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La segunda semifinal de la Copa América será protagonizada por un viejo clásico del fútbol sudamericano, y los dos rivales, al menos durante este torneo, procuraron mantener fidelidad con respecto de sus tradicionales estilos de juego. Brasil y Uruguay disputarán hoy, a partir de las 21.45, también en Lima, un atractivo choque por un lugar en la final del próximo domingo. Aunque los pentacampeones llegan como los favoritos a este partido, su entrenador, Carlos Alberto Parreira, considera a la selección celeste como “un adversario de cuidado que merece ser respetado”. En tanto que el entrenador uruguayo, Jorge Fossati, se ilusiona con dar “una grata sorpresa” a los hinchas de su país.
Parreira abundó en elogios a su colega uruguayo Fossati por la “renovación” que ha liderado desde que debutó, el 1º de junio pasado, al mando de la selección de su país. “El cambio de técnico en Uruguay y la convocatoria de, al menos, 16 jugadores nuevos en la selección que disputa la Copa América ha sido excelente”, explicó Parreira. Para el seleccionador brasileño, Uruguay “ha crecido” en la Copa América y “merece respeto, ya que es un rival de mucho cuidado que nos puede complicar en cualquier momento del partido”, advirtió.
Por su parte, el entrenador del seleccionado uruguayo, Fossati, aclaró que Brasil le inspira “respeto pero no temor”, y que su equipo puede dar hoy una sorpresa. “Estamos ante una selección muy poderosa pero, bueno, tendremos que jugar con la máxima concentración. Brasil es un rival al que le tenemos respeto pero no temor. No hay que confundir. Tenemos potencial ofensivo como para dañarlos, en una de ésas le damos una grata sorpresa a nuestros hinchas”, estimó el ex director técnico de Colón.
Los brasileños, aún sin sus principales estrellas pero fortalecidos por la última goleada a México (4-0) se convirtieron, después de ese resultado, en claros favoritos a obtener el título. Uruguay, que clasificó a los cuartos de final como mejor tercero, llega confiado en el temperamento de sus jugadores, pero algo debilitado por las lesiones y los problemas institucionales que pusieron en riesgo su participación con sus principales figuras.
Brasil y Uruguay registran un historial parejo en la Copa América con nueve triunfos para cada uno y seis empates. Los últimos dos partidos entre ambos en el certamen fueron finales: en 1995, los uruguayos ganaron como locales, y en 1999, los brasileños se impusieron en Paraguay.