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En la mitad de la cancha, Argentina tuvo sus mejores rendimientos individuales. Mascherano en la generación de juego como volante central y Cristian González con un gran despliegue por el sector izquierdo, recuperando y entregando la pelota en forma criteriosa, constituyeron las actuaciones más parejas del equipo de Bielsa ante Uruguay.
Luciano Figueroa, que marcó dos goles para el equipo argentino, cumplió también una aceptable labor en el ataque. En reemplazo de Saviola, el delantero del Cruz Azul buscó permanentemente y generó varias situaciones de riesgo en el área adversaria que no pudo concretar.
En la defensa, Ayala y Heinze, los dos centrales, resolvieron con oficio en la salida y no cometieron errores en la marca, sobre todo en el primer tiempo, cuando Uruguay estaba con once y atacaba con dos delanteros, Forlán y Estoyanoff. El zaguero del Valencia fue además efectivo cuando fue a buscar de cabeza al área rival: convirtió por esta vía el tanto de que abrió el partido. Andrés D’Alessandro se mostró activo y luchó en la mitad cada pelota que disputó. Jugó más en función del equipo que en búsqueda del lucimiento personal.