Con varias ausencias, entre ellas las de Carlos Tevez en el ataque, la de Wilmar Barrios en el mediocampo y las de Paolo Goltz y Lisandro Magallán, sus marcadores centrales titulares, Boca cayó anoche en La Paternal ante Argentinos Juniors por 2-0. Alexis Mac Allister y Batallini marcaron los goles del Bicho, que  terminó con la racha del Xeneize, que había perdido por última vez el 26 de noviembre del año pasado, ante Central.

Tan a gusto se siente Argentinos en su reducido campo juego como extraños los rivales acostumbrados a canchas con mayores dimensiones. Y eso se notó desde el inicio del encuentro de anoche, porque el local llegaba a cortar siempre el juego asociado que intentaba la visita. Fruto de esa presión, Argentinos sacó ventaja. Iban 9 minutos, González cortó una salida de Boca con un cabezazo que llevó la pelota a los pies de Cabrera, quien corrió por derecha y mandó el centro al medio del área, donde Alexis Mac Allister entró solo para mandarla al fondo de la red.

Le costaba acomodarse al líder de la Superliga, que sólo inquietaba al arquero Chaves con jugadas de pelota parada. Así, a la salida de un corner, Abila tuvo su primera chance sobre los quince minutos, pero su zurdazo fue bien controlado por el uno local. Esa oportunidad perdida marcó la reacción del Xeneize, que pasó a controlar el trámite, aunque las imprecisiones le impedían construir llegadas claras. No había espacios, entonces Pavón no podía hacer pesar su velocidad. Y cuando los intermitentes Reynoso y Cardona lograban sacarse de encima un marcador por su habilidad, enseguida eran tomados por otro. Es que promediando la primera etapa, el Bicho era  entusiasmo, despliegue, sacrificio, y de vez en cuando algún contraataque.

Para el complemento, Guillermo cambió a Maroni por Reynoso. El volante cordobés fue uno de los que más sintió el trámite friccionado que proponían los de Berti, en tanto el juvenil oxigenó el mediocampo de Boca con su movilidad. Sin embargo, Argentinos era superior, por entrega, por velocidad, por solidaridad, por concentración. Esa entrega tuvo premio a los 64, cuando estiró la ventaja. El 2-0 fue una jugada de Play Station. La inició Alexis Mac Allister, que tiró la pared con González y se metió en el área grande a buscar la devolución. La pelota le llegó redonda y encaró hacia Rossi, aunque en lugar de patear levantó la cabeza y se la pasó a Batallini, que la empujó al arco vacío.

El líder salió a buscar el descuento. Pero las buenas intenciones no encontraron anoche los intérpretes para hacerlas adecuados. Algunas pocas esperanzas despertaron las combinaciones que intentaba Pablo Pérez, quien anoche volvió luego de una larga inactividad, pensando sobre todo en sumar minutos para llegar en forma a la final de la Supercopa Argentina frente a Boca. En esa búsqueda, el Xeneize asumía riesgos y quedaba expuesto a los contragolpes del Bicho, que estuvo varias veces cerca de quedarse con una victoria más abultada.