Se fue sin apenas ruido, en primavera, cuando la vida renace. Con el cálido despertar de la savia dulce de los árboles. Tímido, escondido, zumbón. En un tiempo quieto, vacío, inhabitado.
Sabemos que el fútbol que no podemos vivir podemos soñarlo. Soñar es otra manera de vivir, más libre, más bella, más auténtica. El Barcelona deambula por un sueño eterno, lleno de cicatrices.
El popular Negro se asume "peronista y vacunado". Habla de política, de la pandemia de Macri, de fútbol y hasta de su participación en el próximo Masterchef.
La vida siempre acaba por abrirse paso. Se querían. Compartían habitación en las concentraciones. Se amaban por la noche. Los sábados. Antes del partido del domingo. Una vez a la semana.
Estamos inmersos en un proceso de desinvención. Hay que desinventar el plástico, desinventar el carbón, los combustibles fósiles.
Debo, luego soy. Padecemos la esclavitud de la deuda. La deuda, porfiada sombra, siempre vuelve. Nuestro país debe, y cuanto más paga, más debe. Y cuanto más debe más lo acorralan.
Un periodista de la televisión polaca llamó con esa palabra al plantel del PSG. No hizo distinciones. Los calificó de esa manera a todos sus jugadores extracomunitarios.
No es difícil discernir cuando un político te habla desde el cerebro, el hígado o los genitales. Bolsonaro lo sabe.
Steve Jobs, además de un genio fue un oportunista. Hace 35 años se dedicó a tejer una red de filiales para aprovechar las ventajas tributarias que ofrecía Irlanda.
Los tontos somos nosotros. Usted, yo, Messi, el Espíritu Santo. Tontos de desapacible solemnidad. Nos han engañado a todos. Es el “Modelo”.