La editorial infantil y juvenil Chirimbote cumple diez años, y lo celebra con un festival gratuito y abierto a toda la comunidad lectora. Pensado para las familias, docentes, niñeces curiosas, amistades de la vida y de los libros, el Chirifesti propone una jornada de libros, juegos, música y abrazos colectivos. La cita es este sábado de 16 a 20 horas en la Casa de Teresa (Acuña de Figueroa y Humahuaca). Sólo hay que llevar mate y ganas de compartir.
“Es nuestro primer festival, y pudimos llevar adelante la idea de hacerlo gratuito y en la calle, que son dos cosas que nos mueven desde que arrancamos este proyecto. Estamos con mucha expectativa y felices por celebrar junto a nuestro público, compañeras y amigos estos diez años de trabajo”, señalan Emiliano “Pitu” Saá y Nadia Fink, la dupla fundadora de la editorial.
La programación del Chirifesti contará con juegos organizados por Aula Vereda, una ronda de ilustradoras e ilustradores, dibujo colaborativo y talleres para las infancias, puestos de libros y comidas, entre otras sorpresas. Además, se presentará la última publicación de Chirimbote: La pantalla de Lucía, que indaga en el vínculo entre las niñeces y las tecnologías, junto a las autoras Teresita Regueiro y Mariana Ardanaz. Y el final será a pura música, de la mano de Susy Shock y la Banda de les Mostres que ofrecerán un show con lecturas y canciones.
Chirimbote nació como proyecto editorial autogestivo a comienzos de 2015, cuando la escritora y periodista Nadia Fink y el dibujante Emiliano “Pitu” Saá decidieron lanzar la colección de libros Antiprincesas, que continúa sumando títulos con el mismo objetivo inicial: hablar de las mujeres importantes de la historia desde una perspectiva no edulcorada. Del mismo modo, y en la misma línea de romper moldes, lanzaron al poco tiempo Antihéroes, una colección que repasa la trayectoria y el legado de hombres célebres. Más tarde, la editorial expandió su universo y continuó editando materiales en los cuales se exploran temáticas de género, diversidades, discapacidad y derechos humanos.
-¿Qué historias de las que han publicado consideran que fueron las más desafiantes al momento de adaptarlas para toda la familia?
Nadia Fink: -Si repasamos un poco, hubo tres que nos desafiaron muy fuerte. La primera es la historia de Evita, porque tuvimos que investigar mucho y pensar qué y cómo contábamos esa historia con lo controversial que resulta su figura para muchas personas adultas. Necesitábamos dar cuenta de cómo se juzga, se mira y se repele a las mujeres políticas y, además, queríamos que ella fuera la protagonista, más allá de su compañero de vida. Otro desafío enorme fue escribir sobre Mica García para las infancias, porque era la más joven de nuestras antiprincesas y porque no queríamos que su femicidio fuera el eje de la historia. En ese sentido, pudimos trabajar de la mano de su familia porque la idea era la que llevan como bandera: que recordemos a Mica por cómo vivió, por su solidaridad, su amor por la vida y su deseo de un mundo mejor y no por cómo murió. Y la última es Rosa Luxemburgo, que nos desafió porque teníamos que hablar de otro continente, de otra cultura y porque tuvimos que buscar en su recorrido puntos que atrajeran a las niñeces. ¡Y resulta que tenía un montón! Era una mujer que amaba las plantas y los animales, que tenía un herbario con el que andaba para todos lados, que mantenía una correspondencia hermosa con sus amigas y que escribía con mucha poesía y humor.
-¿Cuál ha sido la recepción del público lector en estos años?
“Pitu” Saá: -Cuando lanzamos nuestro primer libro de las Antiprincesas, Frida Kahlo para chicas y chicos, notamos un interés en el público y en los medios que fue aumentando a medida que avanzaba la colección. Hace diez años no eran tan comunes esas temáticas en libros infantiles, y ese hecho, sumado al esfuerzo y la dedicación, fue clave para fidelizar una relación con nuestras lectoras y lectores que continúa hasta hoy. Con el desarrollo de la editorial, y con la incorporación de valiosas compañeras y compañeros al proyecto, pudimos agrandar nuestro catálogo, crear contenido en redes, realizar talleres de capacitación y, tal vez lo más importante, conformar una red comunitaria con lectores, docentes, autoras y colegas para seguir creciendo en comunidad.
-Chirimbote nació con el objetivo de aportar nuevas perspectivas y miradas a la literatura infantil y juvenil. ¿Qué balance hacen de estos diez años de trabajo en este aspecto?
N.F.: - El balance es muy positivo. Si miramos hacia atrás, siempre fuimos creciendo, haciéndonos nuevas preguntas y manteniendo el espíritu con el que nacimos: jugar y fomentar el juego en las niñeces (y personas grandes también). Al principio, las antiprincesas fueron muy novedosas, pero hoy nos siguen buscando por ellas y nos desafían todo el tiempo a que incorporemos nuevas. Además de sumar cuentos que tienen que ver con otras temáticas, también fuimos desarrollando un catálogo que focaliza en las maneras en que educamos y en las que construimos lazos con las infancias y las adolescencias, poniendo mucho foco en la ESI, que es una ley que siempre está en disputa y necesitando que la fortalezcamos.
-¿Qué nuevos proyectos tienen planeados para la editorial?
P.S.: - Sabemos que son tiempos difíciles en nuestro país, y eso hace que no sólo tengamos que adaptarnos a la crisis económica, sino también tener bien atentas las antenas para captar qué libros serán necesarios en esta coyuntura. En esa clave, lanzamos nuestro último libro La pantalla de Lucía, escrito por Teresita Regueiro e ilustrado por Mariana Ardanaz. Como su título indica, intenta reflexionar de manera lúdica acerca de la relación entre las infancias y las personas adultas con la tecnología. También estamos preparando un libro para personas adultas con esa temática. Por otro lado, la Historia y la cuestión ambiental son otros ejes que seguramente estarán presentes en nuestros próximos contenidos.