DEPORTES › LOS FURIOSOS MEDIOS ITALIANOS, ENTRE EL RACISMO Y EL DESCONTROL

Giornata di calentura

Entre los exabruptos de los medios en llamas, el presidente del Perugia echó al coreano Hwan de su equipo y hay diputados que proponen irse de la FIFA.

 Por Ariel Greco

Diego Maradona siempre afirmó que en Italia nunca le perdonaron haber eliminado al equipo de Azeglio Viccini en el Mundial ‘90 y que por ello al año siguiente le saltó un doping positivo en un partido irrelevante ante el Bari. A partir de la suspensión de 15 meses que recibió, Diego nunca más volvió al Calcio. Un año y medio más tarde, Claudio Caniggia, verdugo de Italia en aquella semifinal disputada en Nápoles, también recibió una sanción por un doping positivo. Ahora, la historia parece repetirse, aunque la vendetta surgió de manera inmediata. El presidente del Perugia, Luciano Gaucci, anunció que despedirá al delantero coreano Ahn Jung Hwan por haber cometido la herejía de anotar el gol de oro que eliminó al conjunto italiano del Mundial 2002. “Ahn no jugará más en Perugia. ¿Qué se creen, que voy a conservar un jugador que arruinó al fútbol italiano? Que se vuelva a Corea para ganar 50 dólares por mes”, lo descalificó el titular del club italiano. Además, todo el país se encargó de denigrar al nuevo héroe coreano, al igual que al árbitro ecuatoriano Byron Moreno, sindicado como el principal responsable de la eliminación del mezquino equipo de Giovanni Trapattoni. Tanto que el (sigue en página/34) (viene de página/33) tema traspasó las fronteras del fútbol y se metió en el terreno político: el Parlamento italiano debatirá una posible desafiliación de la FIFA en protesta por lo sucedido (ver aparte).
“No voy a prolongar su contrato, no se lo merece”, comentó Gaucci cuando se lo consultó por la situación de Ahn. Es que el delantero coreano está a préstamo en el Perugia y su opción de compra está tasada en casi dos millones de dólares. Sin embargo, el empresario italiano ya adelantó que, a pesar de ser un buen negocio, no lo llevará a cabo. “Me bastarían 3000 millones de libras para prorrogar su contrato y obtener beneficios revendiéndolo. Pero no se lo voy a prolongar”, señaló Gaucci, que fue el mismo dirigente que se encargó de aclarar mil veces que Perugia no estaba en condiciones económicas de pagarle a Boca 4 millones de dólares por el pase del arquero Oscar Córdoba. La llegada de Ahn se trató de una movida publicitaria, ya que el principal sponsor del equipo es la automotriz coreana Daewoo, propietaria del pase del delantero. En dos años en el club, Ahn jugó apenas 25 partidos y anotó cinco goles. La movida fue similar a la que en 1998 llevó al japonés Hidetoshi Nakata, luego transferido a la Roma tras su exitoso paso por Perugia. Ahora el negocio se volvió en contra.
Claro que, más allá de los números, el titular del Perugia la arremetió con una dureza injustificada con el jugador, por el solo hecho de haber convertido un gol para su selección. “Cuando vino no tenía ni para pagarse un sandwich. Se volvió rico sin hacer grandes cosas y ahora, en el Mundial, denigró el fútbol italiano”, argumentó Gaucci para justificar su impresentable razonamiento. “Basta, ese no volverá a poner un pie en Perugia, no lo quiero ver más, ya que ofendió al país que le ha acogido. Di órdenes para que no regrese Estoy indignado”, siguió Gaucci con su monólogo.
Con un poco más de moderación, el entrenador del equipo, Serse Cosmi, también se mostró a favor de no permitir que Ahn retorne al club. “Le voy a pedir al presidente que no renueve su contrato. El hizo su trabajo, pero nosotros tenemos que mandar un mensaje al fútbol italiano. Sacaré a Fabio Gatti en su lugar”, dijo el particular entrenador, que habitualmente sale a dirigir a la cancha vestido con un traje, una gorra de béisbol y una bufanda de Perugia. Lo curioso es que la situación de Ahn se pudo haber repetido con cualquiera de los otros 13 extranjeros con que cuenta el plantel de Perugia.
Pero Gaucci no fue el único en atacar al nuevo ídolo de Corea. El diario romano Il Messaggero escribió un perfil durísimo y tendencioso sobre el futbolista. Según el matutino, “Ahn es alérgico al idioma italiano, sólo sabe decir ciao”, además de tener muchos problemas para adaptarse a la comida local. “Sólo se alimenta a chocolates, de ahí que al jugador, que modela para una casa de cosmética y perfume le salieran gigantescos y feísimos granos”, cuenta la nota. Pero la máxima prueba del odio que despertó Ahn es que el diario revela que su madre es “una jugadora empedernida”. El cierre del artículo también es imperdible: “Ahn llegó a Perugia en un Daewoo y de Perugia se irá a patadas en el culo”.
El otro enemigo que encontraron los diarios italianos es el árbitro ecuatoriano Byron Moreno. “La parcialidad de Moreno, con esa cara de bovino deprimido, es doblemente detestable”, dice en sus páginas el diario La Stampa. “Penal inventado, Totti expulsado, gol anulado, no son árbitros sino ladrones de sueños. Escándalo mundial”, tituló Il Messaggero. “Un Mundial sucio”, fue la visión de Corriere della Sera, el diario de mayor tirada de la península. “Italia fue expulsada de un Mundial en el que los árbitros y sus asistentes son utilizados como mercenarios. Italia fue derrotada por el gordito Byron Moreno”, agrega la publicación.
Los diarios deportivos también mantuvieron el mismo discurso: “Ladri” tituló a toda página El Corriere dello Sport. En cambio, La Gazzetta dello Sport eligió “Vergüenza”, y aclaró que “en toda la historia del Campeonato del Mundo nunca se cometieron tantas injusticias”. Incluso escribieron que “Más que Corea fue la FIFA” la que eliminó a Italia. Lo concreto es que con todos los chivos expiatorios que encontraron los italianos se olvidaron de Trapattoni, del cambio de Gattusso por Del Piero, de los errores de Panucci y Maldini, y de la infantil simulación de Totti. Con el coreanito Ahn Jung Hwan, con Byron Moreno y hasta con Joseph Blatter ya tienen suficientes responsables del fracaso del Catenaccio.

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