El juez federal Sergio Torres otorgó ayer a Héctor Timerman una excarcelación “de extrema excepcionalidad” para que pueda viajar a Estados Unidos. El magistrado se basó en razones humanitarias a raíz del delicado estado de salud del ex funcionario. Sin embargo, no está claro que la resolución abra las puertas a un rápido otorgamiento de la visa para ingresar a Estados Unidos. Como cualquier ciudadano, ayer Timerman empezó el trámite de un visado común, algo que se empieza llenando un formulario por internet, y anoche permanecía a la espera de una respuesta que no parecía ser inmediata. Recién al final de la jornada el gobierno argentino reaccionó y emitió un comunicado consignando “que la Cancillería está concretando gestiones ante la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires para que el visado se otorgue lo más rápido posible”. Timerman está en una situación de salud ya muy difícil dado que el cáncer de hígado se extendió a otros órganos y en especial a la cadera, lo que le produce fuertes dolores y la necesidad de usar silla de ruedas. 

La jornada de ayer estuvo dedicada, en primer lugar, a conseguir que la justicia argentina dicte la excarcelación, lo que aparentemente era una condición para acceder a una visa. La noticia de que el ex canciller no pudo viajar a tratarse provocó una enorme ola de solidaridad de casi todos los sectores políticos y sociales (ver aparte). En ese clima, la abogada de Timerman, Graciana Peñafort, se presentó temprano en el juzgado a pedir la excarcelación extraordinaria. Horas más tarde, sobre el mediodía, el juez Torres la concedió. El magistrado hizo un copy and paste de los deplorables argumentos expuestos por el juez Claudio Bonadio y la Cámara Federal en la causa por el Memorándum de Entendimiento con Irán, pero en la página final de su resolución aceptó conceder la excarcelación por razones humanitarias. Como se sabe, a Timerman se le había dictado la prisión preventiva sin que haya mediado un juicio ni una condena y en un expediente por un tratado que fue votado por ambas cámaras del Congreso. Para colmo, se alegó que correspondía la prisión preventiva –entre otras razones– porque en su momento supuestamente Timerman se reunió con el canciller iraní de manera reservada y entonces podría volver a recurrir a tácticas de ocultamiento. 

Con la excarcelación en la mano, el ex canciller, su familia y su abogada pusieron en marcha el proceso para conseguir la visa de ingreso a Estados Unidos lo más rápido posible. El trámite se inició, como lo hace cualquier ciudadano, llenando el formulario respectivo por internet. Peñafort se acercó a la Cancillería y pidió asistencia para acelerar las cosas y al atardecer el Ministerio de Relaciones Exteriores emitió el comunicado con el anuncio de que hará las gestiones ante la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires para que se le conceda la visa a Timerman. Habrá que ver durante la jornada de hoy si el gesto del gobierno argentino tiene acogida en la administración norteamericana. 

Timerman no está haciendo cualquier tratamiento en Nueva York. Como se sabe, la enfermedad se le detectó en 2015 y el diagnóstico fue cáncer de hígado, tradicionalmente muy difícil de tratar. Por ello, el ex canciller aceptó someterse a un tratamiento experimental en el Mount Sinai Hospital de Nueva York, dedicado a las investigaciones sobre esa enfermedad. Justamente se aplican tratamientos que recién están en etapa de investigación y los pacientes se avienen a esa situación. Entre otras cosas, implica seguir el tratamiento en el mismo lugar y bajo la supervisión de esos médicos, ya que se usan fármacos y metodologías distintas a las de otros lugares. La novedad de las últimas semanas fue la extensión del mal a otros órganos y, en especial a la cadera, lo que motivó la decisión de viajar a la ciudad norteamericana de manera urgente. Durante todo el proceso de los últimos meses, el ex canciller fue revisado por el Cuerpo Médico Forense (CMF), que depende de la Corte Suprema, y que dio el visto bueno para los viajes. 

“Disculpen que no escribo pero me aumentaron los calmantes por los dolores que me produce el cáncer y me cuesta concentrarme. Estoy muy conmovido por los miles de mensajes de apoyo que me han hecho llegar los compañeros. Un gran abrazo a tod@s”, posteó Timerman ayer al mediodía en su cuenta de Twitter. Tal vez las muchas muestras de solidaridad pongan la presión necesaria para que finalmente el ex canciller pueda viajar. Sería fundamental que pueda subir al avión esta misma noche.

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