Una vez más se alinearon los planetas en torno a la familia Gieco. En concordancia temporal con la reedición del único disco de PorSuiGieco (banda que integró León en los setenta) a cargo del INAMU, su hija Joana Gieco lanzará este lunes 18 de agosto en plataformas digitales una versión de uno de los clásicos de aquel trabajo: “La colina de la vida”. Junto al cantante Ike Parodi y Alejo León en cuerdas, la artista se sentó al piano (como lo había hecho Charly García en el tema original) para renovar la canción que su padre escribió a fines de 1974, y homenajear a Hugo Soriani, fundador y director general de Página/12, fallecido en abril del este año. 

“Hace tiempo teníamos pensado con Alejo iniciar un disco homenaje a mi padre, versionando canciones de su repertorio con artistas elegidos por nosotros. Lamentablemente, en el proceso de este trabajo, ocurrió el tristísimo fallecimiento del querido Hugo Soriani, quien fue pieza fundamental en el apoyo a nuestro dúo desde el inicio. Tanto él como su esposa Laura concurrieron a todos los conciertos que brindamos en Capital”, dice Joana a Página/12. “La amistad que llevaron adelante por tantos años Hugo y mi padre se extendió entre ambas familias, lo que hizo que creyéramos adecuado que este primer tema esté dedicado a él. Justamente esta versión con Ike y Alejo la tocamos en vivo en el último show al que Hugo pudo concurrir”.

La idea volver en ropa nueva sobre “La colina de la vida” a cargo del tridente Joana-Alejo-Ike tuvo su origen durante una gira que el guitarrista encaró por Santa Fe. En una de las paradas (Cañada Rosquín, casualmente) fue que Joana y Alejo se encontraron con Ike y entre los tres trazaron el primer plano de la canción. “Ike venía con muchas ganas de hacer una versión del tema y nosotros veníamos pensando en comenzar el disco homenaje a mi papá. Ahí se unió todo”, desarrolla Gieco hija. “El proceso creativo se dio en primera instancia para reversionar lo que iba a tocarse en vivo en un show que teníamos por venir, pero luego decidimos grabarla e ir mejorándola de a poco con los tintes de cada uno”, aporta Alejo, que acaba de publicar a dúo con Joana el disco Suprasustancial. “El armado del tema se fue realizando de manera virtual, cruzando ideas y conceptos concretando esta versión de manera bastante casera”.

-Y sobrevolada por el componente emocional que implica la dedicatoria a Hugo...

Alejo León: -Se la dedicamos a Hugo por el cariño que le tenemos y por haber sido una parte importantísima en la difusión de nuestro dúo. Él nos motivaba a hacer cosas, a seguir tocando y creando, y disfrutaba muchísimo de nuestra música junto a Laura en cada concierto. Es más, Hugo fue uno de los primeros en escuchar la versión en vivo e impulsar su grabación. Él va a seguir estando en nuestra memoria y en nuestro corazón, y seguirá siendo fuente de inspiración no solo en lo musical sino en la vida en general.

-Joana, el lanzamiento de la versión de ustedes coincide justamente con la reedición del disco de PorSuiGieco que contiene la original, y que provocó la reunión de todos sus integrantes para escuchar junto el disco. ¿Qué te provocó verlos así, después de tantos años?

Joana Gieco: -Me parece hermoso el reencuentro de PorSuiGieco. Creo que fue una banda baluarte del rock nacional. Si bien aún no tuve la oportunidad de escuchar la masterización del disco que sale la próxima semana, no dudo del resultado de excelencia. Creo que ese disco se merecía esto.

Joana no recuerda con exactitud cuándo fue la primera vez que escuchó “La colina de la vida”, cuyo nacimiento se produjo ocho años antes que el de ella. Pero sí deviene nítido en su alma que no solo esa primera vez sino todas las que se encontraba con ella le produjo un sentimiento de melancolía y de "estar en lo cierto". “En la verdad de la realidad, al igual que 'La Navidad de Luis'”, asegura. “Las canciones de mi padre son parte de mi vida”, amplía. “Quizás no tuve una 'familia tipo' ya que durante mi niñez él viajaba muchísimo por giras  y había bastante ausencia paterna, pero todo eso era recompensado con canciones que me formaron como persona. Con cada canción resueno en algún punto”.

-¿Y si te metés bien dentro de “La colina de la vida” qué aparece, además del sentimiento de melancolía que decías?

-Que me resulta alucinante su nivel poético y musical. Si bien toda la letra me interpela muchísimo, hay estrofas con las cuales me siento muy identificada como “Nunca me creo en la cima o en la gloria, eso es un gran fantasma, creado por generaciones pasadas” o “Busco hacer pie en un mundo al revés, busco algún buen amigo, para que no me atrape algún día”. Si bien a mi parecer esta estrofa representa lo vivido en la trágica época de la dictadura, también representa la actualidad y en lo personal, a mi presente continuo. Y creo que define el presente de muchos otros, también. Es una canción que entra en las personas por lo reflexivo, lo existencial y por lo que representa.

-El tema ha tenido varias versiones. Una la forjó Attaque 77 para el disco Otras Canciones, publicado en 1998. Otra corrió a cargo de Las Pelotas cuando grupos y solistas se congregaron en un disco-homenaje que vio la luz en 2008 ¡Gieco querido! Cantando al León y una tercera que grabó Pequeña Orquesta Reincidentes en 2007, en su disco Capricho. ¿Qué opinión te merecen ellas?

-Las tres me parecen muy buenas, cada una en su estilo, Pero por la de Attaque 77 tengo un cariño especial por haber estado en la prueba de sonido y el concierto en Obras, cuando invitaron a mi padre a cantarla con ellos. Además, quiero destacar que hay un montón de artistas no conocidos que hacen llegar versiones muy buenas. La canción sigue viajando y los músicos la reversionan con mucho respeto y cariño.

“La colina de la vida” nació en Achiras, pueblo de Córdoba donde León estaba alojado en una pensión junto a su mujer. “Papá me contó que desde muy temprano en la madrugada habían despertado por un rico olor a pan que estaba haciendo la señora del lugar. Fue en ese instante que tomó su guitarra, se alejó hasta el gallinero y compuso la totalidad de la canción. Más de cuarenta años después, las hijas de esta señora lo invitaron a la inauguración de una estatua, y la sorpresa fue que el intendente le mencionó que esa zona llevaba el nombre de La Colina. Cosa que él no sabía al componer la canción y que se vino a enterar 40 años después”, epiloga Joana.

León con su estatua en Achiras, Córdoba.