DEPORTES › LOS CRUCES ENTRE ARGENTINA Y ALEMANIA

Un clásico que es universal

Los germanos ganaron tres, con la final de Italia ’90 incluida, y empataron dos. La Selección ganó uno: la final de México ’86.

 Por Juan José Panno

Desde Río de Janeiro

El del domingo será el séptimo enfrentamiento de Argentina y Alemania en la Copa del Mundo, el tercero en una final, después de las del ’86 y el ’90, lo que convierte a este duelo en un clásico universal. El balance de los seis partidos muestra a los europeos en ventaja: ganaron 3, empataron 2 y perdieron el restante, con 10 goles a favor y 5 en contra.

El primer mojón se encuentra en la fecha del 8 de junio de 1958, en la ciudad de Halmstaad, en el debut de ambos en el campeonato. Ganaron los alemanes 3-1, en un partido en el que se dio la curiosidad de que Argentina jugó vestida de amarillo (única vez en su historia). La delegación nacional había llevado sólo camisetas albicelestes y como perdió el sorteo para decidir quién cambiaba, hubo que salir de apuro a pedir prestadas camisetas y el club IFK Malmo les cedió un juego y Argentina jugó con la indumentaria oficial de ese equipo, que a la luz del resultado resultó mufa. Pero no era cuestión tampoco de echarle la culpa al amarillo, porque en la tercera presentación en la zona, Argentina perdió 6-1 con Checoslovaquia (el episodio conocido como desastre de Suecia), con las clásicas camisetas celeste y blancas. Carrizo, Lombardo, Dellacha, Varacka, Vairo; Prado, Néstor Rossi, Menéndez; Corbatta, Alfredo Rojas y Cruz fueron los titulares de ese equipo. El técnico era Guillermo Stábile El único gol argentino lo hizo Corbatta, los alemanes fueron de Rahn (2) y Seeler.

Ocho años más tarde, en el Mundial de Inglaterra volvieron a enfrentarse, en la primera fase. Y esta vez empataron 0-0. Se recuerdan dos pelotas en el travesaño de Antonio Roma, una espectacular salvada de chilena de Roberto Perfumo, además de algunas llegadas argentinas en un ida y vuelta muy intenso. El equipo argentino en ese partido disputado en Birmingham tenía la base de Boca y River: Roma; Ferreiro, Perfumo, Albrecht, Marzolini; Solari, Rattin, Ermindo Onega (que en ese campeonato la rompió y esa tarde fue marcado por Franz Beckenbauer), Alberto González; Artime, Mas. El entrenador era Juan Carlos Lorenzo. Ese equipo, que en la zona de grupos superó a Suiza y a España, quedó eliminado en los octavos de final al caer 1-0 contra Inglaterra el día que echaron de la cancha a Antonio Rattin.

El duelo siguiente se dio en 1986, en la inolvidable final del Mundial de México. Brown, de cabeza, y Valdano, con un tiro cruzado, habían puesto en ventaja a Argentina. Los alemanes convirtieron en dos jugadas de pelota detenida, a los 29m y a los 35m del segundo tiempo, y cuando parecían fortalecidos anímica y físicamente, Maradona, que sufrió la marca personal de Lothar Matthäus, metió un pase en profundidad y Burruchaga corrió media cancha con la pelota en los pies para quedar cara a cara con Schumacher y someterlo con un tiro bajo. Pumpido, Brown, Ruggeri, Cuciuffo, Olarticoechea, Giusti, Enrique, Batista, Burruchaga, Valdano y Maradona fueron, junto con el DT Carlos Bilardo, los nombres de esa epopeya, presenciada en el Azteca por más de 110 mil personas.

La final entre ambos se repitió en el ’90, en Italia. Con Maradona lesionado (tenía el tobillo a la miseria), con un equipo desgastado que casi milagrosamente había llegado hasta ahí, gracias a los penales de Goyco, los alemanes resultaban claramente favoritos. Sin embargo, debieron luchar mucho para alcanzar, con un penal dudoso (que convirtió Brehme), la victoria 1-0. Matthäus ya se ocupó de generar juego y Buchwald fue el cancerbero de Maradona.

El siguiente mano a mano se dio en tierra alemana, en Berlín para ser más precisos, ante 72 mil espectadores. Fue empate 1-1, pero en los penales ganaron los locales de la mano de Lehmann, que se valió de su potencia física y de los papelitos que le habían indicando la posible dirección de los remates.

Argentina ganaba 1-0 (corner de Riquelme, cabezazo de Ayala) y a poco del final empató Klose, forzando el alargue, después de la salida por lesión de Abbondanzieri. Al DT argentino, José Pekerman, todavía se le reprochan hoy los cambios realizados: Cambiasso por Riquelme y Cruz por Crespo. Porque Riquelme había jugado muy bien hasta que salió (iban 1-0) y podía aguantar la presión alemana lejos del arco. También se le cuestionó al bueno de Pekerman el no haber puesto a Messi en vez de Cruz. Explicó después de presentar ese mismo día la renuncia que se había decidido por Cruz porque cabeceaba las dos áreas. Nadie va a olvidar aquel partido porque Argentina si ganaba se perfilaba como candidato de fierro al título que finalmente lograron los italianos con un equipo técnicamente inferior. En aquel conjunto alemán ya aparecían los nombres de Schweinsteiger, Lahm, Mertesacker y Klose, bajo la dirección técnica de Jürgen Klinsmann.

El último partido, acaso el más doloroso para los hinchas argentinos, se dio en el último Mundial, con la categórica victoria 4-0 de los germanos en Ciudad del Cabo. Argentina formó con Romero; Otamendi, Burdisso, Demichelis, Heinze; Maxi Rodríguez, Mascherano, Di María, Tevez, Messi e Higuaín. El gol de Müller a los 3 minutos fue clave para que los alemanes manejaran todos los espacios en el contraataque hasta concretar una goleada inapelable. Alemania formó así: Neuer; Boateng, Mertesacker, Friedrich, Lahm, Khedira, Schweinsteiger, Özil; Klose, Müller y Podolski. Casi los mismos nombres que estarán el domingo en el Maracaná, aunque se supone que aquí se escribirá otra historia.

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Italia ‘90. Maradona con la pelota, marcan Matthäus y Völler.
 
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