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Después de un arranque con tropezones, el Clausura 2002 presenta hoy a dos de los principales candidatos a ganar el certamen: los eternos rivales River y Boca, que arrancarán el certamen ante los equipos cordobeses, Talleres y Belgrano, respectivamente. Para los dos equipos, este torneo tiene mucho de especial en el afán de la conquista. Para el equipo de Núñez, porque viene de tres subcampeonatos consecutivos; para Boca, porque es el primer torneo oficial de la segunda etapa en el club del uruguayo Oscar Washington Tabárez. Para marcar una diferencia, Boca estrenará nuevo sponsor en su camiseta, la gaseosa Pepsi, que desembolsó entre 3 y 3,5 millones de pesos por un año de contrato. River, como Independiente –que protagoniza el clásico de la tarde ante Vélez– no tendrá auspiciante.
Ramón Díaz, afecto a las sorpresas, eligió sorpresivamente excluir de la formación titular a Angel Comizzo y confirmó a Juan Esnaider como compañero de Ariel Ortega en el ataque, pero se esperaba hasta último momento el transfer que habilitara a Esnaider a jugar desde el comienzo; en caso contrario, será Fernando Cavenaghi, el goleador del verano con seis conquistas, quien ocupará su lugar.
Entre Esnaider y Cavenaghi, entonces, parece definirse la cuestión del 9 de River, que motivó largos debates en la semana, porque Martín Cardetti se entrena pero no jugará, y el uruguayo Daniel Fonseca se convertirá dentro de poco en un mal sueño: el pase, finalmente, se caerá.
“Cuando fui a firmar el contrato las cifras eran muy diferentes a las que se habían arreglado. Me parece muy difícil que pueda solucionarse”, expresó Fonseca, quien se encuentra en Uruguay desde el viernes. “Estoy muy sorprendido y confundido. O las partes no se entendieron, o no sé qué fue lo que pasó”, dijo el delantero. “Sabía que iba a cobrar una parte en dólares y otra en pesos, pero me encontré con que era todo en pesos y la cifra era muy inferior a la que se había pactado con Paco (Francisco) Casal. El tema se sigue negociando, pero sinceramente me parece muy difícil”, completó.
“Dios quiera que todo se solucione –dijo ayer el titular de River, José María Aguilar–. Estaba todo convenido con la gente que maneja a Fonseca. Ojalá que lo podamos resolver y que pueda debutar en River cuando el técnico lo disponga.”
Otra de las sorpresas riverplatenses es la confirmación del juvenil volante Martín Demichelis: sin Claudio Husaín ni Esteban Cambiasso, que se fueron ayer a Gales con la Selección, ni el esguinzado Guillermo Pereyra, el técnico se vio obligado a recurrir al chico.
Un problema similar vive Oscar Tabárez: Marcelo Bielsa le escamoteó a Juan Román Riquelme, pero el Maestro tiene a disposición a Walter Gaitán, a quien no quiere poner en la cancha junto a Riquelme, pero al que hará jugar gustoso en su ausencia.
Boca no tiene problemas con los transfers: el viernes llegó la habilitación para Diego Crosa –la operación más cara del receso, a préstamo por 200 mil dólares– por lo que el ex Betis será el titular y Rolando Schiavi irá al banco, junto a Jorge Martínez, desplazado de la titularidad por el juvenil Juan Forchetti, otro que –como el chico Lux– se ganó el puesto gracias al rendimiento mostrado en los torneos de verano.
En Córdoba, además, habrá otro ingrediente: la policía provincial aplicará un dispositivo de seguridad especial para controlar a la hinchada de Belgrano, a la cual la Justicia local no autorizó a renovar 530 carnets de socios, otorgados por la gestión anterior de Gregorio Ledesma.
El clásico de la fecha será protagonizado por Independiente y Vélez. En el local no podrá debutar Federico Insúa; el equipo de Liniers no concentró a raíz de las deudas que el club mantiene con el plantel. El otro foco de interés de la fecha estará en San Martín, donde Chacarita recibirá a Huracán: en la visita no podrá debutar Daniel Montenegro (no llegó el transfer...), pero sí el paraguayo Julio González.