Queda poco menos de un mes de vacaciones estivales para los chicos. Y si para estas alturas los pibes ya liquidaron todos los libros que les regalaron para Navidad, se maratonearon todas las series que les quedaron pendientes y ya pasaron por todos los espectáculos posibles, el aburrimiento acecha. Y en realidad el problema no es el aburrimiento –que es caldo de cultivo para las ideas y las ganas de probar cosas nuevas–, sino no saber qué hacer con ello. Quizás por eso el Centro Cultural de la Ciencia (Godoy Cruz 2270) anunció una serie de actividades para niños y adolescentes en su enorme edificio palermitano. Es que de jueves a domingo –siempre de 14 a 20– el C3 ofrece “campamentos literarios”, una obra de teatro y “clubes científicos”, todo con entrada gratuita y, salvo alguna excepción, sin inscripción previa. Para acceder, la organización pide retirar las entradas a partir de una hora antes del comienzo de la actividad (el detalle de horarios en su página web: http://ccciencia.gob.ar/agenda.html). La propuesta en todos los casos es cruzar el arte y la ciencia, que al cabo son dos modos de tratar de acercarse al mundo.

La primera propuesta son los “campamentos literarios”, donde se invita a pibes y pibas de entre 6 y 12 años a elegir entre una panoplia de libros ilustrados para leer en la intimidad de carpas o en torno a un fogón, solos, con sus padres o –los fines de semana– en compañía de guías, actores o músicos que acompañarán la lectura. La idea, explican desde el C3 en un comunicado, es acercar “interpretaciones performáticas, canciones y juegos, al tiempo que se profundizan saberes científicos”.

La segunda instancia son los “clubes científicos”, que se recomiendan para chicos y chicas mayores de 8 años y que giran en torno a distintos temas, como la cocina, robots, dibujos animados, fotografía, creadores de energía, electro-jugueteros, “asquerosólogos” o periodismo. Todos, claro, están vinculados de algún modo con la ciencia (¿cuánto de química tiene la cocina? ¿Cuán importante es la luz en la fotografía? ¿Cómo funcionan los juguetes? y otras mil preguntas se abren ahí). Cada visita a uno de los talleres acredita un carnet de “socio de club”. Y aunque se puede asistir a cada jornada sin necesidad de haber ido a las clases previas, la constancia rendirá sus frutos en la forma de un reconocimiento y un juego de rastis, prometen desde la organización.

Finalmente, los domingos a las 18 se presenta la obra Los sonámbulos, inspirada en la novela de Arthur Koestler, que funciona como un recorrido por la historia de la ciencia, con aciertos, tropiezos y curiosidades. “Para entender mejor el mundo que pisamos”.