ECONOMíA

Estados Unidos castiga a España por haberse colado en Argentina

Como en Cuba y Filipinas, Washington es una vez más el verdugo de los españoles, para enseñarles a respetar su traspatio.

 Por Julio Nudler

”Una crisis como la de la Argentina no es posible en ningún país iberoamericano si no la permite Estados Unidos”, escribió días pasados el derechista y monárquico Luis María Ansón en el diario que dirige, La Razón, de Madrid. Pese a considerar que “demasiados dirigentes políticos (argentinos), incapaces de competir en la empresa privada, se han dedicado a forrarse y, además, han depositado el producto de sus mangancias (mangazos) en el extranjero”, y por ende entender que “la catástrofe actual nace, sobre todo, de los propios argentinos”, Ansón sostiene que Washington ha permitido esta debacle porque, “a medio plazo, así conviene a los intereses del Imperio”.
Según esta visión, mientras la prensa se hace eco de la presunta preocupación que provoca en Norteamérica el hundimiento argentino por el impacto económico y sobre todo político que puede tener sobre la región, Ansón (quien, en realidad, ahora le ha quitado el acento a su apellido, dicen que para darle apariencia inglesa) ve en todo esto una jugada norteamericana para reafirmar su absoluto dominio hemisférico: “Iberoamérica (Ansón desdeña el término Latinoamérica) es cosa de Estados Unidos”. Y añade: “Para cualquier operación que se quiera hacer con las naciones iberoamericanas hay que contar con el visto bueno del Imperio”.
El artículo abunda en la teoría de la represalia estadounidense contra España por haber avanzado en años recientes en los negocios argentinos. Esta interpretación se oye a menudo en las tertulias radiofónicas hispanas, y se apoya en los sentimientos antinorteamericanos del nacionalismo españolista, pero también en las presiones sufridas por empresas como Telefónica y Repsol. Fuentes de la banca peninsular admiten su temor de que la crisis argentina abra vías para que los bancos norteamericanos les causen daño en otros mercados de la región. El capitalismo español se sabe débil, y teme que el desproporcionado peso que adquirió en América Latina se reduzca bruscamente por culpa de la dieta argentina.
“España es técnicamente un virreinato tributario de Estados Unidos -asevera Ansón–. No podemos ser cabeza de ratón; así es que debemos conformarnos con ser un pelo ilustre en la cola del león americano. La política de José María Aznar (actual jefe de Gobierno), como la de Felipe González (su predecesor), ha sido de entera sumisión a Washington.” Una fuente consultada por este diario en Madrid iba ayer más lejos: “El servilismo de Aznar y de (el canciller Josep) Piqué hacia (George W.) Bush es patético”. Pero ni la sumisión ni el servilismo pueden lograr que Washington condescienda con la agresividad de las empresas españolas en Latinoamérica.
Comprendido esto, Ansón establece que “España puede beneficiarse de Iberoamérica si previamente pacta los negocios con el capital norteamericano, que no renunciará nunca a llevarse la parte del león, dejándonos las migajas”. De acuerdo a este antiguo consejero de Juan de Borbón (padre del rey Juan Carlos), ex director del ABC y de la agencia EFE, “los empresarios españoles les estaban tocando los dídimos (testículos) a los norteamericanos”, y “la Argentina es la muestra más clara de lo que Estados Unidos puede hacer para colocarnos en el sitio que nos ha asignado... Y la maniobra no ha hecho más que empezar con las caceroladas antiespañolas”.
Ansón ridiculiza al gobierno del Partido Popular, quizá como desahogo de su despecho por la poca fortuna que tuvo en sus esfuerzos por ganarse las simpatías de Aznar o la atención del rey. Tampoco consiguió para La Razón el status de periódico gubernamental que gozan El Mundo y ABC. Pero las desventuras del capitalismo español en América latina son ciertas, como también el peligro de que el tormentoso caso argentino haya marcado el inicio de un ajuste de cuentas entre Estados Unidos y los intrusos que se metieron en su traspatio. Esta cuestión va más allá de España e involucraa otros miembros de la Unión Europea, que también ganaron amplio espacio en la Argentina desde las privatizaciones.
Aunque el canciller Carlos Ruckauf haya bautizado “poligamia” a la nueva estrategia argentina, que pasaría a conceder igual prioridad a Washington, Brasilia y Bruselas, hasta el momento el desplome de la convertibilidad no parece conducir a la pesificación, como quiere el Gobierno de Eduardo Duhalde, sino a la dolarización después de algunas semanas de fuga desde el peso, carencia de moneda y de sistema bancario. Salvo que el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, encuentre la manera de ordenar la economía en torno del peso, cosa que hasta ahora no consiguió, la crisis va en la dirección de convertir a la Argentina en una provincia monetaria de Estados Unidos. ¿Qué pueden ofrecer los españoles como alternativa?

Compartir: 

Twitter

José María Aznar, centroderechista jefe de gobierno español.
El desastre argentino, medio para la venganza estadounidense.
 
ECONOMíA
 indice
  • Estados Unidos castiga a España por haberse colado en Argentina
    Por Julio Nudler
  • ANALISIS CONTRARIO A LA FLOTACION LIBRE DEL PESO
    Flotar sí, pero entre bandas

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.