La diputada Elisa Carrió aseguró no estar dispuesta a avalar “los condicionamientos y presiones” que reciben los abogados de la Unidad AMIA del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y le reclamó a su titular Germán Garavano “explicaciones sobre su intempestiva decisión” de no acusar a los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia en el juicio oral por el encubrimiento del atentado a la mutual judía. Mientras la Unión Cívica Radical guarda un estruendoso silencio sobre el ninguneo al ex senador Mario Cimadevilla, en teoría titular de la Unidad AMIA pero desacreditado por el Gobierno luego de afirmar que seguiría “inexorablemente” la línea acusatoria del Ministerio Públicos Fiscal, la líder de la Coalición Cívica ARI recurrió a un comunicado para informarle a sus socios de la alianza Cambiemos que “instó” la renuncia de la abogada Mariana Stilman del equipo de querellantes y para garantizarle a sus seguidores que no forma parte “ni del amiguismo, ni del nepotismo, ni de encubrimiento judicial alguno”.

Stilman le presentó la renuncia a Garavano ayer a la tarde, cinco días después de “la sorpresiva intervención del ministro en el trabajo de la querella del Estado”, según la CC-ARI. La abogada había dejado de actuar como apoderada del Ministerio en el juicio oral el año pasado, denunciando que la nueva línea política que imponía el gobierno de Mauricio Macri la “alejaba de la verdad y la justicia” e implicaba un “acercamiento a los imputados”. Siguió en la Unidad AMIA a pedido de Carrió y de Cimadevilla “para colaborar con los nuevos apoderados” y “en virtud del compromiso del ex senador radical de que no volvería a producirse otra intromisión en el trabajo de los letrados”, recordó ayer. Garavano, además, había reconocido mediante una resolución “que el único responsable de la querella era el titular de la Unidad”.

La novedad la semana pasada fue que Garavano borró con el codo lo que escribió en aquella resolución. Un día antes del alegato, ordenó revocarle el poder al abogado Enrique Ventos, que por orden de Cimadevilla acusaría a Mullen y Barbaccia en la misma línea que la Unidad AMIA del Ministerio Público Fiscal, y lo reemplazó por José Console, hombre del riñón macrista y de su operador judicial Daniel Angelici. El nuevo abogado, que ostenta como principal pergamino académico ser secretario del tribunal de disciplina de Boca Juniors, no sólo contradijo la posición de la propia querella oficial al pedir la elevación a juicio sino que hizo directamente “un alegato en defensa de los imputados”, denunció Memoria Activa. La CC-ARI apuntó ayer que tampoco tenía poder para representar a la Unidad AMIA.

Mientras en su alegato en diciembre los fiscales Roberto Salud y Miguel Yivoff pidieron condenas para Mullen y Barbaccia como partícipes de los delitos de peculado, privación ilegal de la libertad y coacciones de los ex policías acusados y luego absueltos por el atentado a la AMIA, la posición que impuso ahora Garavano “los exime de toda responsabilidad por las graves irregularidades cometidas durante el trámite de la causa”, dato “agravado por los numerosos rumores acerca de los vínculos de amistad entre los ex fiscales y los integrantes del ministerio de Garavano”, advirtió Carrió. El alegato que impulsaba junto con Cimadevilla, en cambio, incluía “numerosas pruebas que los implicaban en casi todas las acusaciones”, destacó.

“Ni Elisa Carrió ni la CC ARI están dispuestos a manipular una acusación en una causa judicial y por ninguna razón avalan los condicionamientos y presiones que han recibido los letrados designados como representantes de la querella del Estado en la causa por encubrimiento del atentado de la AMIA”, señala el comunicado. “El Ministro debe dar explicaciones sobre su intempestiva decisión”, reclama Carrió, quien asegura que le advirtió a Garavano el año pasado “que si se afectaba la línea acusatoria se estaría encubriendo” y que desde entonces no tiene diálogo con el ministro.