“El ciclo está agotado”, afirmó Juan Carlos Schmid en referencia al triunvirato que integra y desde donde conduce a la CGT. La confesión llegó mucho después de las pruebas (de sobra) que daban cuenta de lo erosionado que estaba el secretariado general compartido. La frase del todavía triunviro inaugura entonces el proceso de recambio que se desarrollará en el marco de luchas internas y enfrentamiento con el gobierno nacional. Schmid integra el universo moyanista que este miércoles realizará una marcha que anticipan multitudinaria. Muchos son los sindicatos que no participarán están por ahora enfrentados con Camioneros pero más allá de las razones por la que no lo hacen para el secretario adjunto de Camioneros, Pablo Moyano, hay una sola causa: “Son unos cagones”.

Enterado de los dichos de Schmid, el también triunviro Carlos Acuña prefirió mantener la distancia y le dijo a PáginaI12 que “es una expresión que por ahora respeto” porque según el titular del gremio de los estacioneros de servicio “lo más importante es la CGT y su unidad”. No dio muchas pistas sobre qué significa para él la tan mentada unidad y sólo se limitó decir que es preciso elaborar un programa como base para la unificación de la central obrera. El que prefirió mantenerse al margen de las declaraciones de sus compañeros del triunvirato fue Héctor Daer. 

La confesión de Schmid por ahora no pasa de un reconocimiento porque la CGT debe realizar un congreso para definir el regreso a una conducción unipersonal tal como lo que indica su estatuto. En ese sentido, el propio Schmid y luego Pablo Moyano señalaron que entre marzo y abril la central obrera debería definir su nueva conducción a través de un congreso.

“Tengo la impresión que este ciclo está agotado. Si uno está desautorizado para tomar acciones, no tiene sentido seguir”, afirmó el titular del sindicato de Dragado y Balizamiento, quien además puso como punto de inflexión el paro del 18 de diciembre. Sobre esa jornada indicó que “cuando la mayoría de los sindicatos grandes desobedecieron el mandato del  triunvirato, ahí se entró en una crisis profunda”, admitió. En aquella jornada, tras el lanzamiento del paro realizado en el marco de la movilización en contra de la reforma previsional, alguno sindicatos como la UTA cambiaron de idea y anunciaron su no acatamiento perjudicando la medida de fuerza. Es por eso que Schmid sostuvo que “si tomamos decisiones en el colectivo y después las desconocemos, estamos con un problema serio”. No explicó a quién o quiénes se refería porque hay organizaciones sindicales que responden al moyanismo que tampoco acataron las decisiones del Consejo Directivo. “Hay que barajar y dar de nuevo, y poner las barbas en remojo sobre esa situación”, aseguró.

En cuanto a la marcha del próximo miércoles, Schmid rechazó de plano que estuviera motorizada por la embestida de la Casa Rosada contra el Camionero. “Más allá de la disputa Moyano-Macri, hay una multitud de problemas que van a ser puestos en evidencia que obedecen al deterioro económico y social que atraviesa el país”.

El que también se expresó sobre la marcha fue Pablo Moyano, quien no sólo calificó como “cagones” a los dirigentes gremiales que no se sumaron a la convocatoria sino que además destinó una frase para Luis Barrionuevo, quien había lanzado junto a Hugo Moyano la convocatoria a la marcha del 21F. Sobre el gastronómico dijo que integra el grupo de sindicalistas “que nunca se subieron al camión del reclamo por los derechos de los trabajadores y que en los años noventa entregaron sus derechos”.

Al parecer a Pablo le resultó insuficiente lo que había dicho y agregó: “Les sacan dos tapas de Clarín en contra y se cagan, y salen corriendo a firmar un 15 por ciento de aumento con el Gobierno. Nosotros no vamos a aceptar ni 15 por ciento ni cláusula gatillo”.

Acuña tiene otra mirada sobre el nacimiento y desarrollo de la movilización. “Nosotros venimos acompañando y apoyando los reclamos de los diferentes gremios”, indicó pero luego agregó que hay sindicatos que “no apoyan ni participan” de la marcha y en cuanto a su gremio y al sector que lo contiene que podría definirse como el barrionuevismo, dijo que “apoyamos pero no nos movilizamos”. En cuanto a las afirmaciones de Pablo Moyano, el triunviro reiteró que no quiere tentarse con responderle y se despegó diciendo que “en la CGT hay diferencias de opinión y discusiones como ocurre en cualquier matrimonio”. El punto es que los matrimonios pueden divorciarse y la central obrera también.