Los inquilinos de todo el país destinan el 41 por ciento de sus ingresos al pago del alquiler de una vivienda, cifra que sube al cincuenta por ciento si se incluyen las expensas y servicios como agua, gas y luz. El dato surge de la primera encuesta realizada por la Federación de Inquilinos Nacional (FIN) que, entre otros resultados, destacó que el 93 por ciento de los encuestados cree que el Gobierno no tiene políticas dirigidas al sector, el 97 por ciento sostiene que no hay un control efectivo sobre las inmobiliarias y casi el 80 por ciento cree que nunca va a acceder a la vivienda propia. El presidente de FIN, Gervasio Muñoz, dijo a PáginaI12 que “la idea del relevamiento, inédito dado que no hay mediciones oficiales, es que el mercado deje de hablar por nosotros, que tengamos voz porque el mercado es tendencioso cuando hace estudios. Todos hablan pero no saben cómo vivimos los inquilinos. Ahora lo saben”, dijo el dirigente, y apuntó de forma particular a los diputados nacionales, de cara al próximo debate sobre el proyecto de ley para regular los alquileres en todo el territorio.

La encuesta que se realizó entre el 1 y el 31 de enero de este año y que constaba de un cuestionario de 14 preguntas sobre la situación socioeconómica de los inquilinos y de las condiciones de alquiler, fue respondida online por 19.000 inquilinos de todo el país, la gran mayoría de entre 24 y 44 años. Una muestra significativa estadísticamente, dijo Muñoz, quien remarcó que “las encuestas se suelen hacer con 1000 personas”. 

Los inquilinos representan el 17 por ciento de los hogares del país, casi ocho millones de personas, pero en ciudades como CABA, Ushuaia, Río Gallegos y Córdoba esa proporción sube al 38 por ciento, 34 por ciento, 30 por ciento y 27 respectivamente; los números también se elevan en Río Cuarto, con 29 por ciento, Bahía Blanca y Santa Rosa (La Pampa), ambas con 25 ciento, y una larga lista de ciudades donde las cifras varían entre el 20 y el 23 por ciento.

A pesar de las variaciones, lo que se mantiene como una constante a lo largo y ancho del país es la relación salario-alquiler: el 41 por ciento del sueldo es lo que destina un inquilino para alquilar, valor que llega al 50 por ciento con los servicios y expensas. Esa proporción, según explicó Muñoz, comenzó a incrementarse a partir de la última dictadura. “Hasta el 73, la relación era del 25 por ciento del salario. La dictadura liberó los precios de los alquileres y dolarizó el precio de la propiedad, lo que se convirtió en el eje central de la especulación inmobiliaria”, y señaló que en los últimos 17 años creció la proporción de inquilinos, que pasó del 11 por ciento al 17 por ciento.

El informe remarca que “ser inquilino, actualmente, no es un estado por el que pasan los jóvenes antes de acceder a un hogar propio, sino que es una característica que se extiende a lo largo de la vida poniendo a dichos hogares en una franca desventaja”. 

De acuerdo con la encuesta, un 87 por ciento de quienes respondieron tiene como principal preocupación el precio del alquiler, muy por delante de otras preocupaciones históricas como los requisitos económicos para ingresar (61 por ciento), comisión inmobiliaria (59 por ciento) y las garantías (45 por ciento). 

Según explicó Muñoz, del sondeo se desprenden, además, algunos datos importantes por género. “El 60 por ciento de las que respondieron fueron mujeres. De las mujeres con hijos que contestaron, el 28 por ciento dijo haber sido rechazada por su condición de madre, cuando entre los hombres sólo el 18 por ciento sostuvo que fue rechazado por tener hijos”. “Esto muestra que el rol de la administración de la vivienda, sin importar la edad o si están en pareja, sigue recayendo en las mujeres. Además, evidencia que las madres solteras difícilmente consiguen alquilar, por su condición de madres y de mujer, porque las mujeres son las que están más precarizadas y realizan trabajos ‘en negro’”, agregó. 

También los datos de la encuesta muestran que, pese a los tan promocionados créditos hipotecarios sobre los que el 64 por ciento de los consultados averiguó, más del 70 por ciento de los inquilinos no tienen expectativas de poder acceder a la vivienda propia. Este porcentaje supera el 80 por ciento entre los que alquilan desde hace más de 10 años.

En este sentido, Muñoz explicó que “para quienes alquilan se va consolidando una situación de la que es muy difícil salir cuando los aumentos de los alquileres superan por mucho los índices de inflación y los aumentos salariales”, y resaltó que los números hablan también “de la falta de políticas públicas orientadas al sector”.

Además, el 97 por ciento de los encuestados consideró que no hay control efectivo sobre las inmobiliarias, lo cual permite la evasión impositiva en el sector y el incumplimiento de los propietarios.