Vale imaginarse la reunión de creativos durante la gestación de Man at Arms: Art of War (se emite los martes a las 21 por History). Programa dedicado a los más emblemáticos y mortíferos objetos de todas las civilizaciones, incluyendo el cine, videojuegos y la tevé. Ya tienen decidida la estructura y los elementos a repasar en la primera temporada (el sable samurái, el martillo de Thor, la espada medieval, el Macahuitl azteca). Pero les falta el conductor. De repente, todos se miran y lanzan al unísono: “¡Llamemos a Machete!” En realidad, quien convocó a Danny Trejo fue Robert Rodríguez (El Mariachi; Del Crepúsculo al Amanecer; Spy Kids; Grindhouse), su compadre y primo segundo en la vida real, según perjuran ambos. El director es el gran responsable de su desembarco internacional con uno de los semblantes, bigotes y pechos más famosos de Hollywood. Ahí está la escena de Desperado, con el actor en la piel de “Navajas”, caminando adusto por una calle polvorienta de un pueblo azteca, pelando armas y el tatuaje de una mujer cubriendo la mitad de su anatomía. Y claro, en la saga sobre ese mortífero renegado con nombre de otro cuchillo más grande y filoso. 

Además de Trejo, cada episodio de Man At Arms recurre a expertos, la recreación y el testeo de esos elementos cortantes y/o pesados siempre dañinos. ¿Cuál es el fin? Demostrar el don y la ingeniería humana por la destrucción junto a su conductor riendo socarronamente tras emplear ese instrumento y demoler lo que tenga por delante. Básicamente, es un envío de divulgación histórica e infoentretenimiento con estética de un film slasher. “Nunca me imaginé que iba a hacer algo así. Cuando Robert (Rodríguez) me preguntó si quería hacerlo le dije que por supuesto. Analizar todas estas armas me pareció una propuesta muy divertida. Además todo el tiempo que tuve en la industria del cine me sirvió para entender sobre armas”, cuenta el actor en una conferencia telefónica con medios latinos y de la que participó PáginaI12.

Al fin y al cabo, se trata de quien encarnó a un afamado criminal en Con Air; el conductor de los asaltantes de Fuego contra Fuego; alguien cuya cabeza fue a parar al lomo de una tortuga en Breaking Bad (para luego volar en pedazos) y degollado unas cuantas veces más. Esa filmografía profusa en reos, sangre y balas, venía con el arrastre de su curriculum vitae que incluye varios años tras las rejas de San Quintín donde se forjó como campeón de boxeo carcelario. El actor supo cómo aprovechar la fama ganada en Hollywood y hace algún tiempo abrió dos locales de comidas en Los Ángeles: uno de tacos y otro de donas con un menú que incluye La Santa María, Abuelita, Margarita, Nacho y, obvio, Machete. “Esta cara me ha dado unos cuantos problemas pero a su vez me ha ayudado bastante” (…). “Machete es uno de los tipos más duros del mundo pero Danny Trejo tiene ocho cachorritos en su casa”, dirá en la entrevista marcando diferencias con su alterego, ese titán de pocas palabras que lucha por los derechos de los inmigrantes mexicanos y masacra de las formas más impensadas. 

–Usted es famoso internacionalmente por su papel en Machete pero también fue “Razor Charlie” en Del Crepúsculo al Amanecer y “Cuchillos” en Predators. Nombres mortales y ligado a las armas, ¿cuál fue su primera reacción cuando lo llamaron para hacer este programa? Parece un paso bastante lógico… 

–Estaba sorprendido pero de una buena manera. Me encantan estas armas. Un programa de este tipo es una plataforma genial para hacer cualquier cosa que quieras. Y además es por lo que soy conocido: por usar armas. 

–¿Le preocupó de alguna manera el componente de violencia y de promover el uso de armas especialmente en un país como Estados Unidos con tantas muertes por asesinatos en masa?

–No lo usamos con ese propósito. Creo que usamos herramientas y cuchillos, cosas de ese tipo, sería muy difícil matar a tanta gente con estas armas. No son armas de destrucción masiva: son armas que se usaron tiempo atrás, vemos como se construyen y todo su potencial. Aunque es cierto, las armas son malas, no importa qué. Hoy en día un arma mata a muchísimas más personas. Quizá deberíamos volver a usar las de este tipo.       

–Aunque Machete podría usarlas para matar a un montón de gente, ¿no?

–Machete usaría cualquier cosa con ese propósito e indudablemente estas las usaría mucho. 

–Uno de los one liners de Machete es “Machete mata”, ¿cuál sería un one liner apropiado para Man at Arms?

–“Miralo y te vas a enterar de qué se trata”. Cada capítulo es como volver al colegio, el punto es que yo soy el profesor de historia y no es una clase aburrida (risas). 

–¿Qué es lo que más le ha atraído al hacer el programa?

–La diversidad de armas involucradas. Y lo que descubro del momento en el que fueron hechas. Todo el proceso de realización es fascinante, no sabía que los mongoles fueron tan avanzados en su técnica de arquería. Sus flechas eran especiales y tenían el arco compuesto que empleaban arriba de sus caballos. Antes tenían arcos más duros. Pero desarrollaron ésta arma para aprovechar su cualidad como jinetes. También es muy divertido ver las armas involucradas en grandes películas. 

–¿Le gustaría encarar otro papel más allá de los que suele representar? 

–Bueno, las películas son solo un trabajo. Creo que mi otra gran labor es ser un buen padre. Y me gusta ayudar en la comunidad donde vivo.   

–¿Habrá una tercera parte de Machete? 

–Por favor quiero que todo el mundo le escriban un mail a Robert (Rodríguez) y se lo diga. “Hagamos Machete III, El Horror del Mundo”. 

–¿Se imaginó que iba a terminar reconvertido en un ícono de las películas de acción? Gracias a su imagen se ha vuelto en una Marilyn Monroe más letal, un Humphrey Bogart Chicano. ¿Cómo se definiría? 

(Se ríe a carcajadas) –Bueno, Robert (Rodríguez) suele decirme esto: “Pasaste de exconvicto a ícono”.