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El pivote Fabricio Oberto, integrante del equipo olímpico del básquetbol argentino que se consagró campeón en Atenas, arribó ayer a la provincia de Córdoba para dirigirse a su ciudad natal, Las Varillas. El jugador, quien está lesionado en uno de sus dedos de la mano derecha, se unirá a sus familiares, con quienes compartirá la felicidad por haber conseguido la medalla de oro con el equipo dirigido por Rubén Magnano. Oberto tardará dos meses en reintegrarse a su club, Pamesa Valencia, por padecer una fractura en el quinto metacarpiano de su mano derecha.
“Haber sacado un oro olímpico en básquetbol es increíble. Nosotros todavía no dimensionamos lo que hemos logrado”, sostuvo Oberto a su llegada al Aeropuerto Internacional de Córdoba. De cara a lo que vendrá, el basquetbolista cordobés remarcó que ni siquiera se tomó tiempo para meditar sobre ese tema. “Por ahora estamos disfrutando y ya nos pondremos a pensar en el futuro. Hay que poner los pies en la tierra por un rato y estar satisfechos por lo que se logró”, señaló Oberto, que como consecuencia de la lesión que sufrió ante Estados Unidos no pudo jugar la final.