponible en la escuela de música de Cafayate (Vicario Toscano 280), donde se exhibirán la mayoría de las partituras del Cuchi que formaron parte de la Colección Canción Estampa. Las piezas estarán acompañadas de fotos y documentos que ayuden a contextualizar el momento creativo de las obras musicales y poéticas.


La reapertura de la exhibición contará con las palabras de uno de los hijos del Cuchi y de Pachula Botelli. Además, la noche se enriquecerá con actuaciones diversas: Pablo Bustos, el Dúo El camino, Lautaro D'Amico, Federico Cosentino, el Dúo Cata Cata – Campos, el Ensamble de Aerófonos Andinos, el Dúo Fabricio Dioli - Daniel D'Amico, el Dúo Facundo Ponce - Guillermo Militello, la Orquesta de bandoneones Agustín Torres, y hasta una pareja de baile del Profesorado de la Escuela de Música. Todos estarán dispuestos para celebrar a uno de los salteños más relevantes de la historia de la cultura.

Partituras e imágenes aún vigentes

Horas antes de su desembarco en la región de la Serenata, Juan Martín Leguizamón, hijo del compositor y pianista, explica la razón del nomadismo de la muestra: “Creemos que sigue vigente. Este ha sido un gran trabajo, una combinación de artistas plásticos, músicos y poetas. Es una propuesta única y en donde están los más grandes creadores que hemos tenido. Lo que exponemos es una parte de esa Colección Canción Estampa que corresponde a la obra del Cuchi”, dice.

Y añade: “La intención con esta muestra es llevarla al interior de la provincia a donde pocas veces puede llegar material de esta calidad y estas características. Desde la Fundación nos proponemos trabajar con jóvenes estudiantes de sectores populares, eso nos moviliza a llevarla al interior provincial”. Leguizamón destaca además que la itinerancia sucede en parte para reconocer la actividad artística que “sin duda se da con gran calidad en los pueblos y ciudades del interior de Salta”

El Fiero Arias, Zamba de los Mineros, Lavanderas del Rio Chico, Serenata del 900, Balderrama, Navidad de Juanito Laguna, El Silbador, La Mulánima o Canción del que no hace nada son algunas de las veinte piezas exhibidas que evidencian el cruce del Cuchi con grandes figuras nacionales de la pintura como Carlos Alonso, Rómulo Macció, Matías Molinas, Orlando Pierri, Aldo Biglione, Antonio Berni, Rodolfo Campodónico, Pedro Molina o Josefina Robirosa, entre otros.

Las obras pictóricas de algunas ediciones, como la de Berni, ya estaban realizadas. “La serie de Juanito Laguna es un trabajo muy conocido del cual ya había varias obras que se distribuyeron entre distintos artistas para musicalizar. Hay otras que se hicieron especialmente para ilustrar poema y música”, destaca la Fundación.


Asimismo, sobre el emblemático proyecto, Juan Martín Leguizamón subraya que “la conjunción de artistas plásticos músicos y poetas es una idea genial y única de Rómulo Lagos y su editorial. Me parece que esa conjunción se enriquece en todas las expresiones artísticas que participan de un mismo momento, un mismo objeto que en sí mismo ya es un diálogo artístico enriquecedor”, dice.

Para concluir, y en consonancia con la situación preocupante de la cultura en estos tiempos, Leguizamón consideró que “La emergencia es generalizada y el hambre no espera. Pero sabemos que también el arte alimenta, enriquece y muestra un horizonte más sensible que el triste momento violento y vacío de participación cultural y muy poco serio en que estamos. A la brutal ignorancia, le aportaremos un poco de arte colectivo del mejor, identidad y sensibilidad amorosa”.

Un poco de historia

Entre 1948 y el 2000 la Editorial Lagos tuvo un rol central en la multiplicación de canciones que hoy son hitos del acervo musical nacional. En 1960, con una estrategia revolucionaria, Lagos decidió publicar muchas de las partituras de su fondo editorial con la portada de obras de los más importantes artistas plásticos argentinos de la época.

Durante la segunda quincena de mayo de 1973, con el auspicio de la entonces Subsecretaría de Cultura del Ministerio de Educación se realizó en el Salón Nacional de Exposiciones Palais de Glace una muestra con 200 obras plásticas y partituras de la Colección Canción Estampa.

En ese contexto, los titulares de la Editorial, Rómulo Lagos y Juan Barbará, indicaron: “La Colección Estampa es un mensaje nuevo, donde tres lenguajes de entraña milenariamente popular como son la música, la poesía y las artes plásticas, participan de un mismo objeto de arte destinado a enriquecer espiritualmente al pueblo”. “Advierta el que nos mira que estas estampas no son nada más que el testimonio creador de un pueblo que afirma cuando canta su fe inconmovible en el luminoso destino de América”, agregaron.