"Impotencia". Eso fue lo que manifestaron docentes del barrio San Francisquito por un nuevo robo de cables que dejó sin clases y sin comedor al edificio donde funcionan dos establecimientos educativos: una primaria y una técnica. El de este lunes por la madrugada fue el cuarto robo que sufren en diez días. Desconocidos volvieron a ingresar al establecimiento de Cafferata al 2600, este fin de semana. "Hacemos un gran esfuerzo para mantener las escuelas en un barrio con tantas necesidades”, expresaron desde establecimiento que quedó sin luz y sin agua.
Se trata de la institución donde funcionan la Escuela Primaria N° 1.150 San José, a la que asisten 400 estudiantes, y de la Técnica San Francisquito, donde van otros 200. Además, en el lugar hay un servicio de comedor escolar que brinda alimentos a alumnos y alumnas, diariamente.
“No podemos dar clases ni brindar los servicios, tampoco hay agua porque no funciona la bomba que sube el agua a los tanques. Acá a la noche es tierra de nadie”, describió una maestra en Canal 3.
Según indicaron, las obras no solo demandarían la instalación eléctrica, sino también tareas de albañilería y herrería para mejorar la seguridad del edificio. "Tratamos de reponer. Lo que más nos preocupa es que este daño se lo hacen a los chicos, porque pierden días de clases, de venir al comedor. No podemos estar jugando con todo esto", expresaron los docentes. Estimaban que las tareas demandarían "por lo menos dos días".
Al mismo tiempo, Andrea Maltaneres, la directora de la escuela San José, señaló en LT8: “Estamos cansados y angustiados de los reiterados robos. Hicimos un esfuerzo muy grande por el primer robo que fue en la noche del viernes previo a las elecciones (del 26 de octubre pasado). Pusimos los pocos recursos que tenemos en la escuela, gracias al aporte de las familias por cooperadora”.
Según detalló, los desconocidos ingresaron al edificio y "sacaron los cables de la bajada de luz. Nos dejaron a oscuras, sin internet, sin cámaras de vigilancia, sin agua porque no funcionan las bombas y con muchas dificultades para brindar el servicio de comedor, que hoy que no podrá funcionar. Acá damos 350 raciones de comida”, sostuvo.
"Creemos que hay personas que nos odian a nosotros y a la parroquia (ubicada allí). Nosotros sufrimos el cuarto robo, pero para la parroquia fue el segundo. Eso implica que no podamos hacer nada. Hubo que celebrar misa con luces led. Llevar la mercadería del comedor para que no se ponga en mal estado a frezzers del personal directivo y de la economa”, relató.
“Tenemos un montón de complicaciones que nos impiden seguir. En el último arreglo gastamos un millón de pesos. El ministerio de Educación ha prometido reponer ese dinero a través de un fondo, son todos trámites burocráticos que llevan su tiempo y hay que tener el dinero para poder reparar. Los cables que necesita la escuela son de 16 milímetros. La EPE no cubre esos costos, tuvimos que afrontar nosotros”, agregó.
Con respecto a la normalización de las actividades, sostuvo que ayer se iban a reunir "para ver qué obra podemos hacer para estar más seguros". "Nadie nos puede dar seguridad. El sábado previo a las elecciones pagamos un servicio de vigilancia privada para que se pudieran hacer las elecciones. Eso nos costó 100 mil pesos. Esta es una escuela humilde, que da lo mejor porque tiene un equipo docente excelente y es un oasis dentro de un barrio violento”.


