DEPORTES › NO HABRA SANCIONES PARA GIMNASIA POR LA AGRESION

Negra noche de la vergüenza

La CSF no aplicará sanciones porque el partido se jugó con garantías. Gimnasia asegura que no fueron hinchas sino “delincuentes y drogadictos”.

 Por Pablo Vignone

El dios del fútbol, si existe, fue justo. Evitó que Gimnasia se clasificara para las semifinales de la Copa Sudamericana luego del aberrante episodio del miércoles por la noche en La Plata, tras un partido que nunca debió haberse jugado, en un clima que hizo recordar a las vergonzosas jornadas de la Copa Libertadores de los años 60. Tan vergonzoso como que Gimnasia, que contó con más de una ventaja deportiva para seguir en el torneo continental, no será castigado por la agresión que, presumiblemente, provocaron algunos de sus hinchas –aunque el club lo rechazó y prefirió calificar a los culpables de “delincuentes y drogadictos”– y podrá seguramente jugar la Copa Libertadores del próximo año, campeonato para el que el equipo platense ya está clasificado, en su estadio. Lo que vendrá a ser, sin duda, otro acto de deshonra para el fútbol argentino.
No habrá sanciones porque la Confederación Sudamericana de Fútbol consideró que estaban dadas todas las garantías para jugar el partido, que Gimnasia finalmente ganó por un marcador que no le permitió clasificarse para jugar contra San Lorenzo. Ese resultado fue el que impidió que se produjera otro atropello, porque sí desde el estricto punto de vista de los reglamentos las condiciones estaban dadas, desde lo deportivo hubo ventajas: al no poder jugar el arquero titular, José Carlo Fernández, el equipo boliviano no tuvo arquero suplente. ¿Qué habría pasado si Mauro Machado, el suplente vuelto titular, se hubiera lesionado? ¿No hubiera sido esa una flagrante ventaja?
Eso sin hablar del clima anormal que vivieron los jugadores visitantes a lo largo de la noche, que, de no haber jugado, habrían perdido el partido y la clasificación. Las víctimas en el banquillo. Situaciones que se creían definitivamente desterradas y que avergüenzan a los amantes del fútbol, de la justicia y de la ética.
No está probada la vinculación entre los autores del cobarde atentado y el club de La Plata. El vicepresidente de Gimnasia, Daniel Robert, deslindó ayer responsabilidades: “Los hechos bochornosos son totalmente repudiables, ningún ser pensante o racional puede considerar que esos hechos puedan llegar a favorecer a alguien, acá en La Plata o en la China. Lo que hicieron estos marginales, que son los mismos que pueden matar a cualquiera de nuestros hijos, los que roban un par de zapatillas y matan, merece el repudio nuestro y de toda la sociedad”, manifestó.
Pero abundan las evidencias de conexiones entre el mundo del fútbol y las barras bravas, como para alejar definitivamente las sospechas. solo son eso, sospechas, y por esa razón no habrá medidas en contra de Gimnasia, pero son sospechas que tampoco podrán despejarse. Que la agresión se produjera en los 300 metros de la “zona de nadie”, desde que la Federal abandonó la custodia y hasta que la Bonaerense la tomara, sugiere al menos que hubo algunas ciertas complicidades. Especialmente porque ya el martes, 24 horas del partido, se rumoreaba en la ciudad de La Plata que algo iba a suceder en torno al partido...
Anoche, al llegar a La Paz, el arquero Fernández se hizo revisar nuevamente el ojo derecho. “Tengo la sensación de tener el vidrio en el ojo, pero el médico me dijo que es normal y no hay problemas. La verdad que el susto que pasamos no me lo saca nadie”, dijo.
Sin duda le habría servido de mucho a Gimnasia clasificarse a las semifinales, aún después de todo lo vivido. No le habría caído bien a la reputación del fútbol argentino. De ninguna manera. El dios del fútbol, si existe, impartió justicia. Porque los hombres se niegan a ello.

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El arquero del Bolívar, José Carlo Fernández.
 
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