No hay memorias que nombren a esa magnífica voz casi emblema para les jóvenes de los ochenta, y sin embargo Irene Cara (1962-2022) fue virtuosismo rebelde y llamarada inspiradora que aún se recuerda y se remixa.
Con un legado que supera las 700 piezas, la pintora de origen judío fue asesinada en 1943. Hoy sus obras visten museos de todo el mundo.
Trabajó en las estaciones de ganado de su comarca aborigen y terminó vendiendo sus obras a millones en el gran mercado del arte.
Denunció el suministro de aguas contaminadas hasta el último día de su vida, murió trágicamente en un accidente de auto en esa misma ruta que tantas veces cortó para pedir justicia.
Cuando Julieta Szewach, compositora, intérprete e integrante de la Orquesta
Poeta y novelista, su obra se puso en valor después de que esta aventurera (recorrió a pie Francia e Italia) muriera, dejando un legado único e inquietante.
La autora, que acaba de ganar el premio Nobel de Literatura a los 82 años, escribió sobre el aborto cuando era ilegal en Francia. Dos de sus libros fueron editados por una editorial argentina.
Apasionada del fondo marino y sus criaturas, es considerada la madre de la acuarofilia y descubridora de una especie que creaba sus propias conchas.
Tamara Djurovic, más conocida como Hyuro (1974 - 2020) se apropió de esas paredes que tanto cuesta habitar cuando el mensaje es político y firmado por una mujer.
Nació en su casa y fue a buscarlo años después cuando su madre biológica falleció de tuberculosis: la historia de amor elegido entre Milton Nascimento y su mamá Lilia.