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River volvió a ganarle a Independiente y lo sacó de la Copa Sudamericana con otros cuatro goles. Ahora le tocará el Libertad paraguayo –que eliminó a Nacional de Montevideo– en la próxima instancia de cuartos de final, el 23 de octubre en el Monumental. La despedida del ya renunciado Ruggeri no fue diferente de lo que venía sucediendo: los rojos jugaron mal, sin orden ni fe. Habrá que barajar y dar de nuevo.
Aunque tenía la necesidad de remontar tres goles de diferencia, Independiente no mostró en ningún momento aptitud como para lograr la hazaña. Desde el principio, River fue el claro dominador y comenzó a generar peligro en el área de Albil. No habían pasado tres minutos cuando el arquero de Independiente le ganó el duelo a Domínguez, y luego Cavenaghi no pudo empujar la pelota dentro del arco. A partir de ese momento, las oportunidades de gol para el local fueron permanentes: primero Cavenaghi definió por arriba una gran habilitación de Ludueña, luego Domínguez remató al lado del palo, y después Albil le ganó un mano a mano a Ludueña. Hasta ese momento, Independiente sólo había inquietado con un derechazo de Damiani y otro tiro de Caggiano. Pero todo seguía en cero.
Hasta que luego de cortarle otra posibilidad a Domínguez, Albil cometió su primera, única y trágica equivocación: se pasó en la salida ante una habilitación larga a Cavenaghi que Olarra no cubrió bien –Albil dudó si había tocado la pelota fuera del área– y, de cara al arco y acosado por el delantero, se le escapó. Cavenaghi se fue y la tocó al gol. Y enseguida, después de que Zurita cabeceara solo por arriba y de otra buena tapada del arquero a Morales, Ludueña definió cruzado para aumentar luego de buen pase de Coudet. En un tiempo, River había crucificado a Independiente.
El segundo estuvo de más: un penal de Coudet tras mano de Franco y un toque de Husain tras gran jugada de Coudet y el Chori Domínguez, la figura. Un paseo.