CULTURA

Dar de comer al camello

Algunas de las revelaciones de El señor Borges:
- “El siempre decía, muy orgulloso, que era ateo, que no creía en Dios ni en ninguna de todas esas cosas, pero cuando íbamos al cementerio de la Recoleta para visitar la tumba de su madre, cuando estábamos solos, se arrodillaba, se persignaba y se ponía a rezar. En público nunca reconoció que lo hacía. También a la noche, cuando se iba a acostar, antes de dormirse rezaba el Padrenuestro, porque decía que su madre se lo había pedido.”
- “En los años de la dictadura militar, muchas personas venían a verlo y le pedían que hiciera algo por los desaparecidos. Al principio él no estaba al tanto de lo que ocurría, pero con el tiempo se fue dando cuenta y se indignaba mucho. Una vez vino una chica y le empezó a contar cómo la habían torturado con una picana. El señor Borges se conmovió mucho y después de que ella se fue, se quedó solo en el living repitiendo: ‘¡Pobre, pobre!’.”
- “La opinión del señor Borges con relación al fútbol la conocía todo el mundo. Siempre decía: ‘Los que juegan al fútbol parecen estúpidos, todos corren detrás de una pelota. Sería mucho mejor darle una a cada uno’. Cuando terminó la entrevista, y Menotti se fue, me preguntó quién era ese señor. Le expliqué que era el director técnico más famoso de la Argentina. Enseguida se enojó: ‘¡Fanny, cómo no me dijo quién era!’. Pero inmediatamente se empezó a reír con mucha picardía porque se acordaba de las cosas que había dicho en la conversación.”
- “El señor Borges tenía por costumbre guardar el dinero entre las páginas de los libros. Cada vez que necesitaba, me pedía y yo se lo daba. Otras veces él mismo lo sacaba, ya que reconocía el lugar donde estaban los libros, o porque les acariciaba el lomo y sabía de cuál se trataba. Pero a medida que el dinero se iba gastando había que ir al banco a buscar, entonces el señor me decía: ‘Fanny, tenemos que ir a dar de comer al camello’. Ocurre que el libro más grande y donde guardaba más dinero tenía en su tapa y en sobrerrelieve un camello, y él no perdía oportunidad para hacer una broma.”

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