“Hasta que no vivamos en la piel del otro o de la otra, no podemos pensar en un cambio verdadero y profundo. Hay que hacerlo con el que falta, con el que ya no está. No lo podés hacer solx, porque no hay construcción posible en soledad”. Palabras de Amancay Diana Sacayán. Hoy nos toca a lxs que estamos aquí, intentar ponernos en la piel de Diana. 

Comienza  la etapa crucial del juicio por el travesticidio de Amancay Diana Sacayán, “trava sudaka originaria”, como le gustaba presentarse. En pocos días se llevarán a cabo las audiencias en el Tribunal Oral  en lo Criminal y Correccional Nº4 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Referente de la lucha por el “TraVajo” y por el cupo laboral trans que logró en la provincia de Buenos Aires (aunque el gobierno lo incumple), militante de los derechos humanos y por la igualdad de géneros, cuadro político, periodista, colaboradora este suplemento, existencia travesti fundamental en el territorio de La Matanza y de la comunidad de Gregorio de Laferrere. Asesinada cruelmente a los 40 años en un departamento del barrio de Flores, en octubre de 2015, hay un detenido por el crimen. Se trata de Gabriel David Marino, acusado de homicidio agravado, por lo que enfrenta una posible condena a prisión perpetua. La investigación estuvo a cargo del fiscal Ariel Yapur. 

“Fue travesticidio” es la consigna de la Comisión Justicia por Diana Sacayán – Basta de Travesticidios. Pero esta figura legal no existe en Argentina. Aquí solo se reconoce el femicidio. Por este motivo, la Comisión se propone visibilizar los travesticidios como la última de una larga cadena de violencias y opresión que sufren las travestis en la vida cotidiana, y que la Justicia considere esta circunstancia como agravante de odio a la identidad sexual de la víctima. Con esa finalidad, el sábado 20 se realizó en el barrio de Caballito una reunión de agrupaciones que acompañarán a la Comisión y darán apoyo a la querella que está llevando el hermano de Diana, Sasha Sacayán, durante las audiencias. 

No es un momento cómodo para el conservadurismo judicial: se propone una figura penal que no existe en la ley ni en el Código; la querella la lleva un integrante del colectivo travesti-trans; la víctima fue una de las referentes más populares del movimiento lgbtiq argentino y latinoamericano, que recibió uno de los primeros DNI con la identidad de género autopercibida de manos de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Los jueces y las juezas argentinos aún tienen dificultad para digerir la agravante por femicidio. Y el juicio por el asesinato de Diana Sacayán duplica la complejidad y lxs enfrenta a la circunstancia del travesticidio y a la vulnerabilidad extrema del colectivo travesti-trans. Todas estas cuestiones se pusieron sobre la mesa durante la reunión de las agrupaciones que acompañarán el juicio en la sala del tribunal, y en la calle con intervenciones artísticas, radio abierta y manifestación de activistas y militantes. No alcanza con el clic del “asistiré” en los eventos de Facebook. La Comisión Justicia por Diana Sacayán demanda al colectivo lgbtiq presencia en las calles. 

Un mes y medio antes de su asesinato, a Diana la detuvo la Policía Metropolitana por defenderse de los insultos transfóbicos de un hombre. “Me tiraron contra un taxi que venía andando y me empezaron a arrastrar. Yo intentaba zafarme porque no quería que me arresten ni que me tiren al piso porque no soy ninguna delincuente. Al final eran como 30 policías metropolitanos que habían ido llegando. Uno vino con la picana en la mano y me amenazó con usarla”, declaró Diana Sacayán a la prensa. Este contexto de época es parte de lo que el colectivo lgbtiq no tiene que ignorar. El juicio sobre el asesinato de Diana Sacayán invita a revisar todas estas violencias además de la atrocidad del travesticidio.

La abogada de la querella familiar, Luciana Sánchez, explica que en la audiencia oral se van a discutir dos cuestiones: qué pasó, dónde y cómo, y la calificación del delito (femicidio/crimen de odio–travesticidio/homicidio agravado por el vínculo). Intervendrán los tres jueces del Tribunal 4 (Ivana Verónica Bloch, Armando Chamot y Julio César Báez) y no habrá jurados. En el país ya hay casi cien condenas por femicidio y apenas dos por crimen de odio. 

“Queremos que la Justicia hable de los casos de las travestis. Nunca se hace mención a toda la violencia que sufrió Diana antes de llegar a la muerte”, expresó Sasha Sacayán. 

De la reunión participaron hermanxs y sobrinxs de Diana, M.A.L. (Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación), Conurbanos por la Diversidad, referentes del movimiento trans y distintas organizaciones y partidos políticos. La flor de amancay será el emblema que representará la lucha contra los travesticidios y por Justicia por Diana Sacayán, serigrafistas se ocuparán de fabricar los estencils y se estamparán por miles en reclamo de justicia. 

“A partir de la Ley de Identidad de Género, a nosotras se nos reconoce como sujetas de derecho. Pero hay un daño hacia nuestro colectivo que debe ser reparado”, sostenía Diana Sacayán. Ese daño continúa y se profundiza con medidas económicas que perjudican a quienes menos tienen (ver en este número el cierre de la cooperativa Las Charapas), en un contexto de violencia machista y de criminalización de las existencias travestis y trans. Que el tribunal penal reconozca parte de ese daño es la pelea que el colectivo lgbtiq se dispone a dar en las calles.l