La denuncia sobre la supuesta construcción de estructuras sobre el lecho del río Bermejo, frontera natural con el Estado Plurinacional de Bolivia, derivó en distintas versiones que motivaron una inspección de la Comisión Regional del Río Bermejo (COREBE). 

La semana pasada, el interventor municipal de Aguas Blancas, Adrián Zigarán, denunció la construcción de dársenas sobre el lecho del Bermejo, cauce de agua que en este punto de la extensa frontera internacional separa al pueblo argentino de la ciudad boliviana de Bermejo. 

En declaraciones públicas recriminó que las autoridades bolivianas hayan cuestionado la construcción de lado de un alambrado de 200 metros para evitar el contrabando y, sin embargo, hayan permitido la obra de estas dársenas. Estas se constituían como extensiones de piedra que avanzaban sobre el cauce del río y a la vez sirven para el arrime de las chalanas.

El fin de semana la crecida del río Bermejo se llevó estas estructuras además de arrastrar otros elementos con los cuales los trabajadores de frontera pasan las compras de un lado al otro, dadas las restricciones que hay en el puente internacional, como el tope de compra de hasta 300 dólares.

Zigarán elevó a la Cancillería el reclamo por lo que consideraba una obra inconsulta y espera respuesta a su denuncia dado que afirmó que las dársenas se hicieron sin contar con un estudio que prevea el impacto ambiental. Su mayor preocupación era que por las estructuras, el Bermejo se recueste sobre la ribera argentina e inunde Aguas Blancas. Pero el río ya arrastró las dársenas.

Precisamente, la directora de Vigilancia, Control de Fronteras e Hidrovías del Ministerio de Seguridad de la Nación, Virginia Cornejo, le restó importancia a estas obras. “Es el mismo sedimento del río que ellos van acomodando”, respondió a la consulta de Salta/12. La funcionaria nacional afirmó que esta práctica está instaurada entre los trabajadores de frontera o bagayeros, que van apilando los sedimentos que va arrastra el río desde la cuenca alta. Y como sucedió el fin de semana, cuando el Bermejo crece, esas construcciones son también arrastradas por la corriente. La funcionaria mostró fotografías que este lunes mostraban el cauce totalmente liberado por acción de la crecida. 


Cornejo añadió que no existe riesgo de que el agua ingrese a Aguas Blancas y, en cambio, dijo que lo que preocupa es “el estado de abandono” de la infraestructura de este pueblo del departamento Orán que puede implicar un riesgo para quienes caminan por el lugar. “Está todo cavado, con zanjas, y se corre riesgo al caminar”, afirmó.

“No son dársenas. Son movimientos de agregados de mutuo acuerdo entre cooperativas de ambos países”, indicaron por su parte fuentes de bolivianas. Dijeron que el objetivo de la contrucción de estos muros de contención es contar con caudal de agua para el transporte de pasajeros de ambos países con las chalanas.

Esa es la misma versión que dieron los trabajadores de frontera de la ciudad de Bermejo a la periodista de esa ciudad Sandra Calapiña, quien mostró ayer imágenes en las que se veía que las presuntas dársenas, como sucede todos los años con las crecidas, habían desaparecido.

“Son las primeras crecidas, pero queremos tener la menor cantidad de complicaciones”, dijo por su lado el secretario de Recursos Hídricos de la provincia, Mauricio Leal, al sostener que como integrante de la COREBE mantuvo contacto con funcionarios de Bolivia para realizar inspecciones en el lugar en los próximos días.

“Se van a tomar las medidas necesarias para ver justamente el potencial problema”, añadió al sostener que es importante observar la posibilidad de que exista un real impacto de estas estructuras.

Control biométrico

En otro orden, Viginia Cornejo aseguró que se busca agilizar el control en los pasos internacionales habilitados y que quienes fueron a comprar al país vecino “puedan volver tranquilos a sus casas”. El día de la crecida del río se hablaba de más de tres mil personas varadas.

“El orden es para quienes vienen a delinquir”, afirmó al ponderar las acciones enmarcadas en el Plan Güemes, que preveía un refuerzo de controles en la frontera norte.

Entre ellas las medidas para agilizar los controles, la funcionaria señaló la futura incorporación de un sistema de reconocimiento biométrico para el tránsito bilateral fronterizo de quienes viven en zonas de frontera, lo cual beneficiaría a vecinos y vecinas nacionales que deben circular por territorio boliviano para llegar a centros urbanos del país.

Cornejo dijo que el sistema ya funciona en La Quiaca, en la frontera de Jujuy, y se busca instrumentar en otros puestos de control, entre ellos los de Aguas Blancas.