El periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, explicó, punto por punto, por qué la llamada Causa de los Cuadernos es una “chantada” y demuestra “la hipocresía más grande de la justicia argentina”, donde prepara el terreno para una cobertura mediática y judicial armada a medida de las elecciones del oficialismo en el 2027.

El editorial de Víctor Hugo Morales

Se inicia el juicio oral por el fraude en la obra pública. Se puede decir que es la chantada y la hipocresía más grande de la justicia argentina. Que la justicia argentina haya caído tan bajo hace que todos los profesores de derecho procesal penal, todos los cultores del juicio oral, como el inolvidable Julio Mayer, se espanten.

¿Entiende el oyente lo que es un juicio que dura tres años y se hace por videoconferencia? Se viola la oralidad, la concentración, la continuidad. No hay una sala de audiencia, no están los imputados presentes. Los imputados, que tienen que ser escuchados por toda la ciudadanía para saber si efectivamente fueron extorsionados para que dieran determinado tipo de información, no están. Todo eso lo tiene que conocer la ciudadanía, pero no por videoconferencia.

He preguntado por el juicio oral, teniendo en cuenta cómo era el juicio en la República Romana: se hacía en el foro, ante la ciudadanía, para que el público controle cómo se administra la justicia. Ahora lo han sacado del ámbito judicial, lo han llevado al espacio, al éter. Es decir, los juicios estos no son controlables de ninguna manera.

El fiscal es el que debería terminar preso, porque todo tiene que estar filmado. ¿Por qué no filmaron esas declaraciones de los imputados? La ley dice que tienen que estar filmadas las declaraciones del arrepentido. No las filman porque se estaría filmando al fiscal mientras cometía un delito.

Entonces, este juicio se hace con este sistema justamente para diluirlo, para que no llegue a la gente, para que no se lo conozca. No va a ser un juicio oral y público controlado por la comunidad. A lo único que le van a dar importancia es a lo que hicieron en los juicios anteriores.

¿Qué juez podría acordarse tres años después de lo que dijo un testigo? Son juicios anómalos, completamente en contra del sistema de procedimiento que rige el juicio oral. Estamos mal, en el peor de los momentos para la justicia.

Y mientras tanto, la mafia de Clarín pone a Stornelli haciéndose el héroe por las veces que dice que lo amenazaron. Un tipejo que se rió seis o siete veces de la convocatoria de los jueces cuando debía responder por la corrupción de la banda que integraba con D’Alessio.

El fiscal que le quería poner una cámara oculta al abogado Ubeira, que vigilaba personas por interés personal y que atendía sin problema la oferta de ponerle droga a una persona. Ese tipo lo pone la mafia de Magnetto como víctima. Pobrecito. Conmueve. No el temor de Stornelli: conmueve una nación que sea capaz de darse esta justicia.

El país de Ualá, Globant, Avature, Tienda Nube, Axoft, Pragma, despidiendo gente. Están encadenados en Ledesma, Jujuy. Quiebra una empresa que abastecía a Sancor, Arsa, Acerías Berisso, Sábanas Casablanca, Newsan. Están echando, suspendiendo, no pagando. Hay una sensación de agobio en los trabajadores cuando les quieren clavar el puñal de la reforma laboral.

Sin embargo, esto es mucho más grave. Ya no solamente en el terreno formal, sino en la cuestión de fondo, un juicio en el que Alconada Mon dice que sí, que los escribió Centeno, pero —y es un “pero” mayúsculo— “tienen enmiendas, tachaduras, correcciones, dos tipos de escritura, distintas velocidades”.

Varias manos aportaron escritura. “Todo fue desprolijo con la ley del arrepentido, pero esto va a generar muchas dudas sobre todo lo demás”. Sobre la escritura, dice el periodista, que le dictaban al escritor principal. De repente le dictaban a cierta velocidad y luego era diferente. “¿Quién le metió liquid paper y metió las correcciones?”, pregunta Alconada Mon.

No hay una persona decente que pueda acreditar los cuadernos en sí, a Stornelli extorsionando, a Clarín presionando para que los hechos sean de una manera que sirva a sus intereses. Duelen los despidos y el ataque tremendo de las corporaciones, pero eso podrá corregirse con otro gobierno, como ya ha sucedido. Pero lo que afecta a una nación por encima de todo es lo irreparable de la pérdida de justicia.