El boxeo argentino tendrá esta noche su primera pelea trascendente a nivel internacional en lo que va de 2018. A las 23.30, en el Forum de Inglewood (California) y con transmisión en vivo por cable a través de Space, el chubutense Lucas Matthysse (foto) irá en procura, acaso, de su última oportunidad de llegar a ser campeón del mundo. Enfrentará a 12 rounds al peligroso invicto tailandés Tewa Kiram y estará en juego la corona vacante de los welters de la Asociación Mundial.

No es sencillo el reto para Matthysse. Kiram tiene 25 años y de sus 38 victorias profesionales, 28 las logró antes del límite. No aparecen en su record nombres deslumbrantes y quizás le falte el roce de las grandes noches. De hecho, hoy combatirá por primera vez fuera de su país. Pero se sabe que tiene la mano pesada y la firme convicción de victoria sin medir riesgos que caracteriza a los peleadores del Lejano Oriente. Y con eso, basta para respetarlo en su justa medida.

Matthysse supera largamente a Kiram en cuanto a la experiencia. Tiene 35 años y un registro de 38 triunfos (35 por fuera de combate) y 4 contrastes. En 2013, llegó a ser un fugaz campeón interino de los welter Juniors del Consejo. Pero siempre perdió la pelea que tenía que ganar. En 2013 ante Danny García y en 2015 ante el ucranio Viktor Postol dejó escapar posibilidades inmejorables de afirmarse en el más alto nivel y hasta llegó a dar la impresión de que el boxeo había dejado de interesarle y pensaba en el retiro.

Sin embargo, la insistencia de su manager internacional, Oscar de la Hoya, lo convenció de que todavía estaba en carrera. Y tras hacer algunos ajustes en su equipo (dejó de entrenarse en la Argentina y pasó a trabajar en los Estados Unidos bajo las órdenes del preparador mexicano Joel Díaz), decidió subir de categoría y probar suerte como welter. En ese peso, el año pasado noqueó en 5 asaltos al estadounidense Emmanuel Taylor en Las Vegas y demostró que su vigor está intacto, tanto como su ambición. A todo eso deberá echar mano esta noche cuando enfrente a Kiram en una pelea que será decisiva para su carrera. Si gana, sigue y si pierde, se va. Así de simple.