SOCIEDAD › EL PADRE DEL ACTOR FUE RESCATADO CON VIDA EN UNA CASA DE BURZACO

Cuando todos temían un drama, la película Echarri tuvo final feliz

Poco después de que Pablo Echarri lanzara un dramático ruego a la prensa y a la policía para que despejaran la zona, un grupo de la Bonaerense encontró a su padre, secuestrado una semana atrás. Estaba en una precaria casilla de Burzaco, atado a una silla y en buen estado de salud, ya que había recibido los medicamentos que necesita. Ya se recuperó prácticamente todo el dinero pagado en el rescate y hay varios detenidos: los cinco del miércoles y al menos tres más en los operativos de ayer.

 Por Horacio Cecchi

Alrededor de las ocho de la noche de ayer, media hora después de que Pablo Echarri rogara a los medios que se retiraran y a la policía que le dejara el camino libre para permitir la liberación de su padre, Antonio Echarri fue rescatado por uniformados de la Bonaerense en una casilla precaria de la localidad de Burzaco. Estaba custodiado por una persona que logró escapar, pero hubo después nuevas detenciones. Entretanto, el juez federal de La Plata, Manuel Blanco, continuaba tomando indagatoria a los primeros seis detenidos. Antonio Echarri, muy cansado pero con buena salud, fue trasladado a una dependencia policial en Bernal, donde fue entrevistado por el juez y más tarde lo llevaron a su casa, en Villa Dominico, 7 días y 16 horas después de haber sido secuestrado.
A las primeras cinco detenciones, realizadas el miércoles en la zona de Congreso y en La Matanza, se sumó, alrededor de las 6 de la mañana, la de un hombre capturado por los federales de Delitos Complejos en la zona de Once. Esa fue la primera puntada que terminó transformando a la víctima en “una papa que quema”, como describió un investigador del caso a Página/12. De todos modos, pese a esas detenciones, los datos con que contaban los investigadores sobre la banda eran escasos y se temía que los operativos, ordenados por el juez Blanco, provocaran alguna reacción negativa entre quienes mantenían aún con vida a Echarri padre. Una fuente reveló que era tanta la incertidumbre que el miércoles por la noche, temiendo el peor desenlace, se reunieron el ministro de Seguridad nacional, Juan José Alvarez, su par provincial Juan Pablo Cafiero, y la cúpula de la Bonaerense, para analizar cómo dar un posible mal anuncio a la opinión pública.
Durante el día se realizaron diversos rastrillajes en el conurbano sur mientras comenzaba a sonar el nombre del posible líder de la banda, según fuentes policiales, Elio Ayala, de 50 años, señalado como autor de varios secuestros en territorio provincial. Durante la tarde comenzaron a aparecer los primeros indicios optimistas: la madre de uno de los detenidos se presentó en la comisaría 6ª, del barrio de Congreso, y entregó 40 mil pesos que integraban el rescate, completando casi la totalidad de lo pagado (alrededor de 140 mil habían sido recuperados durante las detenciones). Una fuente de la Federal reveló a este diario que se trataba de la madre de uno de los detenidos en La Matanza. “Una señal de que no soportaron la presión”, confió un investigador.
–¿Fue una mejicaneada?
–No, para nada –respondió el experto–. El núcleo de la banda es muy profesional.
–¿Qué hace que sea tan profesional?
–Actuó en células, tercerizando cada etapa. Los encargados del cobro eran perejiles. Suele pasar así porque son células de alto riesgo. Estos no eran perejiles, eran muy perejiles y los engancharon festejando. A partir de ahí, el núcleo de la banda empezó a sufrir la presión. Alguno debía tener datos que dirigieran hacia más arriba. No es lo mismo que se carguen un homicidio a que la víctima haya aparecido. De esa forma pueden más fácilmente mantener la boca cerrada.
Desde el mediodía, el juez Manuel Blanco comenzó a tomar indagatoria a los seis detenidos, que habían sido trasladados desde la mañana a los Tribunales Federales platenses, en el centro de la ciudad. Según trascendió, cuatro de los detenidos serían Germán Ferrand, de 22 años; Esteban Furtado, de 18; Juan Carlos Cajigal, de 33; y Alberto Wilson, de 30, además de dos mujeres, asistidos por el defensor oficial Ricardo González.
Entretanto, la vivienda de Antonio Echarri, Pico 911 de Villa Domínico, estaba sitiada por móviles periodísticos. A esas horas, versiones contradictorias mencionaban que se había realizado un segundo pago y que se había recibido una prueba de vida. Marcos, representante de Pablo dijo a los medios reunidos en el lugar que “no se realizó un segundo pago” ydesmintió que se hubiera recibido la prueba de vida. “Más que prueba de vida esperamos su liberación”, aseguró. “No recibimos prueba de vida. Estamos esperando”, dijo escuetamente Pablo Echarri a este diario en comunicación telefónica.
Horas más tarde, a las 19, los indicios de que la banda no soportaba la presión se tradujeron en una nueva comunicación con la familia Echarri. Exigían que liberaran el camino de policías como condición para la entrega de Antonio. Media hora después, Pablo salió a la puerta de la casa de Pico en compañía de su hermana Roxana, y muy tensionado y con evidente fatiga, se dirigió a los medios presentes implorando para que se retiraran, pedido que hizo extensivo a la policía (ver aparte).
Apenas treinta minutos después, dos equipos de Delitos Complejos de Quilmes lograban rescatar a Antonio Echarri en Burzaco, casi en el límite con Longchamps. Se encontraba solo, atado en una silla, en una casa blanca de un barrio precario, ubicada en la calle Juan Sarcione 792. En una mesa había medicamentos que le suministraron a Antonio durante su cautiverio. Segundos antes del allanamiento, un joven que lo custodiaba logró huir. Según los vecinos su nombre es Ezequiel, debía cuatro meses de alquiler y trabajaba en una remisería a cuatro cuadras de la casa donde mantuvieron todo este tiempo a Antonio Echarri. Algunas versiones sostenían que es hijo de un ex federal que habría proporcionado datos a los investigadores.
Por la noche, Juan Pablo Cafiero confirmó que se habían realizado nuevas detenciones, aunque no precisó más detalles debido a la intervención judicial. El gobernador bonaerense Felipe Solá aseguró más tarde que no se había realizado un segundo pago, y reveló que “(Pablo) Echarri manejó muy inteligentemente la situación. Hacia fuera se mostró muy nervioso, pero hacia dentro estuvo en contacto permanente con los que saben”.
A última hora, el juez Blanco suspendió las indagatorias después de tomar declaración a cuatro de los detenidos, al enterarse de la liberación del padre del actor. Fuentes judiciales señalaron que uno de ellos estaba seriamente comprometido. Cajigal y su madre Romina Agüero (detenidos el miércoles, en un remise en el barrio de Congreso), quedaron alojados en la Alcaidía para declarar hoy. Poco después, Blanco se entrevistaba con Antonio Echarri en la dependencia policial de Bernal, donde el ex secuestrado aguardaba su llegada tomando mate con los uniformados.

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Antonio Echarri y su hijo Pablo pudieron festejar el reencuentro en la noche.
 
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