DEPORTES › EL PODER DE COMPARADA EN INDEPENDIENTE SE APOYA EN UN POLO SINDICAL

Descamisados, con camiseta roja

El gremialista Hugo Moyano, como integrante fuerte del oficialismo, y la obra social de la UOM, como principal sponsor, ya forman parte de la política interna del club de Avellaneda.

 Por Gustavo Veiga

Un nuevo Polo Sindical Independiente está en gestación, aunque no se llama así por su autonomía de los partidos políticos o del Gobierno. A sus integrantes nadie los llamaría descamisados, porque acaban de presentar su flamante camiseta. El camionero Hugo Moyano y la obra social de la Unión Obrera Metalúrgica –más la probable participación desde las sombras del gastronómico Luis Barrionuevo– sumaron voluntades en el club de Avellaneda. Esa virtud que posee el fútbol para tender puentes inimaginables con otras actividades les permitió convertirse en un centro de gravedad que funciona con oficinas propias en la misma institución. A cambio, garantizan dinero fresco, cobertura médica, la poderosa maquinaria del gremialismo peronista y hasta organizan carreras pedestres o combates de boxeo en la sede social.
Pablo Moyano, el hijo del líder de la CGT y vocal de la comisión directiva, le mostraba hace unos días el complejo deportivo Santo Domingo al dueño de la empresa OCA. Allí, donde se entrena el plantel profesional que conduce Julio Falcioni, hay un par de oficinas nuevas dominadas por un símbolo de la liturgia justicialista. La típica fotografía que cuelga sobre la pared no es la del General ni la de Evita. Se lo observa a Hugo Moyano haciendo el gesto típico de la ve de la victoria que universalizó el general Douglas Mac Arthur tras la rendición japonesa.
Opositores a la actual conducción de Independiente le atribuyen al dirigente camionero el control del predio ubicado en Villa Dominico. Su sindicato, además, pretende identificarse con otras disciplinas deportivas. El maratón de la ciudad de Avellaneda (lo llamaron Marea Roja, era obvio) y una velada boxística organizada en el gimnasio de Avenida Mitre fueron auspiciadas por el gremio. Moyano comienza a influir en el club, como lo consiguió hace un tiempo en el corazón de la popular, donde la barra brava le responde. Lo expresa un episodio reciente.
La noche del último jueves, durante la asamblea de representantes que aprobó la convocatoria de acreedores, el camionero fue el único orador del oficialismo. Daniel Ferro, el vicepresidente de la opositora Lista Roja, casi no pudo terminar su discurso. Aunque peor la pasó otro disidente al que zamarrearon los muchachos de la barra. Aquel sector interno, el lunes 22 había dado a conocer una dura carta abierta contra el presidente, Julio Comparada.
“¿Acaso no será usted el Marín de Independiente? Y si no es Marín, ¿podrá llegar a ser Lalín?”, lo comparaban en tono rimado. Por su parte, Gente de Independiente Auténtica, el sector cuyos referentes son Carlos Bandrés y Héctor Valcarce, le recordaba a la actual comisión directiva que no investigar y sancionar a “los responsables del vaciamiento de nuestro club genera una sensación de impunidad y connivencia...”.
Mientras tanto, la otra pata sindical en la que se apoya el gobierno de Comparada es la UOM, cuya obra social, manejada por una empresa, se convirtió en el nuevo sponsor de la camiseta. Forjar Salud, una gerenciadora que dice contar con 154 centros médicos, 12 de alta complejidad, y una cantidad que supera los 400 mil beneficiarios, aportará 375 mil dólares por año, la cobertura médica para 330 futbolistas de todas las divisiones de Independiente y el servicio de ambulancia los días de partido.
Aún no se conoce quién está detrás del que se proclama como “mayor sistema de salud social de los argentinos”. Pero sí a quién eligió para transmitir su imagen: Ricardo Bochini, el máximo ídolo, capaz de sensibilizar a la gran masa de hinchas y socios del Rojo. El día en que se presentó la camiseta con el logotipo de Forjar Salud sobre el pecho, el Bocha sonrió para las fotos junto al pibe Sergio Agüero. No fue ésa la primera incursión publicitaria de la empresa en el deporte. Ya lo había hecho en el ciclismo, donde patrocinó a un equipo con su nombre.
El presidente de Independiente, un hombre de negocios del mercado asegurador, siempre recibió consejos de un viejo amigo de su padre, José Miguel “Cholo” Comparada. Se trata de otro sindicalista, el inefable Barrionuevo. Juntos hicieron de El Surco, una pequeña compañía dedicada al agro, la más fuerte entre las aseguradoras especializadas en gremios. Y mimetizaron sus negocios con una fórmula que en los años ’90 se puso de moda en la salud: la de gerenciar obras sociales. Por eso, en el club, se teme que pase lo mismo. Y la oposición denuncia al oficialismo de intentar privatizar un sentimiento que el 1o de enero cumplió su centenario.
La obra social de la UOM, con la misma receta, acaba de desembarcar en Independiente. Nadie podría afirmar que Comparada (h) no conoce bien de estos temas. Y tampoco garantizar que la mano del gastronómico es ajena a esta privilegiada entente de sindicalistas metidos primero a empresarios y, ahora, a dirigentes de fútbol.

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