DEPORTES › RACING GANO EL CLASICO POR 2 A 1 Y PIENSA EN RIVER, EL PROXIMO RIVAL

Boca se fue expulsado

Apenas faltaban dos minutos cuando el árbitro Baldassi se cansó de las piedras que caían sobre el arco de Abbondancieri y dio por terminado el partido, sin que se ejecutara el penal que pudo permitirle a Racing ampliar la diferencia. Los hinchas boquenses se enardecieron por ese fallo y por las expulsiones de Schiavi y Traverso. El cuadro de Merlo, superado en el primer tiempo, levantó su nivel en el segundo y ganó bien.

 Por Juan José Panno

Vale la victoria de Racing porque fue en un clásico; vale el doble porque se lo puede tomar como la revancha del 3 a 1 en la Bombonera, en la única derrota del campeonato anterior; vale el triple porque no fue de suerte sino justo y merecido; valía fortunas a las 6 y 25 de la tarde cuando River todavía perdía con Chacarita y se depreció después. Como sea, los hinchas de Racing andarán hoy con el orgullo futbolero a cuestas y una lucecita de esperanza encendida porque River quedó a 6 puntos y es el rival de la próxima fecha.
La derrota de Boca duele porque fue en un clásico; duele el doble porque el equipo jugó en el primer tiempo como para ganar por goleada y en el segundo tiempo fue un desastre, y si no duele más es sólo porque Chacarita le sacó dos puntos a River.
El equipo que dirige Merlo fue inferior a su rival en todo el primer tiempo, pese a lo cual se fue al descanso con un inmerecido 1 a 1 en el bolsillo; emparejó en la primera mitad del segundo tiempo e inclinó claramente la balanza del juego a su favor luego del segundo gol de Milito, borrando a Boca de la cancha.
El primer acto del encuentro tuvo como protagonista central al pibe Tévez. Jugando como enganche, en las posiciones en las que generalmente se mueve Riquelme (ausente con aviso), desprendiéndose con facilidad de Bastía, moviéndose con inteligencia para ganar espacios y manejando la pelota con elegancia y justeza, se convirtió en la gran figura. Tres veces estuvo además cerca del gol: una hermosa pisada en el área con remate cruzado que se fue muy cerca; un disparo que dio entre el palo y el caño que sostiene la red y una tijera que tapó con seguridad Campagnuolo. Jugó fenómeno Tévez, pero acompañaron bien Battaglia y Carreño y con eso le alcanzó al cuadro de Tabárez, que tenía un solo volante de contención, para superar a su tibio rival. Racing, con cuatro en el fondo, y otros cuatro para ayudar, le dio a Milito la misión de arreglárselas solo arriba. Milito cumplió y a los 35m, aprovechando un instante de distracción en el fondo de Boca, se llevó una pelota por la derecha, corrió algunos metros y fusiló a Abbondancieri haciendo pasar la pelota entre sus piernas. Cinco minutos más tarde, el pibe César González, que había entrado en reemplazo de Clemente Rodríguez, clavó el empate con un violento zapatazo, a la salida de un tiro libre y achicó el margen de injusticia. El gran negocio del 1 a 1 fue para Racing, que tenía disposición táctica, funcionamiento y rendimiento de cuadro chico, chiquito.
El segundo acto fue otra cosa. Tévez se empezó a desdibujar de a poquito y con él se fueron cayendo todos. El caso más significativo fue el de Battaglia, que pasó de jugar bien a regalar cada pelota a los contrarios. Se achicó Boca en la medida en que Bedoya se animaba a pasar al ataque, Chatruc arriesgaba con la gambeta, Ubeda no hacía macanas simplemente porque la pelota le llegaba menos y Estévez se peleaba menos y jugaba más. Racing llegó al segundo gol a los 18m, con un remate cruzado de Milito desde el borde del área y desde ahí y hasta el final disfrutó de la comodidad que da el tener todo bajo control. Pudo meter el tercero con un tiro de Chatruc que dio en el travesaño y lo tuvo a mano sobre la ahora con el penal que le hizo Battaglia a Torres y que no se pudo patear por la lluvia de piedras y el desatino.
Racing lo dio vuelta porque se paró mejor, porque no dio tantas ventajas en el fondo y, fundamentalmente, porque cambió a tiempo su actitud. Boca quedó a la misma altura que Racing, pero con el ánimo en el subsuelo.

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Milito ya saco el derechazo que se metera junto al segundo palo de Abbondancieri. Battaglia ya sufre el segundo gol del delantero.
 
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