ECONOMíA › CARGO ESPECíFICO SOBRE LA TARIFA DOMICILIARIA

El laberinto de la factura de gas

A través de la resolución 615, el Ente Nacional Regulador del Gas aprobó la aplicación de un controvertido cargo específico sobre el gas por redes, que las distribuidoras comenzaron a facturar con retroactividad al 1º de noviembre y que para las mayores demandas prometen duplicar el precio del metro cúbico utilizado. Esa contribución, a la que estarán obligados todos los usuarios por encima de los 1000 metros cúbicos mensuales, permitirá solventar la importación del fluido y, finalmente, las obras necesarias para traer el carburante desde lejanas zonas de producción, dentro o fuera del país.

Con esa norma se completa una serie de ajustes que desde el 1º de septiembre movilizaron las tarifas de usuarios domésticos, hasta entonces congeladas. Ese escalonamiento, así como el destino final de los recursos a recaudar a través de las distribuidoras, dio lugar a un esquema tan complejo que las propias empresas encargadas de emitir las nuevas facturas interpretan de modo diferente. El punto de partida del descongelamiento fue el aumento del 1º de septiembre sobre los consumos domésticos por encima de los 800 metros cúbicos, que las distribuidoras sin demandas contra el Estado en el Ciadi pudieron integrar a sus cajas, mientras que las otras tuvieron que reservarlo a un fondo fiduciario para obra. También entonces se dispuso un aumento de gas boca de pozo para las productoras, las que, a su vez, tienen que transferirlo en su mayor parte a otro fondo, en este caso, para subsidiar la garrafa social. Según las empresas, hasta aquí los aumentos habrían implicado alzas que suben en la medida en que se incrementa el consumo y que llegarían a un máximo de entre 72 y 142 por ciento, de acuerdo con la distribuidora que haga el análisis.

El otro incremento anunciado rige a partir del 1º de noviembre, en parte añade una mejora a los productores de gas y en parte es para costear la importación del carburante que hoy subsidia el Estado. Este es el único concepto mencionado en la reciente resolución del Enargas: el dinero de los usuarios alimentará otro fondo –también nutrido con créditos y otros aportes–, cuya objetivo será la compra de gas al exterior, pero también financiar las otras operaciones “necesarias para complementar la inyección de gas natural”, posiblemente obras de infraestructura como nuevos gasoductos. También en este caso la grilla de aumentos está inspirada en el afán de que la carga resulte más gravosa para las mayores demandas. Por ejemplo, un usuario capitalino de más de 1800 metros cúbicos al año soportará un cargo por cada metro cúbico consumido que duplicará el valor que al 1º de noviembre tenía el gas para él. Mientras que aquel cuya demanda esté entre los 1200 y 1500 m3, hará una contribución equivalente al 25 por ciento de ese valor.

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