El rock argentino sigue recuperando títulos clave en el formato de vinilo. Ahora le tocó el turno a Andrés Calamaro, que ya tiene varios de sus discos reeditados pero de quien faltaba su primera etapa solista: al fin, Hotel Calamaro y Vida Cruel regresan al plástico king size, remezclados y remasterizados para la ocasión y con tapas alternativas, las mismas fotos originales (que también están en el interior de la tapa desplegable) redibujadas en estilo pop art. Es una excelente oportunidad para reencontrarse con dos facetas bien diferentes del Calamaro de los años ochenta: el debut de 1984 aún sigue las líneas netamente pop de sus hits en Los Abuelos de La Nada, con grandes momentos como “Otro amor en Avellaneda”, “No me pidas que no sea un inconsciente”, “radio actividad radial” y “Fabio Zerpa tiene razón”. Al año siguiente, Vida cruel dio sobradas muestras de la buena colaboración establecida por el cantante y tecladista con los músicos de Fricción. Así, Richard Coleman, Fernando Samalea y Celsa Mel Gowland suman una impronta más oscura a un disco en el que desfilan también Fabián Von Quintiero, Daniel Melingo, Ariel Rot y Gringui Herrera, entre otros. El segundo solista también deja canciones para el recuerdo como “Qué vida cruel”, “Dice un proverbio chino” y “Fotos de ídolos”, junto a un encuentro cumbre con Charly García y Luis Alberto Spinetta en “Vi la raya”. Como en la reedición en CD de 1994, Calamaro decidió dejar fuera el tema “Sobran habitaciones”. Que, a su juicio, efectivamente sobraban.