Gabriela Sosa, candidata a diputada nacional junto a Carlos del Frade por el Frente Amplio por la Soberanía (FAS) apunta a llevar al Congreso de la Nación propuestas clave de la agenda feminista. Según adelantó a Rosario/12, se trata de proyectos de importancia vinculados a las mujeres y diversidades sexuales, como la declaración de Emergencia en Violencia de Género y la iniciativa relacionada con que "la deuda es con nosotras y con nosotres". Sosa es una reconocida militante feminista, directora ejecutiva de la organización Mumalá y activista de la lucha contra las violencias machistas y por la defensa de los derechos, que también pasó por la gestión pública. Con ese recorrido, dio detalles de una agenda cargada hacia el Parlamento.
Se define como una hija de los '90. "Cordobesa pero con una Santa Fe que me adoptó hace más de 20 años. En la vida política, soy hija de abuelos y padres de sectores populares y me empiezo a preocupar desde esa cercanía", dice. Estudió comunicación social, con militancia en la agrupación Venceremos y un trabajo con juventudes e infancias en los barrios. "Me mudé a Rosario en la búsqueda de seguir multiplicando un proyecto de izquierda nacional, a fines de los 90. Me tocó acompañar a mujeres de los sectores populares en aquellos momentos, en los barrios. Nos incorporamos a la CTA, fui parte de Frente Nacional contra la pobreza. Me tocó transitar el 19 y 20 de diciembre de 2001 organizada en la CTA, con las juventudes; fui compañera de Pocho Lepratti. Y empecé a preguntar y preguntarme luego algunas cuestiones vinculadas a la violencia y me fui involucrando con el tema de las desigualdades de género. Humildemente fuimos gestando este feminismo popular", recuerda. Luego fue convocada a la dirección de Derechos Humanos en Rosario; y más tarde a la Subsecretaría de Políticas de Género, en la gestión del ex intendente Miguel Lifschitz. "Estos cambios de cómo se configuró lo que fue el Frente Progresista, viniendo de donde veníamos, no nos contenía, por lo tanto empezamos a construir otra experiencia y seguimos militando", señaló.
-¿Cómo se conformó tu candidatura a diputada nacional?
-Venimos trabajando desde hace dos años en el FAS. Pertenezco al movimiento Libres del Sur, y conformamos este espacio que lidera Carlos Del Frade, que también va a encabezar la lista con once partidos y espacios sociales vinculados a los derechos humanos, a la defensa del ambiente, diferentes expresiones del campo popular, de la izquierda nacional. Cuando pensamos en una estrategia de propuesta política para la provincia y el país, lo pensamos integralmente. La figura de Carlos tiene sus propias agendas y recorridos, con una cantidad de valores que reconoce la ciudadanía. En esta coyuntura de tantos ataques del gobierno nacional a las mujeres, a las diversidades sexuales, se pensó en una candidata a diputada nacional con un recorrido en el activismo feminista, que pudiera acompañarlo. Además, se complementa con otro interés que es poder destacar y poner en valor la realidad de los sectores populares, a partir de esta coyuntura de gestión nacional. Mi recorrido viene por un lado, la pertenencia a espacios sociales siempre vinculado a lo comunitario, al trabajo territorial, y además, en algunos momentos, a la gestión pública vinculada a la defensa de los derechos de las mujeres que hoy son el centro de un ataque, aunque Milei nos ataca a todas y a todos, pero hay una especial atención vinculada a las mujeres, así que desde ese lugar vamos a llevar nuestras propuestas al Congreso.
-¿Cuáles son esas propuestas?
-Seguimos trabajando y desde hace muchos años la declaración de Emergencia en Violencia de Género, la presentamos en dos oportunidades en el Congreso, en 2018 y en 2020. Este fin de semana tenemos un encuentro nacional del espacio feminista que coordino (Mumalá), y seguramente estemos planteando una nueva presentación de esta declaración de Emergencia, con las mayores desigualdades que teníamos desde la última oportunidad que la presentamos. Se ha empobrecido nuestra vida en múltiples aspectos, también en las violencias más extrema y en los contextos en los que habitamos, la vida cotidiana, en la posibilidad de trabajar, la multiplicación de las tareas sin remuneración en nuestro poder adquisitivo, en las deudas. Creemos que hay que repensar el proyecto de declaración de Emergencia que vamos a llevar al Congreso, no solo con la idea de coyuntura porque queremos que tenga una utilidad más allá de estos dos años que le quedan al gobierno, pero sí que tiene que estar enriquecida con un contexto muchísimo más difícil para nosotras, y más violento. Está el caso reciente de La Matanza (por el triple femicidio). En lo concreto, las violencias sobre nuestros cuerpo se han multiplicado, las violencias económicas y las violencias, estas que nos llevan a la muerte, también van encontrando mayores posibilidades de multiplicación, no solamente por el machismo, sino por ejemplo con la multiplicación de las bandas narcocriminales o la facilidad que van a tener a partir de medidas económicas que ha tomado el gobierno, o de falta de control estatal. Este delito también se facilita porque no hay control de armas, el lavado de dinero, la falta de control sobre política pública, la corrupción. La declaración de la Emergencia, inicialmente cuando la planteamos en 2018 estaba centralmente asentada en los femicidios íntimos y hoy diría que es una Emergencia en Violencia de Género que tiene otros planos donde se ha ido afianzando esa violencia.
-En esta línea, repiten las organizaciones que mujeres y diversidades sexuales son las más afectadas.
-Eso se vincula a un segundo proyecto, que tiene que ver con nuestra vida cotidiana, aunque a veces parezca que son temas que solo discuten los economistas, la deuda es con nosotras y con nosotres. Tenemos una experiencia que hicimos durante el gobierno de Alberto Fernández, salimos a plantear que no se debía realizar un acuerdo con el FMI sin investigar esa deuda (contraída en el macrismo), determinar qué parte era genuina y cuál fraudulenta. El otro proyecto que vamos a impulsar tiene que ver con poder auditar la deuda externa, determinar cómo fue tomado y prestado ese dinero del FMI y a costa de qué. Si hubiera que titular esta nota serpa sería que "la deuda es con nosotras y nosotres", y esto tiene mucha actualidad. Volvemos a discutir el tema de la toma de deuda, que la plata que está en las reservas es dinero que se va a usar para pagar la deuda cuando tenemos situaciones de pibas sin trabajo, o que hay que trabajar dos o tres veces más, o llevar a la feria lo que podemos vender porque no podemos llegar a fin de mes, incluso el tema de las deudas domésticas, algunas formales y muchas informales, con todo el universo que eso abre. Insisto con llevar esto a la vida cotidiana. La deuda que los gobiernos tienen que saldar es con el pueblo argentino, en particular con las mujeres y diversidades.
-Días atrás, hablaste de la situación provincial en la materia, a partir de un reclamo que hicieron organizaciones en Santa Fe.
-Sí. Cuando me tocó estar en la gestión -como Subsecretaria de Políticas de Género provincial, entre 2015 y 2019-, lo planteamos: mayor presupuesto, no puedo dar un ejemplo en el país donde los presupuestos hayan estado a la altura de las circunstancias, pero sí hay una evidente desjerarquización. Cuando el gobierno nacional desjerarquizó el Ministerio de las Mujeres, rápidamente en las provincias se desjerarquizaron los ministerios que existían. En el caso de Santa Fe sucedió lo mismo. Los presupuestos son escasos. Una de las primeras medidas fue desatenderse de un grupo de trabajadoras que si bien no eran de planta, sí eran valiosas en los grupos de trabajo.
-Es obvio que te preocupan otras cuestiones.
-En materia de salud estamos en una situación muy compleja. Venimos haciendo informes en los centros de salud de los territorios, y llamamos la atención por cosas como centros de salud que cierran por falta de profesionales, o por violencia a sus trabajadoras, falta de medicamentos, turnos que se dan con mucha demora, por ejemplo en salud mental.